La cantante y compositora Sara Zamora está inmersa en la elaboración de su tercer trabajo de estudio tras los álbumes 'Do it' y 'Time'. Javier Carrión / AGM
La semana de...

Latidos de jazz y funk al ritmo eterno del soul de Sara Zamora

Libre y ajena a las modas, la vocalista y compositora murciana prepara su tercer álbum de estudio tras su premiado 'Time', una gira plagada de 'sold out' y un segundo puesto en el Sanremo Senior con sabor a triunfo

Domingo, 26 de enero 2025, 07:55

No hay sueño pequeño en su corazón ni duda en su voz cuando comparte anhelos. Aunque un tono jocoso que le viene de serie deja ... entrever cierta intuición de imposibilidad, se sumerge ilusionada en las ganas de hacer dueto con Michael Bublé o ser entrevistada por Oprah Winfrey. La cantante y compositora murciana Sara Zamora, acompañada desde niña por una voz que descubrió en los ecos de un garaje, asimila que el éxito le esté llegando a los 38 años. En diciembre de 2023 consiguió el reconocimiento al 'Mejor álbum pop' de los premios Yepes de la Música de la Región de Murcia con 'Time', un disco grabado en los estudios Arde el Arte bajo la dirección musical de Juan Tae 'El Niño de Mula' y arropado por los coros góspel de Belter Souls. Seleccionada por la Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes de la música (AIE) para el programa 'Artistas en Ruta', su gira Brave Tour está cuajada, hasta el momento, de carteles de 'sold out' en salas de toda España. Como colofón de una etapa de ensueño, el pasado mes de octubre cosechó el segundo puesto en el festival internacional Sanremo Senior 2024. Maestra de Educación Infantil durante 18 años, en junio de 2024 tomó la decisión inequívoca de abandonar la docencia, amenazada su salud por una ansiedad creciente y con el apoyo inquebrantable de Juan Tae, su pareja, compañero de banda y director musical, también bajista de Varry Brava. Cuenta que su abuela Flora cantaba a todas horas y que su padre la dormía con canciones de Whitney Houston y Phil Collins, mientras en su cabeza no dejaban de repetirse hipnóticas imágenes de 'Lluvia de estrellas', programa en el que fantaseaba con encarnar a su admirada Mari Trini. Ha colaborado, entre otras formaciones y artistas, con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, el guitarrista Carlos Piñana, la 'big band' de Ginés Martínez Vera y el pianista y productor Ángel Valdegrama. Cuenta, feliz, que ha pisado prestigiosos escenarios como el Cartagena Jazz Festival, el Festival Internacional de Jazz de San Javier, la Sala Clamores y Tempo Club, en Madrid, o La Textil, en Barcelona. Con un tercer álbum en proceso que espera lanzar a finales de 2026, reivindica que ser natural es lo que mejor le funciona en la vida, y que es la misma persona en el escenario, en casa y en la barra de un bar. Libre y sin prejuicios.

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Lunes

17.00 horas. Estoy preparando un festival chulísimo que tenemos en Burgos en febrero [Jazz 25]. Con el concierto de esta semana en La Puerta Falsa empezamos la tercera parte de la gira, en la que el público nos está acogiendo con 'sold out' a pesar de hacer un género que no está de moda en este país. La semana pasada estuve un par de días en Cuevas de Almanzora, en Almería, de donde es mi pianista, el productor y compositor Aure Ortega. Me encerré con él en el estudio viendo los temas del tercer disco. Hay que hacerlo despacio, como el cocido y la paella. Será más maduro, pero no menos apasionado. Va a haber 'neosoul', jazz, 'funky', con dos o tres baladas de los 90, a lo Barbra Streisand. He incluido un 'blues' estilo Etta James, con armónica y muy de bar oscuro. Y voy a volver a los arreglos orquestales.

Martes

7.30 horas. Me levanto y hago las tareas de la casa, porque hay que espabilarse. Hago muchísimo deporte por estar sana, pero lo odio a muerte. Por la tarde me encierro en el estudio para componer y cantar. A veces, el proceso de composición empieza por destellos. En el segundo disco hay una canción, 'All I want is dancing', que habla de los complejos físicos que tenemos las mujeres por lo que la sociedad nos impone. La compuse fregando los platos. En la ducha me pasa y tengo que parar, con todo el jabón, para ponerme a grabar con el móvil. Al margen de la musa hay que sentarse y trabajar. Hay días que el sofá y tu serie de Netflix te atrapan.

