Carmen María López: «Escribir es tejer, hilar palabras. De algún modo, también soy Ariadna»
Llega a las librerías 'La madre de nadie', el libro que a la poeta caravaqueña le ha dado el premio ESPASAesPOESÍA 2024
'La madre de nadie' (Espasa), el poemario que le ha dado a la poeta Carmen María López (Caravaca de la Cruz, 1991) el VII ... Premio ESPASAesPOESÍA [con un jurado compuesto por Luis Alberto de Cuenca, David Galán 'Redry', Alejandro Palomas, Ana Porto y Viviana Paletta], llegó este miércoles a las librerías con el deseo de su autora de enamorar a los lectores. Estructurado en dos partes, 'El solsticio es la madre' y 'Equinoccio en la tierra', está dedicado «a las mujeres / poema / caparazón»: «Yo soy la abuela. Yo soy la niña. [Y, sin embargo, la madre de nadie]». El poema más largo es el último, 'Ítaca', dedicado a sus padres: «(...) Y así mirando mucho la vida de tus padres, / te habrás vuelto más sabia. / Leerás ese libro inacabado. / Entenderás qué significa amor. / Por qué existen las Ítacas». Carmen María López parece, con su imborrable sonrisa, en estado de felicidad. El año pasado vio publicado su primer poemario, 'Yo también anochezco' (Ed. Complutense), que ganó el Premio Complutense de Literatura 2023.
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Poemas generalmente cortos, pero en 'Ítaca' se explaya. «Tenía que ser un poema narrativo, siguiendo el espíritu del poema de Kavafis, sobre la vuelta a casa tras el viaje». En la casa de sus padres, se dice, «está todo lo que buscas. Lo que has amado. Lo que ya nunca dejarás de amar». Y anima a volver siempre: «Detente en el quicio de la puerta. Gira la cerradura y reconoce el mundo. Ahí habitan tus yoes del pasado». Este será seguramente el poemario que más le pedirán que recite, un canto a todos los periplos emprendidos fuera del hogar para volver siempre a él después de todo, pese a todo.
¿Cómo empezó toda esta aventura poética? Dice Espasa que 'La madre de nadie' es «un libro-cuerpo, libro-cordón umbilical en el que las mujeres trenzan su historia con el hilo de Ariadna. Un libro-homenaje a las madres, las hilanderas del mundo». Y en estas palabras se reconoce Carmen María López, una poeta de escritura «muy caótica», pues puede estar durante periodos largos sin escribir, hasta romper «por momentos» ese yermo, ese vacío. «Anoto mucho, y hay momentos en que tengo una concentración especial o hay una música o algo que me inspira, una sola imagen o un verso, y de ahí parto. Yo este libro no lo concebí en un principio como un libro. Fui escribiendo en cuadernos. Y me di cuenta de que había dos posibles libros. El que ha salido, que fue por el vínculo madre-hija como algo universal, y otro que derivaba hacia la familia, que es casi el final del libro, en esa orientación hacia la casa familiar, una vuelta a 'Ítaca', el regreso, los objetos... hay un choque entre el presente y esa rememoración de la infancia que se da en la casa. Hay mucha literatura y mucho por decir en ese territorio del pasado». Muchos poemas quedaron fuera, y quién sabe si formarán parte de otro proyecto. «Por eso digo que estos poemas no los concebí como libro, era más una forma de ordenarme a mí como persona», admite.
«Estos poemas no los concebí como libro, era más una forma de ordenarme a mí como persona»
Carmen María piensa que los vínculos materno-filiales son todos diferentes. «Cada uno tiene una manera de convivir con el otro, hay mucha literatura sobre la complejidad de esos vínculos, incluso de manera amarga, como 'El corazón del daño', de María Negroni, donde hay mucho dolor, hay resentimiento... hacia la madre y hacia cosas que le han influido por el carácter de su madre. Pero en mi caso yo siempre lo he vivido como una profunda alegría, creo que se ha demonizado y hay libros que apuestan por el amor y por lo que la madre es como símbolo universal».
