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Pujante: «Todo el mundo puede ser escritor, pero no un buen escritor»

La escuela creativa de Fuentetaja arranca en octubre sus talleres con tres maestros de lujo

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Jueves, 20 de septiembre 2018, 03:04

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Los escritores Trifón Abad, Rubén Castillo y Basilio Pujante imparten los cursos de Fuentetaja, «la mayor plataforma de didáctica de la escritura en el ámbito hispanoamericano», con 15 sedes en España y financiación de la Fundación Escritura(s), expone Enrique Ferrari, responsable de Relaciones Institucionales e Investigación. Esta apuesta es «una oportunidad para que los alumnos sean capaces de crear sus propias historias». Pujante, profesor de Lengua y doctor en Literatura, explica que la media es de 8-10 personas, por taller -hay nivel inicial y avanzado; inscripciones en 'fuentetajaliteraria.com'-. «Es muy importante la integración, el ambiente que se cree, cada alumno tiene una forma de escribir diferente, y cada semana van mostrando su voz. Los comentarios siempre enriquecen. Son cursos para tomárselos con calma, para ver una evolución». Trifón, curtido en Fuentetaja, considera clave generar un buen ambiente «y dar pie a la crítica constructiva honesta» para que se puedan mejorar los fallos.

La experiencia de este primer año con Fuentetaja ha sido muy satisfactoria para Rubén Castillo. «Me ha permitido conocer y ayudar a algunos escritores realmente notables. Hay que disponer de un cierto talento, que no podemos enseñarlo, pero si se cumple esa condición previa los resultados son espectaculares». ¿Qué se les enseña? «El alumno -añade Castillo- aprende a canalizar, potenciar y expandir su escritura; les enseñamos a reflexionar sobre todas las posibilidades narrativas y elegir las mejores. Les damos herramientas útiles y contrastadas para obtener los frutos que tanto desean. De su brillantez dependerán los resultados».

Soluciones conjuntas a problemas comunes. «Yo me lo pasé muy, muy bien, era un adicto», recuerda Trifón de su etapa como alumno. «No es un curso de idiomas o de informática, sino de realización personal, donde hay gente con inquietudes parecidas, es algo vocacional, a quien le pica el gusanillo es difícil que le suelte», apunta Basilio, convencido de que «todo el mundo puede ser escritor, pero no un buen escritor». «No se trata de ser el mejor sino de ser mejor, mejorar», añade.

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