Miércoles

9.00 horas. Dejarme la docencia y dedicarme a esto profesionalmente ha sido mi mayor logro. En junio tuve que tomar la decisión. Dejas una estabilidad económica y pasas a mirar la cuenta cada día. En el colegio no estaba bien. La educación está hecha un puñetero desastre, y no por los maestros. Acabé, y no me da vergüenza decirlo, con una enfermedad mental grave por culpa de padres maleducados, machistas, homófobos, xenóbofos, sobreprotectores... además de demasiados niños con necesidades educativas especiales para la falta de apoyo que tienen las maestras. Estuve de baja por ansiedad. Juan Tae me dijo: «Cariño, tú eres feliz encima de un escenario». Lo comuniqué al colegio, lo entendieron y me apoyaron. No sé si es valentía o no, pero estoy feliz.

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Jueves

20.00 horas. Intento evitar hablar por teléfono el día antes y el día del bolo. Esto lo aconsejaban Mónica Naranjo y Raphael, porque al hablar por teléfono gritamos y gesticulamos el triple. La voz es un trabajo para cultivar cada día. Tengo todas las semanas mi sesión de media 'horica' con mi logopeda, que me está ayudando muchísimo.

Viernes

14.00 horas. El día del bolo me hincho a comer pasta porque me da un montón de energía. Nos reunimos todo el equipo, nos damos un 'abracico' fuerte, nos tomamos una 'copica' de vino... y a la calle. Empecé en La Puerta Falsa con 22 o 23 años. Fue mi primer escenario serio, al que me subí con mi hermano José Antonio, que también es músico, para hacer acústicos. La Puerta Falsa me ha ayudado a darme a conocer en Murcia y a coger tablas. Aún me dan calambres en las manos diez minutos antes de salir al escenario. Los nervios se van enseguida y toca disfrutar. En los festivales con mucho público y en los teatros estoy más pendiente de estar correcta. Donde mejor me lo paso es en las salas pequeñas, donde, más que una dama, soy una princesa 'punky'. Hacemos un espectáculo guitarrero, súper soul y jazzero, divertido… Un periodista muy conocido de la Región me llegó a decir hace muchos años que me hiciera un disco de 'house' y que luego me dedicara a 'mi' jazz, 'mi' soul «y esas cosas». Me entró por un oído y me salió por el otro. Me han dicho también que por qué no hago canciones en español, algo más 'mainstream', más pop. Lo intentan cada día, y yo cada día soy más fuerte y más libre.

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Sábado

22.00 horas. Cuando no tenemos bolo me gusta ir a conciertos de compañeros como los Tijuana Road o Francis Sarabia. Entre todos, también los programadores, tenemos que educar a la gente en pagar entrada. Gracias a la entrada voy a poder pagar a cinco trabajadores, dar el porcentaje a la sala y quedarme para mí un 'poquico'. Por un precio de entre 5 y 15 euros, vas a ver un espectáculo genial y a ayudar a un sector que considero que está empobrecido. Lo guay que tiene la Región es que hay un montón de festivales, pero nos han quitado las salas de conciertos. Antes estaba actuando en el Kennedy, en El Ahorcado Feliz, en un montón de garitos todos los jueves, viernes y sábados. Ahora solo quedan las salas grandes. Vienen amigos de fuera y me preguntan: «Sara, ¿dónde vamos de concierto?». Y no sé qué decirles. Revólver, La Yesería y poquito más.

Domingo

20.30 horas. Tenemos una tele grande y solemos ver conciertos en directo. Cumplí mi sueño de ver a Michael Bublé en el Palau Sant Jordi, y en San Javier, en cuarta fila, a Gregory Porter. No he visto hasta ahora ninguna artista femenina que me haya explotado la cabeza. A veces me han llamado algunos hombres para programar un concierto, además de por la música, por mi físico. En general, mis compañeros músicos no son así. Incluso se quejan de que en los carteles hay poca presencia femenina, y no por falta de talento o de proyectos. Es mi lucha constante. Les digo a mis compañeras que se dejen las 'covers' y los tributos, aunque estén bien, porque somos muy pocas mujeres las que sacamos nuestros proyectos adelante. Ponte a componer, invierte o pídete un préstamo, pero saca tus canciones. Tenemos que empujarnos entre todas.

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