Maravillas Hernández López: «Las redes son muy útiles si se usan con mesura»

«Leo desde lo más clásico hasta lo último publicado, desde Machado, Azorín, Miguel Delibes o Carlos Ruiz Zafón hasta Joël Dicker, cuya novela 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' me encantó. Ahora estoy disfrutando con un libro delicioso, 'Cofradía de San Lucas', escrito por un abogado murciano que, además de buen profesional, escribe divinamente. Es una novela emocionante, muy bien documentada, que entra y profundiza en nuestra Murcia».

«Soy clásica: una buena marinera, unos buenos caballitos o unos matrimonios. Decir 'marinera' es decir interacción social, alegría, estar con los amigos… Tengo el corazón partido respecto a dónde tomarme esas tapas; por un lado, en El Casino o La barandica, en Cehegín, y, por otro, en la plaza de las Flores, en Murcia. Lo que más me gusta es tomarme esa cerveza y esa marinera después de un 'partidico' de pádel con las amigas».

«Vivo en el barrio de La Viña, uno de los afectados por el terremoto de Lorca. Crecí allí y sigo viviendo allí. Es mi rincón. Para el verano, mi lugar es Puerto de Mazarrón, donde he pasado mucho tiempo. He vivido en sitios maravillosos de Andalucía como Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María, Granada… pero de la Región me quedo con Mazarrón».

«Es una canción muy motivadora no solo por la música, sino también por la letra. Que te digan que las estrellas están brillando por ti, y por todo lo que haces, te invita a ver la vida en amarillo, a llenarla de luz. Cuando estás mal, te pones la canción y dices: «¡Vamos!». Para mí es muy estimulante».

«La que más utilizamos en el Colegio es X, aunque tenemos prácticamente todas las redes excepto TikTok. También nos está funcionando muy bien el canal de WhatsApp para dar una información muy específica a los seguidores. Las redes son una herramienta muy útil y muy rápida de comunicación, permiten que el mensaje sea prácticamente instantáneo y eso, en determinados casos, es positivo. Pero la rapidez, paradójicamente, se convierte en su principal hándicap, porque trasladar la información de forma no reflexionada o distorsionada genera muchos problemas. Creo que deberíamos hacer un ejercicio de utilización en su justa medida, tanto para usarlas como para creernos lo que se dice en ellas, sin ningún tipo de adicción. No podemos dar la espalda a las tecnologías, pero hay que utilizarlas con mesura».

«Estoy viendo la segunda temporada, que me está gustando más aún que la primera. Es muy recomendable. La protagonista es la embajadora norteamericana en Londres, y ocupa un puesto que antes había ocupado su marido: el poder lo tiene ella pero la 'autoritas' histórica la tiene el marido. Hay intrigas y aprendes mucho de política internacional, pero, al margen de la faceta profesional, está la vida privada de la pareja».

«Me gusta por esa actitud positiva que muestra ante las situaciones extremas. Pienso que la felicidad está, realmente, en nuestro modo de ver la vida. El protagonista mantiene la esperanza y la alegría, aun estando en una situación tremendamente trágica. Esa mezcla de humor y ternura me parece conmovedora y esperanzadora. La última escena, cuando el niño le dice a la madre «mamá, hemos ganado», me pone la carne de gallina. La pena es que muchos jóvenes no la han visto todavía».