Mazarrón recuerda a sus pintores Marcos Gómez y Tomás Raja

La exposición '2+1=4' desembarca en la sede de la Universidad Popular de Mazarrón (avenida Constitución, hasta el próximo 7 de enero) como una propuesta «única donde el arte se entrelaza con la memoria, la rabia y la luz que ilumina las sombras del pasado», en palabras de José María López Ballesta, director de la Universidad Popular, que impulsa la muestra.

Para este recuerdo, los tres artistas centran sus particulares visiones sobre un mismo asunto: los cotos mineros del pueblo, un tema recurrente en la obra del grupo Almagra. Isabel Guillermo aporta 'Lunas subterráneas', que recuerdan las bocas de las galerías de donde se sacaba el mineral. «Representan mis sensaciones cuando de adolescente me asomaba a los pozos en busca de mensajes», recuerda la pintora residente en Madrid, donde imparte clases. Estas doce esferas, con los pigmentos del agreste paisaje, resultan «la metáfora de un tiempo pasado, así como el abandono de esos espacios. Aunque el transcurrir del tiempo borra los mensajes ocultos de la mina, no se olvida cómo marcó la historia de Mazarrón», cuenta Guillermo. En la exposición cuelga también dos impresionantes lienzos de tres metros de largo en un homenaje plástico a los pintores fallecidos.

Mientras, Luis Marino propone al espectador una colección bajo el epígrafe 'La luz errante'. El autor de los barcos fenicios que decoran una de las rotondas de acceso a Puerto de Mazarrón explica que sobre una primera base pictórica combina la fotografía con otras técnicas artísticas «para indagar en los distintos significados que nos muestra este peculiar entorno». «Se trata –añade el artista– de un lugar contradictorio, fragmentado por sus heridas, que nos transmite dureza y fragilidad, grandeza y decadencia, belleza y una silente degradación ambiental».

El dolor por la pérdida también aflora en la propuesta de Blas Miras. 'Tex(si)turas' simboliza, en un total de 29 cuadros, cómo «nuestra existencia se rompe en mil pedazos» con la desaparición de un ser querido, «y hay que volver a pegar los trozos para seguir respirando». La exposición '2+1=4' es, además, una llamada a la esperanza y contra el olvido. «El grupo Almagra siempre serán cuatro –avisa Miras–, porque los corazones de Tomás y de Marcos siguen latiendo en su obra y en las nuestras».