«Me faltan vidas para todos mis proyectos»
El escritor lorquino Antonio J. Munuera recrea el mundo del circo en 'La troupe', título con el que acaba de ganar el premio Alandar para público juvenil de la editorial Edelvives
El circo ya le fascinaba de niño. Le llamaba la atención el ejercicio de trapecistas y equilibristas sobre una barra en movimiento o una delgada cuerda. Incluso, confiesa, estuvo a punto de trabajar en uno: aquella idea de vivir bajo una carpa siempre le gustó y hacía tiempo que rondaba en su cabeza. 'La troupe', último premio Alandar de Literatura Infantil y Juvenil de Edelvives, fallado hace tan solo una semana, novela el devenir de una compañía de acróbatas y forzudos sin rumbo fijo que recala en Quebec. Son los años finales del siglo XIX. La magia del circo viaja de ciudad en ciudad y esta terminará atrapando a la hija de un gobernador colonial de Canadá. «Un premio de este carácter lo es todo. Porque tiene lo que buscamos todos los escritores: el respaldo de una editorial potente que permita que la obra llegue a donde quieres, que es a los lectores», sostiene Antonio J. Ruiz Munuera (Lorca, 1966).
Él es el autor de 'La troupe' y el ganador del premio Alandar 2020, un galardón que ya había fijado entre sus objetivos cuando daba forma a su texto. Cuenta Ruiz Munuera -«soy y seguiré siendo un escritor aficionado», confiesa el autor, a pesar de acumular varios títulos y reconocimientos- que 'La troupe' era una de esas historias que siempre han ocupado un rincón de su memoria, esperando, dice, el momento adecuado para materializarse. Este llegó el verano pasado, durante un viaje en coche por tierras canadienses. «Allí se me encendió la bombillita. Quebec es hoy la meca y la cuna del circo. En todas las plazas hay espectáculos, quizá porque está allí la sede del Circo del Sol. Había encontrado el lugar de mi novela. Me faltaba la época».
El viaje entonces fue por el tiempo, varias décadas y más de un siglo hacia atrás. Ruiz Munuera se trasladó a los años finales del siglo XIX, cuando las caravanas de artistas todavía se desplazaban en grandes carros: «Para mí es la gran época del circo», dice. Su obra la protagoniza Elisabeth Gilmour, la joven que quedará prendada del modo de vida de quienes acaban de instalarse en la ciudad portando una gran carpa, pero también el paisaje es protagonista de un texto en el que prima, subraya Ruiz Munuera, «la aventura».
Novelas de aventuras
«De niño leí muchísimo influenciado por mi padre, que era un gran lector, y crecí rodeado de novelas de aventuras. Echaba de menos esta temática en mis lecturas actuales; hoy, muchos títulos dedicados a jóvenes se centran en las problemáticas de los adolescentes, algo muy interesante porque capta su atención, pero yo quise hacer un homenaje a mi padre y a mí mismo recuperando ese carácter romántico de la aventura, que espero que también pueda gustar a los lectores».
La novela de Ruiz Munuera, afirma su autor, también docente en un instituto de Secundaria, ha sido considerada por el jurado del premio Alandar como «una novela histórica». En ella, apunta el escritor, hay numerosas referencias no solo a la época histórica en la que se sitúa, sino también al conflicto político que entonces enfrentaba a ingleses y franceses por el control del territorio. «Era un ingrediente que, a priori, no encaja en las novelas juveniles y eso me hizo dudar de las posibilidades del premio», reconoce Ruiz Munuera. «Cuando escribes, tienes que ser honesto. Porque, aunque escribas ficción, detrás hay datos reales, y lectores que creen aquello que leen, sobre todo los jóvenes. Son un público muy susceptible que está en una edad, además, que va a determinar su futuro. Y sé, porque trabajo con ellos, que los adolescentes que son lectores lo son mucho, pero también muy crédulos. Por eso los libros tienen que ser honestos»
«Cuando escribes, tienes que ser honesto. Porque, aunque escribas ficción, detrás hay datos reales»
Además de 'La troupe' -cuya llegada a las librerías se espera para después del verano, prevé su autor-, Ruiz Munuera firma los títulos 'La luz de Yosemite', finalista del premio Desnivel de literatura en 2014; 'Ojo de pez', premio Nostromo de Barcelona en 2016; y 'La ira del insecto', premio de novela corta José María de Pereda 2018, en Cantabria, entre otros títulos. Los dos últimos forman parte una trilogía «medioambiental» que el escritor lorquino espera completar el próximo año con la publicación de un tercer libro en el que ya se encuentra trabajando.
«He pasado los días fotografiando pequeños detalles en mi jardín y creyendo que estaba en la montaña»
El paisaje, reitera, «siempre aparece en mi obra, es algo que me dicen a menudo». Sería incapaz de vivir desconectado de la naturaleza. En la ciudad, añade, se sobrevive «mal». «Durante esta pandemia no hemos tenido más remedio que quedarnos en casa, pero por suerte vivo casi en el campo y tengo un jardín en el que me he pasado los días fotografiando pequeños detalles y creyendo que estaba en la montaña». «No entiendo -se asombra- cómo hay gente que viviendo cerca de espacios tan bonitos los desconoce».
Estos tres últimos meses se ha sentido, dice, «vulnerable». «Aunque creamos que sí, no estamos sujetos a nada estable. Pensamos que todo fluye y todo tiene sus pasos, pero no es así. Esto me ha hecho valorar lo que tengo, y decirme: 'Vive todo lo que puedas con intensidad'». Este verano tenía planeado viajar a Nepal con su hija mayor, de 20 años: «Siempre hemos viajado en familia», cuenta. También lo hizo el año pasado cuando recorrió Canadá y encontró allí el escenario del libro que ahora ha galardonado Edelvives con el Alandar.
«Tengo tantos proyectos que me faltan vidas para poder llevarlos a cabo. La vida se queda muy corta», asegura.
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