Domingo Villar: «Nos hacemos viejos pero no necesariamente cambiamos»
El autor gallego visita mañana las jornadas Cartagena Negra con su novela 'El último barco', con la que compite por el premio del encuentro
Las novelas de Domingo Villar (Vigo, 1971) son, más allá de relatos policiacos, «cuentos de amor» a su tierra, y, señala el escritor gallego, «una forma de ver la vida». Mañana –19.00 horas– interviene en la sexta edición de las jornadas literarias Cartagena Negra, donde compite por el premio de esta edición, en una mesa junto con Claudio Cerdán, Inés Plana, Daniel Fopiani y Marto Pariente. Villar presenta 'El último barco' (Siruela, 2019), entrega con la que cierra la serie protagonizada por el inspector Leo Caldas, también presente en 'Ojos de gata' y 'La playa de los ahogados'. Este último título fue llevado al cine por Gerardo Herrero en 2015.
Publicidad
–¿Primera visita a Cartagena?
–Sí, a las jornadas y a la ciudad. Cuando salió 'La playa de los ahogados' todavía no existía este ciclo. De aquello hace diez años y en este tiempo han cambiado muchas cosas.
–¿Por qué diez años?
–Uno sabe cuándo comienza la tarea de escribir pero no cuándo va a terminar. Yo, cuando disfruto y me encuentro realizado es cuando estoy sentado frente al texto; el mío es un oficio artesano y mi compromiso con los lectores es entregar el mejor libro que sea capaz de hacer, o con el que esté más satisfecho. En 2012 finalicé un manuscrito que se iba a publicar con otro título, pero decidí no hacerlo. Había fallecido mi padre y en la misma época yo volví a serlo; aquellas emociones hicieron que el libro no me terminara de convencer y preferí empezar de nuevo.
–¿Cambió mucho su historia?
–La historia de aquel libro abortado es la misma que he vuelto a contar después, lo que ocurre es que ahora está contada desde otro lugar emocional. Digamos que el esqueleto es el mismo: desaparece una mujer en Vigo y se inicia una investigación policial; pero todo lo que hay en el interior de los personajes es diferente.
–'El último barco' cierra la serie que protagoniza su personaje Leo Caldas, ¿él también ha evolucionado en el terreno emocional?
–No tengo claro que los personajes evolucionen porque tampoco tengo claro que lo hagan las personas. Vivimos en tiempos en los que grupos de WhatsApp nos acercan a gente con la que no teníamos contacto desde hacía años y te acabas dando cuenta de que nos hacemos viejos pero no necesariamente cambiamos. Con Caldas me ocurre lo mismo, no creo que haya cambiado, lo que sucede es que yo lo voy conociendo más.
Publicidad
–Se lee en la sinopsis de su novela: «La más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes». ¿Ocurre igual en la vida?
–Afortunadamente no siempre, pero es verdad que hay mucha maldad disfrazada y a veces uno rasca el papel dorado con el que se recubren muchas personas y encuentra almas negras. Sucede en la literatura pero también en la realidad; no hay más que abrir el periódico todos los días.
–¿Usted es desconfiado?
–Tiendo a pensar que la bondad es una de las cualidades esenciales del ser humano; de hecho, es la que más valoro junto con el sentido del humor.
–¿Qué le atrajo a la novela negra?
Publicidad
–A la emoción de la búsqueda de un culpable suma muchas cosas más. Escribiendo novela negra también se puede escribir una novela literaria, culta y sincera que mire al interior de las personas y retrate a las sociedades en las que se desenvuelve.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión