Miguel Ángel Hernández: «Se lo dije a Fernando López Miras: 'Me caes bien pero no te voto'. Es un tío majo»

Previamente, cuenta Hernández, «desde el 22 de abril de 2019 hasta el 6 de junio de 2021, domingo tras domingo, fui relatando mi vida y mi proceso de escritura en las páginas de LA VERDAD». En segunda persona, con «tono cortante» y «pincelada rápida», durante algo más de dos años escribió con un objetivo en el horizonte: «Una novela por venir que, sin embargo, tardó más de la cuenta en llegar». ¡'Anoxia' se tituló! Mientras, en el camino llegaron «otros libros, llegó un nuevo hogar y llegó incluso una pandemia». Y se marcharon «personas queridas, relaciones que creía imperecederas...».

Ahora, el diario publicado en su día en LA VERDAD se recoge en el libro 'Tiempo por venir. Diario de escritura', publicado esmeradamente por Fórcola. La entrevista con el autor transcurre en su despacho de la Facultad de Letras. Ni agua bebimos.

-¿Ha leído la carta del presidente Pedro Sánchez?

-Sí. Pedro Sánchez es un maestro del suspense; es que ni Patricia Highsmith [ríe]. Es un contador de historias que trabaja los tiempos como nadie.

-¿Se ha quedado preocupado?

-No, preocupación ninguna, pero hay algo que no me gusta, que se haga la víctima estando el patio como está en general. A todo el mundo le han caído guantazos de un lado y de otro. No creo que vivamos un clima sin precedentes, pero sí un clima muy chungo.

-¿Usted qué reflexión ha hecho?

-A veces nos olvidamos de que los políticos son personas que, como todo el mundo, tienen también un límite. No tienen que tragar con todo, no tienen que aguantarlo todo. Estamos perdiendo todos un poco la humanidad, y eso sí que puede complicarnos bastante la convivencia... Hay una cosa que dice Sánchez que sí me ha gustado.

-¿A qué se refiere?

-Que Pedro Sánchez diga que es un hombre enamorado a mí me ha conquistado. [Isabel Díaz] Ayuso no ha dicho 'soy una mujer enamorada de mi novio', él sí que lo ha dejado claro: 'Soy un hombre enamorado de mi mujer'. No le digo que le vaya a votar, pero me ha conquistado que se muestre como una persona normal. Ahora, no sé si estos días que dice que se toma para reflexionar son o no una pantomima para ganar tiempo, incluso para salir fortalecido. Si dimite, sería el primer presidente en hacerlo por razones personales. Yo creo que estamos ante otra de sus jugadas maestras, ante una estrategia. Pero, ya le digo, no me desagrada el hecho de que se pongan en juego los afectos en gente a la que a veces tratamos como si fuesen máquinas. Tienen el mismo derecho que todos a cometer errores, sin que por ello no esté permitido cagarnos en sus muertos.

-¿Con su dimisión saldría ganando el país?

-No lo sé. No sé si salimos ganando si no dimite, ni si salimos perdiendo si lo hace. Lo que sé es que este hombre es un superviviente, un animal político; pocas personas han estado tan desahuciadas y han conquistado todo lo que ha conquistado él. En cualquier caso, no me gusta esa idea de líder al que se lo fiamos todo, me sentiría mejor confiando en un buen equipo. Todos los presidentes acaban siendo muy personalistas. Si se va no va a pasar nada, aunque yo prefiero que no se vaya porque sólo faltaba más inestabilidad tal y como están las cosas. Deberíamos bajar el clima de tensión para no terminar matándonos. No es el mejor momento para que se vaya, que acabe su legislatura y, después, ya sabemos seguro que habrá un cambio de gobierno en el país. Que todo llegue a su tiempo.

-Da por hecho que el próximo Gobierno será de derechas.

-Que el próximo Gobierno que habrá en España será de derechas lo saben hasta los chinos.

-¿Qué tipo de Gobierno?

-Confío en que uno en el que no se cuele Vox por ninguna esquina. El caso es que cada vez estoy más desencantado de la política.

-La última vez que hablamos me dijo que políticamente se situaba a la izquierda del PSOE y a la derecha de Podemos.

-[Sonríe] Yo no he cambiado, son los partidos los que han cambiado. Podemos ya no existe, ha quedado en nada, se ha ganado su desaparición. Y el PSOE ha hecho cosas que uno no se explica, como el tema de la amnistía. Si antes me costaba tener claro a quién votar, ahora tengo claro que si mañana hubiese elecciones no sabría que hacer, salvo quizá votar 'contra alguien'. La confianza en los políticos se mina cuando dicen una cosa y la contraria en función de lo que les convenga. Lo hace Sánchez y lo hace [Núñez] Feijóo. Al final, todo se reduce a un juego de poderes y tienes la sensación de que no importan los problemas reales.

