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A punto del estreno. Imagen de un ensayo de 'Extinción'.

'Extinción', teatro de altos vuelos

El impactante montaje murciano, con texto y dirección de Luisma Soriano, regresa el sábado al TCM, donde se estrenó en 2018, reducido a dos horas y quince minutos y con un reparto renovado

Jueves, 14 de enero 2021, 01:34

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Extinción', el muy extraño, complejo y sorprendente montaje murciano estrenado en mayo de 2018, con texto y dirección de Luisma Soriano (Murcia, 1979), y que resultó multipremiado por los profesionales de las artes escénicas de la Región, regresa al Teatro Circo Murcia (TCM) este sábado, a las 18:00 horas. Una original propuesta que supone un reto para todos cuantos participan en este apasionante, desasosegante y febril montaje, sin complejos, que rezuma ambición. La nueva versión de 'Extinción' reduce su tiempo de duración –de tres horas y treinta y cinco minutos pasa a dos horas y quince minutos–, adapta su escenografía a escenarios convencionales –su estreno tuvo lugar en un TCM en el que se levantó su patio de butacas para ampliar los límites espaciales de la representación–, y ha visto suprimidas algunas escenas y cómo se ha aligerado el texto original para dotarlo de «mayor dinamismo». Y en cuanto al reparto que participó en su aventura inicial, cuatro de sus actores permanecen en su nueva puesta en escena: Verónica Bermúdez, David Terol, Juan F. Larcón y Juan Pedro Alcántara. Y debutarán Carlos Esteve, Noelia Sidrach, Azahar Carmona y la veterana Eloísa Azorín, 'alma' de la Compañía Ferroviaria. En el caso del joven Carlos Esteve, Luisma Soriano destaca con admiración su enorme esfuerzo realizado, ya que se enteraron de que José Antonio Villegas no podría estar finalmente en este nuevo montaje, y por tanto debía ser sustituido «'in extremis'», el pasado 4 de enero.

Recuerda Luisma Soriano que «en el antiguo teatro griego surgieron las tragedias» y que estas tenían «un componente purificador como objetivo final: la catarsis». Y añade: «Hoy en día se ha perdido el sentido último de la tragedia. La purificación del espectador, al transitar en su interior emociones que ve representadas, está totalmente diluida». «La sociedad ha avanzado de tal modo», indica, «que el individuo puede acceder a liberar emociones de manera inmediata». Pero, en efecto, «antiguamente la tragedia era una experiencia a fuego lento, donde la fábula iba produciendo en el espectador sentimientos de forma inexorable, guiándolo a un final de exaltación donde asumía su condición humana y donde reconocía que nada que surgiera del ser humano le era ajeno».

'Extinción', precisamente, «intenta recuperar esa idea perdida de la tragedia, donde una historia se construye a partir de decisiones fundamentales que provocan concatenaciones de acontecimientos, los cuales sobrepasan la vida biológica de los protagonistas y van más allá de sus descendientes». 'Extinción' tiene vocación, según su autor y director, de recuperar «el tiempo necesario para provocar las emociones extremas», porque estamos ante «una metáfora de las repercusiones de los actos que hoy cometemos y que todavía perdurarán más allá de nuestros bisnietos».

La obra arranca cuando «Enma recibe una extraña llamada telefónica el día antes de su cumpleaños informándole de que su marido, muerto hace meses, le ha dejado un regalo: se trata de la posibilidad de tener un hijo de él, ya que congeló su esperma para regalárselo cuando ya no estuviese». Lo que sigue a continuación es un delirio de aciertos escénicos y zozobras vitales.

Esta obra de Luisma Soriano es, entre otras cosas, un homenaje al padre y a la madre, que nos trajeron al mundo acompañados de sus miedos, dudas, errores y aciertos, y al propio hecho misterioso e inigualable de la vida humana abriéndose camino contra todo pronóstico: da lo mismo lo numerosas que sean las adversidades y el temblor de catástrofe, desolación y miedo al futuro que se adhieran a nosotros.

Un canto de amor a las madres, y un himno en carne viva a la figura del padre, valiente o cobarde, presente o ausente, responsable o todo lo contrario, que se erige en faro necesario para comprenderse a uno mismo. Por 'Extinción' transitan casi siempre en perfecta convivencia escénica muertos que conviven con los vivos, malos presagios, abusos sexuales a niños, padres suicidas de una violencia que deja sin aliento, amigos que se añoran, sanadores y personajes legendarios de otros tiempos, hijos nacidos y por nacer y seres malnacidos.

Emoción

La obra de Soriano, también profesor en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESADM), encierra una buena escritura teatral, emoción, poesía, ironía, descaro, desgarro, frustraciones escondidas... Sus referentes artísticos en el campo del teatro son de altísimo vuelo: nombres ante los que hay que ponerse de rodillas: Angélica Liddell, el Wajdi Mouawad de 'Incendios' y de 'Litoral', el Ivo van Hove de 'La voz humana', el Robert Lepage de la tetralogía 'Juego de cartas', y sobre todo de la imbatible y todopoderosa 'Lipsynch'; ¡el Jan Fabre de todo lo que hace! ¡Uff!

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