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Ariadna es para la poeta el personaje de la mitología sobre el que más ha indagado. La princesa cretense que se enamora de Teseo, hijo del rey de Atenas, a quien da un ovillo de hilo para que encuentre la salida del laberinto tras matar al Minotauro. «Yo soy Ariadna también, de alguna manera, porque es la idea del tejer, escribir es tejer, hilar palabras. En ese hilo de Ariadna está también el peso de la familia, es también ese lazo de madre e hija». 'La madre de nadie', remarca Espasa, «teje entre palabras la antropología simbólica de un vínculo universal: el de las madres con sus hijas. La mujer que todavía no es madre, la que quizá lo será, la que puede que no lo sea nunca, la madre perdida y la evocada, la madre amada..., todas ellas se reúnen en este itinerario sentimental que hilvanará una historia femenina en clave poética».
«Bastante perfeccionista»
Carmen María López, doctora en Literatura Española y Teoría de la Literatura por la Universidad de Murcia [recibió el Premio Extraordinario de Doctorado en Artes y Humanidades, por su tesis 'La narrativa de Javier Marías en diálogo con el cine', dirigida por el catedrático Pozuelo Yvancos, que derivó después en el libro 'El cine en el pensamiento y la creación de Javier Marías'], suele ser «bastante perfeccionista» con lo que escribe.
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«Siempre he estudiado narrativa, y la poesía ha sido un terreno libre y ajeno a mi labor crítica»
«Es verdad que hasta que no estoy plenamente convencida, ya sea un proyecto académico, un artículo que voy a publicar, o un libro más de creación, sí que no me lanzo. Porque soy bastante crítica y pienso que ya hay bastantes libros como para seguir añadiendo más al mundo. La conciencia crítica es necesaria para la creación». ¿Dónde está entonces lo más original de 'La madre de nadie'? Dijo el jurado de este libro que «erigiéndose en una especie de encadenamiento a través de la historia femenina, da forma a toda una antropología poética en las relaciones madre-hija». Para la autora, lo más novedoso radica en esa voz femenina que al mismo tiempo son muchas voces. «Es una voz universal al final. El libro es un diálogo, como una carta, habla la hija, habla la madre, hablan madres anónimas... hay un catálogo, una especie de metamorfosis de las mujeres. Ese era el desafío, encontrar una voz que no fuera la mía, y que, al mismo tiempo, yo pudiera, partiendo de mi yo, salir al yo de más mujeres». Esta obra la presentará en Alicante (por concretar), en Madrid (2 de diciembre, Librería Alberti) y en Murcia (4 de diciembre, en Libros Traperos).
–¿A qué conclusión llega?
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–A que cada vez sé menos cosas de las mujeres... Ya he vivido y he experimentado sobre lo que cuento en el libro. Pero quizás he llegado a la conclusión de que en el hecho de ser mujer es muy importante la corporeidad, el sentido de lo físico. La piel, el vínculo afectivo. Prestamos demasiada atención a lo psicológico y a lo mental, y lo desvinculamos de la corporeidad, que es lo que realmente nos teje como personas para comunicarnos.
–Como investigadora siempre ha transitado por la narrativa, y tampoco descarta explorarlo desde la creación.
–Siempre he estudiado narrativa, y la poesía ha sido un terreno libre y ajeno a esa labor crítica que implica analizar. Tengo una novela inédita, que no sé si publicaré, porque la escribí hace mucho tiempo, y otra inacabada. No creo que exista tanta distancia entre géneros. A mí la novela que me gusta es más lírica, aquella donde hay un ritmo y música, y esa música emana de la poesía. Cuando algo surge en mí se decanta hacia la poesía, incluso me ha pasado con ideas que yo contemplaba de forma narrativa. Una no escribe lo que quiere.
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–En su tesis doctoral abordó el discurso narrativo y el discurso fílmico en la obra de Javier Marías. La frontera entre lo fílmico y lo literario. Pero no llegó a conocer a Marías.
–Tuve trato con Javier Marías solo a través de postales y cartas que él me enviaba escritas a máquina o a mano. Él sí sabía de las investigaciones que yo hacía, pero no quise acercarme demasiado a él porque hay que tomar distancia de los autores para investigar no tanto desde lo biográfico sino desde la obra.
–¿Escribía ya de pequeña?
–Siempre me ha gustado escribir y leer, he tenido mucha curiosidad y el camino me ha ido llevando hasta aquí. [Ganó también el Premio Albacara 2008, el Premio de Poesía de la UMU 2011 y el Creamurcia de Literatura. 2018]. Siempre me recuerdo leyendo a Machado, Hierro, Cernuda, Dostoyevski... incluso me aprendía poemas de memoria. [La poesía está en ella].
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