'El lago de los cisnes' que Tchaikovsky no llegó a ver
La investigadora especializada en danza Ana Abad ofrece esta tarde en la Fundación Mediterráneo una charla dedicada a este ballet
«'El lago de los cisnes' hace de puente entre la época imperial y las reformas sociales culturales y artísticas que trajo consigo la Revolución Rusa», explica la docente e investigadora especialista en estudios de danza Ana Abad (Zaragoza, 1970), que ofrecerá, a las 20.00 horas en la Fundación Mediterráneo, la conferencia ilustrada 'El lago de los cisnes. Cosas que no sabías', centrada en una de las obras más emblemáticas del ballet, que ocupa un lugar destacado en el repertorio internacional, con música de Tchaikovsky, y una coreografía a cuatro manos a cargo de Marius Petipa –«francés, fue el gran coreógrafo en Rusia»– y Lev Ivanov. «Todo ello hace que sea inmortal», explica Abad sobre un ballet cuyo éxito no pudo disfrutar el compositor ruso, pues se estrenó inicialmente en 1877, sin buena aceptación por el público, y más adelante, en 1895, tras el trabajo de Petipa se estrenó la nueva versión que se convertiría en un emblema del Ballet Imperial.
Una obra «entre las pocas que se conservan del siglo XIX, pues ha habido un vacío interpretativo de 100 años, aunque se mantienen algunas como 'La Bella Durmiente', 'El Cascanueces...' pero no muchas más, de ahí la importancia de su supervivencia», dice la investigadora.
No obstante, «hasta los años 60 solamente los soviéticos y los ingleses programaban esta obra en el repertorio de manera continuada» y fue a partir de los años 60 cuando «por influencia anglosajona en la Commonwealth empiezan a montar sus versiones, siempre desde el punto de vista inglés». Después, «con la salida de Rudolf Nuréyev de la Unión Soviética se montan versiones en Viena y en la Ópera de París. Un fenómeno relativamente reciente», indica Abad, que considera que «en España la afición al ballet es mucha pero el conocimiento no tanto».