Marta Nieto, una actriz «inteligente y generosa» que impacta en escena

José Martret sabe que la función de este viernes en Murcia será muy especial para Marta Nieto. Ambos han vivido juntos una aventura escénica que les dejará huella. «Con ella el proceso de trabajo ha sido espectacular desde el primer día que nos reunimos para proponerle el proyecto, y hablar de él, Lydia y yo. Comimos juntos, ahí empezó nuestra relación y la verdad es que ha sido un recorrido muy, muy gratificante», cuenta José Martret, para quien «Marta Nieto es una trabajadora nata y se entrega totalmente; trabajar con ella no es solo muy fácil, sino también muy enriquecedor». La entrega de la intérprete murciana «no es solo a nivel físico, sino también intelectual, necesita entenderlo todo muy bien. Hemos hablado muchísimo para armar la función, y siempre desde un lugar muy constructivo».

«Es una actriz generosa», añade, «muy inteligente y analítica, y está todo el rato buscando la excelencia, lo que le lleva a tener un nivel altísimo de exigencia». «Fue un placer», afirma Martret, «buscar juntos cuál era la mejor manera de que la historia llegara al público. Estaba muy implicada en todo el proceso creativo».

–¿Por qué quiso usted poner en pie 'La infamia'?

–Era una historia que desconocía totalmente. Un amigo en común de Lydia y mío me invitó a una presentación de su libro 'Ellos hablan' en Madrid. Fue en 2018. La conocí y me fui a mi casa, además de con 'Ellos hablan', con 'Memorias de una infamia'. Cuando leí el texto me explotó la cabeza. No sabía que una periodista hubiera vivido una historia así: un secuestro por parte de la propia policía de su país, y destinado a torturarla, asesinarla y que su cuerpo desapareciera. No podía dar crédito a que eso hubiese sucedido en un tiempo tan cercano, y me dolía que toda esa lucha de Lydia no se conociese más. Hablé con ella y, al proponerle hacer la versión teatral de su libro, le dije que creía que el teatro podría ser un buen altavoz para su historia, y así comenzó la puesta en marcha de 'La infamia'.

José Martret cree «en el poder transformador del teatro» y le encanta cuando asiste a cómo «una función de teatro te puede hacer reflexionar y lograr que salgas transformado después de verla». En el caso de 'La infamia', recuerda cómo, por ejemplo, «tanto Lydia como yo nos hemos tenido que dedicar a consolar a algunos espectadores que quedaban muy tocados, muy impactados, después de la función». Marta Nieto reconoció a LA VERDAD que «tenía unas ganas locas de volver a los escenarios, y el regreso no ha podido ser mejor. Es cierto que con 'La infamia' nos hemos metido todos en un jardín complicado, pero la relación con José Martret, con Lydia Cacho y con todo el equipo está siendo una pasada».

«Lydia Cacho es lo más cercano a una heroína de carne y hueso que yo conozco», indica la actriz, que añade: «Es cierto que lo que se cuenta en escena es muy dramático, pero estamos ante una obra, con final feliz, muy luminosa y esperanzadora. Dan ganas de creer en el ser humano y afianzarse en la idea de que los buenos somos más».

En 2005, Cacho, que este jueves –Palacio del Almudí, a las 19.00 horas– hablará en Murcia de 'La aventura de vivir sin miedo', presentó el libro 'Los demonios del Edén', un documentado estudio en el que denunciaba «una red internacional de pedofilia y explotación sexual de niños y niñas, de entre cuatro y catorce años de edad, organizada desde Cancún por el empresario hotelero Jean Succar Kuri, que surtía de pornografía infantil a otros poderosos empresarios y políticos mexicanos y extranjeros». Al poco tiempo de su publicación, un dispositivo policial 'legal' secuestró a la periodista frente a sus oficinas en Cancún. «En ese momento arrancó un viaje en coche que duró más de un día en el que cruzó el país sufriendo continuas torturas y amenazas de muerte», recuerda Martret.

En 'La infamia', Marta Nieto, reciente socia de honor de la Unión de Actores y Actrices de la Región de Murcia (UARM), cuenta lo vivido por la periodista desde la admiración y la entrega; te conmueve todo el tiempo y, a veces, es directamente un azote interno lo que te atraviesa. Vemos a una mujer indefensa, secuestrada, encerrada muerta de miedo en un coche que ocupa imponente el centro del escenario –la escenografía la firma Alessio Meloni–, con sus captores, camino del mar y todo parece indicar que también de una muerte segura. Como un animal salvaje, como castigo por su valentía, por su compromiso contra la injusticia, por haberse atrevido a denunciar los nombres de hombres poderosos que abusaban de niñas, pederastas incluso 'protegidos' por parte del poder político y policial; corruptos, también cómplices.

Nieto se mueve en el interior de ese vehículo como si este fuese una especie de jaula, de cripta laica, de caja de música envenenada, de irrespirable isla sin costa en la que cada segundo se hace eterno. Está encerrada, sola, le hacen creer que sin futuro, temblorosa, frágil por el cansancio, por la humillación, pero nunca derrotada: tiene una dignidad y un coraje extraordinarios. Todo esto lo apreciamos al detalle gracias a la interpretación maestra de la actriz, también guionista y directora de 'Son', el cortometraje surgido a raíz de 'La mitad de Ana', su primer largometraje en preparación.