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Manuel Moyano, en una cafetería de Murcia. Martínez Bueso
El señor conde, supongo, ¿no?

El señor conde, supongo, ¿no?

Manuel Moyano publica 'La hipótesis Saint-Germain', que ganó el XVII Premio Carolina Coronado de Novela Ciudad de Almendralejo

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Miércoles, 1 de noviembre 2017, 02:40

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Hay una reflexión de Marco Aurelio, que aparece en sus imprescindibles 'Meditaciones', que siempre ha inquietado al escritor Manuel Moyano (Córdoba, 1963), afincado con raíces profundas en Molina de Segura desde 1991: «¿Qué partícula del tiempo infinito e insondable ha sido asignada a cada uno?». Moyano, que escribe habitualmente rodeado de una ordenada biblioteca personal en la que autores tan diversos como Borges y Charles Bukovski gozan de sus cuidados, tiene nueva novela en las librerías: 'La hipótesis Saint-Germain', editada por Algaida y con la que ganó el XVII Premio Carolina Coronado de Novela Ciudad de Almendralejo; lo decidió un jurado integrado por Espido Freire, Luis Alberto de Cuenca, Luis del Val, Eugenio Fuentes y Manuel Pecellín.

¿Y de qué va esta nueva obra de Moyano? Así la presenta el autor: «Estamos en Woolsthorpe, Inglaterra, año 1666. Un joven genio de las matemáticas recibe la visita del misterioso caballero Alastair Welldone durante la gran epidemia de peste que asola Londres. Tres siglos y medio más tarde, Daniel Bagao, director de una revista especializada en asuntos esotéricos en los que, paradójicamente, no cree, recibe en su despacho de Madrid la visita de Ismael Koblin, un investigador de lo oculto que asegura haber identificado en cierto multimillonario al inmortal conde de Saint-Germain...». «La revelación de Koblin, que Bagao considera ridícula», añade, «supondrá sin embargo el fin de su tranquilidad y el punto de partida de una prodigiosa trama que abarcará distintos países, planteará numerosos enigmas y se remontará cada vez más atrás en el tiempo».

El preludio con el que comienza la novela es fascinante, a partir de la llegada de Alastair Welldone, «aquella mañana de 1666», a la granja de la viuda Ayscough, a cuyo hijo buscaba este hombre «de mediana estatura, complexión robusta y brazos desproporcionadamente largos», que se presentó como profesor universitario retirado temporalmente a Woolsthorpe para huir de la ya citada epidemia de peste que asolaba Londres y sus alrededores.

Misterio, aventuras y esoterismo se dan cita en una historia que hace al lector viajar en el tiempo

¿Quién era el joven al que buscaba? Qué nombre tenía ese brillante alumno del Trinity College del que dicen «que se pasa todo el tiempo estudiando libros de matemáticas y que nunca sale de aquí». Cuando por fin logró quedar con él, al día siguiente, pasearon por el huerto mientras hasta ellos llegaba «el olor dulzón de la compota que estaba preparando amorosamente la señora Ayscough». Se sentaron bajo la sombra de un árbol. Al rato, cayó una manzana madura que golpeó la rodilla del joven y rodó por el suelo. Welldone alargó la mano, cogió la manzana y la sostuvo en alto.

-«¿Alguna vez -le preguntó Welldone- te has parado a pensar por qué las cosas caen siempre hacia abajo».

«Isaac Newton se quedó mirándole». ¡Sí, sí, eso es, Isaac Newton!

A propósito de 'La hipótesis Saint-Germain', Miguel Artaza indica que «cada nuevo título de Manuel Moyano confirma la lejana sospecha de que podría llegar a convertirse en nuestro Julio Verne contemporáneo». Mientras, como sostiene Paul Viejo, las historias de Moyano, quien le tiene un aprecio especial a una camiseta con la leyenda 'Un lugar para gente única' que se vendía en la recepción del neoyorquino hotel Chelsea, en cuyo desaparecido bar el poeta Dylan Thomas agarró «la tremenda borrachera que se lo llevó a la tumba», «son ejemplos perfectos de una 'poética de lo imposible'; lo que no pensamos que pueda ocurrir en ningún otro lugar, ocurrirá aquí».

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