Un espacio creativo implicado con Turquía
Hayat Nuraydin, responsable de Hayat's Chocolate Factory, viaja a su tierra natal, para reencontrarse con su familia tras los terremotos de febrero y recauda fondos a través de su escuela de arte en la naturaleza de Cartagena
Cuando se publique este reportaje, Hayat Nuraydin estará viajando a Turquía, su país natal, para reencontrarse con su familia tras el horror que ha vivido el país desde que el 6 de febrero la tierra temblara y, más tarde, el 20 de febrero. Dos terremotos que destrozaron un amplio territorio. Por suerte, la familia de Nuraydin, afincada en Cartagena desde 2008, ha salido indemne del desastre natural. «Se trata de un terremoto que ha destruido diez ciudades, pero la mía, Hatay (Antioquía del Orontes), ha sido una de las más afectadas o según lo que nos dicen, incluso la más afectada...», cuenta sobre su lugar de cuna.
«Una ciudad antigua, con un inmenso patrimonio histórico y cultural, donde se fundó la primera iglesia del mundo», explica sobre una tierra «donde diversas culturas como la griega, romana, armenia, árabe y turca se han fusionado desde hace siglos» y que representa «un lugar muy importante en el país por la convivencia ejemplar entre diferentes religiones y etnias». «Hay preocupación ciudadana para que la reconstrucción de la ciudad respete su historia», incide.
«La situación en general está muy mal», admite. «Mi padre estaba allí, en nuestra casa de toda la vida, que sigue en pie pero ya no es la misma. Se habla de miles de niños afectados y ahí es donde está mi mayor preocupación».
Beca europea
Hayat Nuraydin llegó a Cartagena con una beca de estudios de la Comisión Europea en 2008 y se quedó. «No tengo una historia romántica que contar, como todos esperan escuchar. La gente quiere oír que me quedé aquí porque me encantó la ciudad pero en realidad hubo varios motivos», dice esta lingüista. En la ciudad portuaria ha desarrollado un proyecto laboral muy personal, Hayat's Chocolate Factory, o, como lo llama su responsable, «La 'Factory'». Se trata de una escuela innovadora para niños y adultos en la que se desarrolla el aprendizaje en contacto con la naturaleza y las disciplinas artísticas en conexión con el momento presente. «Nuestro principal objetivo aquí es potenciar a cada individuo y su propia autenticidad, empezando por los niños», indica Nuraydin, que ha instalado su escuela en la finca La Casa Blanca (Canteras), un espacio para respirar aire fresco «con una casita de madera y un gran jardín» a 15 minutos en coche del centro de Cartagena.
«Antioquía del Orontes es una ciudad con inmenso patrimonio histórico y cultural, donde conviven diferentes religiones»
Aunque son muchos los cursos que se imparten en La Factory, los más populares son los de inglés en la naturaleza, para niños de 3 a 8 años, e inglés desde el arte, impartido para niños de 3 a 8 años y de 9 a 12 años.
«Yo quería, principalmente, crear una escuela de arte, pero al ser también lingüista quise fusionarlo un poco todo para poder acompañar a los niños también con el aprendizaje de inglés. No me gustaba nada la idea de ser una profesora convencional y fui explorando, viendo que podía dar mucho más», explica la profesora de estos cursos donde «el inglés es un plus de un propósito mucho más grande. Aplicamos pedagogías activas y respetuosas, lo que nos hace ser pioneros, sobre todo en el momento en el que creamos la escuela, hace más de diez años». Diversas actividades de arte dramático, expresión corporal, musicalidad, pintura, arcilla, huerto y talleres de cocina hacen especiales estas clases que pretenden potenciar muchas otras capacidades como el trabajo en equipo, la concentración, la gestión emocional, la escucha y el respeto a los demás y al entorno que nos rodea.
Sábanas, telas, pinceles, brochas, música, instrumentos, títeres, cuentos y disfraces son los juguetes en estas clases de La Factory donde, junto a Hayat Nuraydin, trabajan profesionales como María Bouyón (actriz, profesora de teatro, yoga y música), Kiki Anart (artista, historiadora de arte y mediadora artística) y Daniela Masia. Esta última se encarga de impartir los talleres de arteterapia para adultos, que comenzaron este curso. «Realizábamos actividades de arte y juego en familia, también para adultos, pero a la vez veíamos una necesidad de acompañar a los adultos con más profundidad y la arteterapia es una herramienta increíble para poder hacerlo», subraya Nuraydin sobre lo que le ha llevado a iniciar nuevos cursos destinados «al bienestar de la persona».
Los talleres de arteterapia, arte para la gestión emocional, caligrafía meditativa y acuarela meditativa, «no consisten en aprender a realizar algo artístico», dice. Lo explica también la experta Daniela Masia: «La arteterapia es una disciplina que une arte y psicología y un acompañamiento que se realiza para conocer el mundo interior personal, ver sus emociones, sus sentimientos y descubrir parte de uno mismo a través de un medio que no es verbal», especifica la italiana, guía en estos cursos. «Estamos acostumbrados a conocernos a través de la palabra y la arteterapia nos permite conectarnos con nosotros mismos a través del inconsciente».
«Nuestro principal objetivo es potenciar a cada individuo y su propia autenticidad, empezando por los niños»
Unas clases que invitan a «un diálogo con uno mismo a través de una obra, que se puede traducir por ejemplo en una pintura, una escultura y también otros medios artísticos visuales», dice la especializada en eco-arteterapia, que se puede realizar de forma individual y colectiva.
«Las personas que participan tienen una necesidad de conocerse y, a través de la arteterapia, se desarrolla un recorrido personal», indica la profesora, que pone como ejemplo el curso 'El camino de la mujer', «en el que un grupo de mujeres trabaja en un espacio seguro, sin juicios, donde no tiene ninguna importancia el resultado estético». A través de diferentes ejercicios relacionados con el juego «desaparecen los juicios personales» y se mejora en cuanto a que «las frustraciones que llegan demasiado rápido van desapareciendo».
Ayuda económica
Desde el espacio, que organiza también talleres variados puntuales y campamentos para niños durante las vacaciones escolares, Hayat Nuraydin ha lanzado una campaña –a través de la plataforma Gofundme y a la cuál se puede acceder desde la web hayatschocolatefactory.com– para recaudar fondos para Turquía tras la catástrofe.
«Después de este periodo de emergencia, miles de niños y jóvenes van a tener que enfrentarse a una nueva realidad donde les espera un arduo proceso de integración en la vida y la sociedad», añade la educadora, que enviará el dinero recaudado a colectivos, ONG's y asociaciones sin ánimo de lucro del país y que destinará el importe de los ingresos de su próximo campamento, la Escuela de Primavera, en Semana Santa, a esta causa.
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