Miguel Falomir: «'Las Meninas' se pueden disfrutar sin necesidad de estar pegando codazos»
El historiador y conservador valenciano abre esta tarde el curso de la Academia de Bellas Artes de Murcia
En apenas un mes, el próximo 19 de noviembre, arrancarán en Madrid los actos conmemorativos del bicentenario del Museo Nacional del Prado. Doscientos años de bagaje en los que la institución ha ido atesorando, sumando e incrementando patrimonio, visitantes y prestigio. Diversas exposiciones sobre la gran pinacoteca española y en torno a la obra de destacados pintores como Velázquez, Fra Angelico y Goya, entre otros, conformarán el programa de una efeméride cuya celebración es hoy, describe Miguel Falomir (Valencia, 1966), «casi milagrosa». Historiador de arte, especialista en la etapa renacentista, y actual director de la principal institución museística de España, Falomir ofrecerá esta tarde, a partir de las 19.30 horas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Murcia, el discurso inaugural con el que la Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca de Murcia dará inicio al curso 2018-2019. Su ponencia lleva por título 'Los espacios del Prado'.
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Conviene saber
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Qué Apertura del curso 2018-2019 de la Academia de Bellas Artes de Murcia. Intervendrá Miguel Falomir, quien pronunciará el discurso 'Los espacios del Prado'.
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Dónde y cuándo En el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Murcia. Esta tarde, a las 19.30 horas.
-¿Sobre qué hablará exactamente?
-En estos doscientos años el Museo del Prado no siempre ha tenido el mismo espacio físico; ha ido ampliándose. Actualmente comprende cuatro edificios: el original de Villanueva, probablemente la obra maestra del neoclásico español; un edificio de oficinas, administrativo, en la calle Ruiz de Alarcón; el Casón del Buen Retiro, un inmueble emblemático cuyo corazón fue en su momento parte del palacio del Buen Retiro; y, desde hace once años, la anexión de Moneo, donde están concentrados muchos de los servicios que ofrecemos, como tiendas, cafeterías, restauración...
«Para cualquier institución cultural española, celebrar doscientos años es casi milagroso»
-En ese listado faltaría la futura ampliación del museo, sobre el Salón de Reinos.
-No lo he citado porque todavía no deja de ser un proyecto, pero sería una quinta parte. El Salón de Reinos fue adjudicado hace unos años al Museo del Prado con el mandato de organizar un concurso internacional de arquitectura, que hicimos y que ganaron Norman Foster y Carlos Rubio. Estamos a la espera de que el Gobierno nos dote de la financiación apropiada para llevarlo adelante.
-¿Ese es el gran reto que tiene la pinacoteca?
-Yo diría que ahora mismo tenemos dos: uno, ese, sin duda, y otro la celebración del bicentenario. El museo celebra doscientos años, y creo que, para cualquier institución cultural española, celebrar doscientos años es casi milagroso. Las actividades comenzarán en apenas un mes, el 19 de noviembre, y se desarrollarán hasta diciembre del año que viene. Se trata de echar la vista atrás, ver lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos ser en el futuro.
«Damos mucho lustre al Estado, y lo hacemos con presupuestos realmente precarios»
-¿Qué quiere ser El Prado en el futuro?
-Nos gustaría seguir ostentando el estatus de ser la principal institución cultural española, y seguir siendo, sin ningún tipo de presunción, la memoria visual de lo que ha sido la nación española. Es un reto ilusionante, y en ello estamos.
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-Hablaba antes de milagro; ¿mantener hoy las instituciones culturales a lo largo del tiempo lo es?
-La cultura está ocupando un lugar cada vez más subsidiario entre las prioridades de los gobiernos, y no hablo solo de España, por eso hay que celebrar que una institución cultural sea capaz de llegar a los doscientos años, un número redondo.
-¿Vive El Prado un buen momento?
-El museo ha tenido momentos buenos, muy buenos, malos y pésimos momentos. Ha sido el espejo de la sociedad española, y en estos doscientos años la sociedad española ha pasado por momentos buenos y malos. ¿Hoy vive un buen momento? No el mejor. Actualmente la cultura no es una prioridad, no obstante nosotros somos una institución que da mucho lustre al Estado; estamos a la vanguardia, no solo nacional, sino internacional, y todo eso lo hacemos con presupuestos realmente precarios.
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«Nos gustaría seguir siendo, sin ninguna pretensión, la memoria visual de la nación española»
-En cuanto a datos de visitas, la cifra ha ido creciendo. ¿Los museos se han convertido en espacios de ocio?
-No puede generalizarse. Unos pocos museos, y El Prado está entre ellos, se han convertido en destinos turísticos, pero no todos los museos son El Prado. Hay muchos que están vacíos. Sin ir más lejos, el Museo Nacional de las Artes Decorativas, a dos calles del Prado, apenas tiene visitantes, y es un museo fabuloso; o el Antropológico, muy cerca nuestro, al que tampoco va la gente.
-¿Conoce el Museo de Bellas Artes de Murcia?
-Sí, claro.
-¿Y qué le atrae o le seduce de él?
-Hay algo que me seduce de los museos locales y que, hasta cierto punto, envidio, y es la posibilidad que tienen de crear sociedad. En un museo como El Prado, donde el 62% de los visitantes son extranjeros, es muy difícil. No me sé los datos del Museo de Bellas Artes de Murcia, pero estoy casi convencido de que más del 80% de sus visitantes son de la zona. Esto permite hacer comunidad y desarrollar una serie de relaciones que, en el fondo, es lo que garantiza el futuro de los museos. Es lo que han hecho los americanos.
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-¿La actividad de la Academia es fruto de esa relación de los museos locales con la sociedad?
-Sin duda. La inmensa mayoría de los museos locales que hay en España son el resultado de las academias y del afán de las comunidades por conservar y hacer visible el patrimonio, de origen, muchas veces, eclesiástico. Han sido un interlocutor muy válido y creo que ahí es donde residen la importancia y la razón de ser de las academias.
-¿Qué no deberíamos perdernos de este bicentenario?
-En el fondo, el objetivo de todas las actividades es ofrecer al público un argumento ineludible para entrar en las salas del museo, que es lo más importante. El Prado tiene tres millones de visitantes anuales, pero todavía es un museo que se puede disfrutar, y lo digo porque hay muchos museos que están muriendo de éxito. Todavía no sé por cuánto tiempo, pero El Prado aún se puede disfrutar sin necesidad de estar pegando codazos para acercarse a 'Las Meninas'.
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-¿Frente a qué cuadro podría pasar horas y horas?
-Depende del momento.
-¿Y en este?
-'Hipómenes y Atalanta', de Guido Reni, que es el que ahora mismo me viene a la mente. Una de las cosas más bonitas del Prado es que es muy variado.
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