Llanos Campos: «A todos nos sigue moviendo el amor, la ambición o el miedo»
La autora de 'La reina negra' abre hoy los encuentros del Premio Hache de Cartagena en el Paraninfo de la UPCT ante cientos de jóvenes
A Tamiel, la protagonista de la novela con la que Llanos Campos (Albacete, 1963) compite este año por el Premio Hache de Cartagena, parece que ... el destino le ha marcado ya el camino que tiene que recorrer. El destino y su entorno, quienes la rodean y las tradiciones del mundo en el que vive, pero ella quiere seguir otra ruta, otro sendero, otro itinerario. Y por eso es, a la vez que princesa, bruja, guerrera, rebelde, enamorada, salvaje y sanadora, adjetivos todos que describen a esta joven con la que Llanos se presenta hoy en Cartagena dispuesta a enfrentarse a un auditorio cargado de preguntas y ávido por conocer los entresijos de 'La reina negra' (SM, 2018), título de la novela que protagoniza Tamiel.
Campos abre hoy los encuentros del Premio Hache con un acto en el Paraninfo de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) al que acudirán cientos de estudiantes que ya han leído su obra. Es la primera invitada del certamen literario cartagenero impulsado por el Ayuntamiento de la ciudad portuaria dentro del Proyecto Mandarache, por el que este año pasarán también Eloy Moreno (5 y 6 de febrero) y David Manzano (4 y 5 de marzo).
-¿Qué narra en 'La reina negra'?
-Es una historia un poco compleja para contarla en unas pocas líneas. Empezó siendo una novela de amor ambientada en la Edad Media y terminó convirtiéndose en una historia de superación, sobre el deber, sobre la verdad, sobre el feminismo y sobre un montón de cosas que, seguramente, pretendía de forma inconsciente pero no tenía claro que iban a ir por ahí. La historia misma y los personajes me acabaron sorprendiendo. Es una novela fantástica que habla de cosas muy reales.
«Cuanto más sabemos, más leemos y más informados estamos, más armas tenemos para evitar que nos tomen el pelo»
-Está ambientada en una época pasada, ¿podría trasladarse al momento actual?
-Me empeñé en contar esta historia desde un punto de vista subjetivo; preocuparme más de cómo se sienten los personajes, de lo que piensan o de las consecuencias que tienen para ellos todo lo que ocurre, antes que describir batallas y otras cosas externas. Los sentimientos y el corazón de la gente son siempre los mismos, lo traslades a la época que los traslades. A todos nos sigue moviendo el amor, la ambición o el miedo, y sigue siendo necesario el valor para superar las cosas de la vida. Da igual que hables de una época remota o llena de fantasía.
«Aunque sea un villano»
-¿Por qué este punto de vista?
-Primero porque es lo que a mí me interesa, y segundo, por mi formación teatral [Campos ha trabajado como intérprete en varias compañías de teatro]. Estoy acostumbrada a analizar a los personajes y a ponerme de su parte. Sea cual sea el papel que tengas que interpretar, tienes que ponerte siempre de su parte, aunque sea un villano, porque debes hacerlo creíble, creerte que sus necesidades son reales y que sus argumentos son válidos, aunque sean abominables. Esa idea de empatizar con los personajes me interesa mucho porque, además, creo que el éxito de cualquier historia está en que el lector consiga empatizar con los personajes y, por tanto, que le preocupe y le importe lo que les está ocurriendo, y para eso no hay otro camino que explicar cómo se sienten. Cualquier persona que lea mi novela puede comprender los sentimientos de los personajes, porque seguro que en algún momento se han sentido como ellos. Creo que cuanto más tiempo le concedes en la narración a explicar esos sentimientos, más consigues que el lector empatice y entienda a los personajes.
«Poder conocer lo que piensan de tu obra quienes la han leído es un lujazo»
-¿Cómo es Tamiel?
-El personaje central es una princesa a la que le cambia la vida en poco tiempo y, a la vez, ella también cambia la vida de mucha gente. Es un personaje feminista, de lo que me alegro mucho, porque, y esto me lo dijo un lector, si el protagonista fuese masculino, solo se diría de él que es valiente y decidido, mientras que al ser una mujer, es revolucionaria y contestataria, algo que al hombre se le presupone, y que la mujer tiene que ganárselo.
Libres
-Decía que la historia misma le había sorprendido, ¿qué ha aprendido con la escritura de esta novela?
-A veces, los escritores recurrimos mucho a una misma idea, y en este libro me he dado cuenta de que hay algo que se mantiene durante todo el relato. Me refiero al valor de la verdad como un valor en sí mismo. Me parece muy triste mantenerte en una situación por el hecho de no saber o de ignorar ciertas cosas de tu alrededor.
-¿Cree que el mundo está falto de verdad?
-Sí, creo que vivimos en unos tiempos muy malos para la verdad. Las redes han multiplicado los bulos, las noticias falsas, los titulares apresurados...; la gente ya no se detiene a analizar la noticia, y tendemos a escuchar las historias de boca de los demás, de los vencedores, y cuando ocurre esto, a menudo nos quedamos con una parte retorcida y falsa de lo que realmente ha ocurrido. Hay incluso quienes ni siquiera desean buscar la verdad porque es incómoda, porque duele, porque te hace parecer tonto o porque es más cómodo pensar en lo que piensa todo el mundo. Para mí, sin embargo, es un valor fundamental.
-¿Y cómo se revierte esta situación?
-Leyendo, informándonos, contrastando, con una actitud activa ante la vida y ante las cosas que ocurren, no quedándonos solo con lo que nos cuentan, y no hablo de ser un conspiranoico, sino de escuchar a todo el mundo y no quedarnos con la verdad que nos conviene y nos hace dormir bien por las noches. Los seres humanos, cuanto más sabemos, más leemos y más informados estamos, más armas tenemos para evitar que nos tomen el pelo. La educación, la información y la lectura nos hacen ser libres, en el momento que perdamos eso podrán hacer con nosotros lo que quieran.
-Es la primera invitada en los encuentros del Premio Hache de 2020, ¿cómo viaja a Cartagena?
-Con mucha ilusión porque me encantan los encuentros con lectores. Poder conocer lo que piensan de tu obra quienes han leído la novela es un lujazo, por eso en estos actos prefiero que los lectores me hagan preguntas. Yo podría contarles muchas cosas, pero lo que me importa de verdad es lo que les interesa a ellos.
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