-¿Se plantearía votar al PP?

-Ya lo hice.

-Y con entusiasmo: al expresidente Ramón Luis Valcárcel.

-He votado al PP, al PSOE, a Izquierda Unida, a los animalistas....; a Podemos, no. Mire, si aquí en la Región, el presidente Fernando López Miras hubiese decidido ir a unas nuevas elecciones, en vez de dejar entrar a Vox en su Gobierno, yo como mal menor habría votado al PP. Sabes que aquí no va a ganar el PSOE, pues mejor entonces un PP fuerte que no necesite a Vox. Me hubiese costado, pero lo habría hecho.

-Ha conocido personalmente a López Miras.

-Sí, y me parece un buen tío, un tipo encantador para salir a tomarte algo con él y hablar. Mucho mejor que otros presidentes y otra gente de la política. Fernando López Miras me cae bien y se lo he dicho: 'Me caes bien pero no te voto'. Fíjese, me estoy incluso sorprendiendo de que la presencia de Vox en el Gobierno tampoco esté siendo de momento el disparate total que dábamos por hecho, aunque siguen malmetiendo con el Mar Menor.

-En 'Tiempo por venir. Diario de escritura', empieza ya usted a lamentarse de que se va haciendo mayor.

-Es que me hago mayor y soy muy consciente de ello. Estoy ya en la edad de los infartos, y me cuido sólo regular. El otro día me puse a mirar qué cuesta un entierro y cómo va esto de que la funeraria se haga cargo de todo cuando te mueres. No quiero dejarle el marrón a mi mujer. Yo nunca había pensado en esas cosas, pero a raíz de la pandemia tomé conciencia de que en cualquier momento lo puedes perder todo. Y no es que viva atormentado; al contrario, todavía disfruto más de la vida y exprimo las noches y los días hasta el final, por si acaso. Todo se puede ir a la mierda de un momento a otro. Ahora soy más disfrutón que nunca. No es que sea un loco, pero no dejo escapar ninguna posibilidad de pasarlo bien.

-¿Ha logrado hacer las paces con su cuerpo?

-Con ese cuerpo del que cada vez me duelen más cosas [ríe]... Con mi aspecto sí que me llevo mejor, porque como a cierta edad todos somos feos, ¿no?, quien me quiera sé que no va a ser ya por mi cuerpo por mucho que me machaque en el gimnasio. Pero el cuerpo sigue siendo una barrera física, y yo soy un poco de cristal, cuando no me duele un menisco me duele una rodilla.

-¿Sigue haciendo muchas cosas por agradar?

-Sí, y reconozco que no me gustaría que nadie me considerase un hijo de puta, aunque también es cierto que empieza a darme cada vez más igual lo que la gente piense de mí. Voy quitándome el filtro del 'qué dirán'.

-En su 'Diario de escritura' expone buena parte de su intimidad: obsesiones, apuros, dudas, achaques, gustos, excesos... ¿No le da pudor?

-Leer todo eso ahora en un libro, ninguno. Me daba más pudor publicar cada domingo en LA VERDAD, porque entonces sí que estaba contando cosas que acababan de pasar, y las contaba sin distancia. También es cierto que cuento cosas muy íntimas, pero las cuento yo, yo elijo qué contar. Lo peligroso nunca es exponerse, lo peligroso es que otros te expongan, te muestren, te vigilen; contar tú las cosas es incluso un mecanismo de protección.

-¿Cómo ha sido su experiencia escribiendo este 'Diario...'?

-Me ha gustado muchísimo, la he disfrutado, pese a que hay semanas en las que te apetece menos escribir por obligación. Recuerdo que a las dos semanas de acabarlo ya estaba echándolo de menos. Tu vida se queda grabada en él, y cuando vuelves a leer lo escrito es como si vivieras dos veces. Le estoy muy agradecido a La VERDAD por la oportunidad que me dio y la acogida y el trato recibido en todo momento.

-¿De qué va a tratar su próxima novela?

-Voy a escribir una especie de novela de campus porque quiero contar la Universidad, pero una novela de campus que pueda interesar a todo el mundo, nada de que vaya dirigida a culturetas. El protagonista se parecerá a mí mucho y seguro que después de publicarla tendré algún problema.

-¿En la línea de 'Escuela de mandarines' de Miguel Espinosa?

-Espero que sí, ya que si no tengo problemas después de publicarla es que no habrá tenido sentido escribirla.

-¿Incluso con compañeros?

-No lo descarto [sonríe].

-¿Dejó ya de llorar tras los tres conciertos finales de despedida de Second?

-No crea, cada que vez que escuchó 'Rincón exquisito' me entra la llorera. Estuve en el cumpleaños de Fran [Fran Guirao, batería], y cuando en la fiesta sonó esta canción, se puede imaginar... ¡llorera! [Risas] No sólo son un grupo que admiro mucho, es que son mis amigos.