Ricardo García: «La imagen es una prueba irrefutable de que se ha cometido un ataque»
El fotógrafo destaca la importancia de informar a través de los retratos en el segundo encuentro del ciclo 'Conflictos sobre el terreno', de Fundación Mediterráneo y LA VERDAD
Lydia MARTÍN
MURCIA.
Jueves, 17 de noviembre 2022, 12:08
Palabra e imagen van unidas a la hora de mostrar la realidad de un conflicto armado en su misión conjunta de sumar a la memoria histórica de un territorio. Se trata de un objetivo que deben valerse de dos palabras: empatía y respeto. Así lo plasmó el fotógrafo Ricardo García Vilanova durante su conversación con el periodista Rubén García Bastida en el segundo encuentro del ciclo 'Conflictos sobre el terreno', organizado por la Fundación Mediterráneo con la colaboración del diario LA VERDAD.
El fotógrafo –cuyos trabajos en zonas de conflicto y crisis humanitarias ha sido publicados en 'The New York Times', 'The Washington Post', 'The Times' o 'The Guardian', entre muchos otros- puso en valor la importancia de las imágenes a la hora de transmitir la realidad de un conflicto armado como «prueba irrefutable de que ha habido un ataque a la población o que se ha comedio un crimen». Detalla tres zonas desde las que puede reflejar el conflicto con su cámara: la zona estable, que está alejada del frente y es donde están los hospitales, para hacer historias médicas; la zona preferente, a unos 3 kilómetros del frente, con hoteles de campaña, logística y soldados; y el frente, «donde realmente suceden las cosas». A la hora de elegir el lugar desde el que transmitir la situación, Ricardo García destacó la validez de cualquiera de ellos, ya que «lo importante desde el periodismo es que se sensibilice a las personas, que esas historias lleguen a la sociedad y se transmita esa información y sirva para algo», indicó.
Lo que tiene claro es que «cuando trabajas con el dolor ajeno y tienes que hacer este tipo de imágenes, la empatía y el respeto son necesarios». «En la guerra se tiene que mostrar lo que pasa» y, para eso, el método es «ganarse el respeto de esa gente, formar parte de los civiles por que son el núcleo que realmente paga el precio más alto de la guerra». Durante la intervención mostró la dureza de conflictos como el de Ucrania a través de imágenes donde confluían la muerte con la propia sociedad civil, volcada en ayudar a las personas más afectadas del conflicto. En este último ensalzó «la fortaleza mental de la sociedad en Ucrania que decide ayudar de forma totalmente altruista y jugarse la vida».
«Cuando trabajas con el dolor ajeno y tienes que hacer este tipo de imágenes, la empatía y el respeto son necesarios»
«Elementos aleatorios»
A Ricardo García siempre le ha interesado la historia y el arte en general, y eso le llevó a la fotografía. «Desde el primer momento me interesó cubrir esa parte de la historia marcada de grandes cambios a través de los grandes conflictos, que suceden desde el inicio de la historia de la humanidad porque está ligado a una parte inherente del ser humano», detalló el fotógrafo. Consciente de que este camino profesional conlleva sacrificios, se centra en su motivación de creer en el cambio que produce el periodismo. «Creemos en el valor de esa información, porque la sociedad tiene derecho a estar informada», añade.
Para él, la clave es tener clara la vocación hacia este trabajo, ya que «cuando entras en una zona de conflicto, hay un montón de elementos aleatorios que definen que salgas en una bolsa o malherido». «Lo primero es, si quieres dedicarte a esto, ser honesto contigo mismo y saber que ese peligro existe y que es real y de ahí determinar dónde quieres trabajar y hasta dónde quieres llegar», recomienda. Y si el camino está decidido, saber «dónde vas y dónde te vas a mover, con quién tienes que hablar y la historia de ese conflicto» antes de llegar al territorio. Todo esto sin olvidar que hay que aprender a viajar solo, ser tenaz, hablar idiomas y entender que «es una carrera de fondo, porque es difícil trabajar en esto pero se puede conseguir».
Desvinculación con los medios
La muerte de dos fotógrafos en el año 2011 en la guerra de Libia supuso un punto de inflexión a nivel internacional, pasando de «poder sobrevivir como fotógrafo 'freelance'» al corte de los medios americanos con ese tipo de relación para dar paso a otro modelo en el que «el 'freelance' tiene que costearse el viaje, hacer de logista, de agente y vender ese material», tal y como detalló el ponente. «Actualmente es imposible trabajar de fotógrafo a nivel internacional si no estás en una agencia o medio que pueda costear coberturas como Ucrania, porque es insostenible», aclaró.
Aprovechó para exponer la necesidad de que la información de los conflictos armados abiertos en el mundo llegue a los medios, mostrando más allá de «lo que nos toca de cerca», como el caso de la guerra de Ucrania, y que la sociedad demande esa información para que se cubran esas noticias. «Como sociedad hemos perdido la empatía y funcionamos por proximidad, es decir, empezamos a hablar de refugiados cuando llegan a nuestras fronteras», concluyó el ponente.
El ciclo 'Conflictos sobre el terreno' concluirá el 13 de diciembre con Rosa María Calaf como invitada.
«Con la Covid se rompió la memoria histórica»
Ricardo García criticó que durante la pandemia «no se veían fotografías de las víctimas», algo con lo que, a su parecer, «se ha tratado de infantilizar a la población» y que supone «un fracaso de los políticos que dirigen esta sociedad». «No quiere decir que cada día tenemos que tener una fotografía de una víctima o de lo que sucede, pero en ese momento los profesionales no entendimos cómo era posible que solo saliera un registro gráfico de personas aplaudiendo y dando lo mejor de sí, pero que no hubiera la imagen de esas víctimas», aclaró. En este aspecto, destacó que «si no se pone ni nombre ni cara para personalizar a las víctimas, no se tiene la empatía suficiente para llegar a comprender lo que está pasando».