Ganarse la vida que vendrá

ALGO SUPUESTAMENTE ENTRETENIDO ·

Jueves, 4 de febrero 2021, 00:11

Vale. Comienzo. No es fácil escribir tu primera columna. Imagino que debe ser un miedo recurrente en los periodistas a los que se les abre ... esta puerta, que da la posibilidad al lector de conocer tu mundo interior. Para mí, hoy comienza un viaje como el que Bastian emprende a Fantasía en 'La historia interminable'. «Pase, lector. Pase y vea quién soy en realidad».

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La pandemia nos ha permitido reconectar y valorar de una forma pausada lo que somos, lo que nos hace realmente felices y lo que nos remueve por dentro. Y en esas horas interminables de radiografiarse a uno mismo y preguntarse quién es ese que se esconde debajo de la piel, siempre termino volviendo a los mismos lugares donde he sido feliz. Y lo tuve claro, hay que mantenerse lo más alegre y motivado que uno buenamente pueda. Ganarse la vida que vendrá no es solo un mantra positivo que puede salir en una taza de desayuno, también es mi manera de honrar aquello que nos ha robado el virus.

Porque, ay... los conciertos. La música en directo es lo que más echo de menos. Empezar los meses mirando agendas y calendarios con T, decidiendo ir a ver a Claim en la Sala REM en detrimento de Nacho Vegas, que iba a tocar en el Teatro Circo (la amistad siempre gana). Afrontando los viernes de trabajo con una sonrisa, porque la felicidad ya estaba cerca, se escondía a la vuelta de la esquina, en forma de planes culturales. Ahora, los fines de semana son simples martes con peinado nuevo.

Esta columna ha sido escrita mientras sonaba 'Liability', de Lorde; y 'Gitana', de Derby Motoreta's Burrito Kachimba

Me niego a considerar sábados a los sábados vividos desde marzo hasta hoy. No, no voy a hacerlo y me van a permitir que no lo haga, porque si no puedo levantarme de la cama ansioso por saber cómo es el nuevo restaurante que nos van a enseñar Y y A, no me merece la pena considerar esto como días de disfrute.

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Ahora es el momento de tomar impulso, de coger carrerilla para disfrutar del nuevo paradigma que se creará tras ganarle el pulso a esta pesadilla. Lo dice María Auxiliadora Álvarez en uno de sus poemas: «El derrumbe / nos ha dado / una nueva montaña / y una alta brisa final / sobre lo devastado». Y tras llegar al pico, de nuevo los conciertos, la vida en la calle, una exposición en la Sala Verónicas que te eriza la piel.

Ganarse la vida que vendrá, ahora que parece imposible, porque el día que suene el pistoletazo de salida la cultura va a seguir allí, esperándonos, sonriendo con los brazos abiertos. A ganar.

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