«Demostramos que otra forma de hacer teatro es posible»

Cuenta Rocío Bernal, codirectora junto a Pepe Galera de la compañía murciana Deconné, que 'La perspectiva del suricato', la primera gran obra de creación propia que como compañía presentan sobre el escenario, es una «fiesta de la rareza», una «oda», añade, «a la diversidad», al modo de ser y sentirse diferente. Un proyecto, sigue describiendo, que «parte de la base de que todos somos distintos» e intenta alejarse todo lo posible de «esa idea impuesta de normalidad social que tanto nos limita y divide a la hora de relacionarnos».

'La perspectiva del suricato' es la obra que esta noche –21.00 horas– abre el telón del Teatro Romea de Murcia tras el obligado cierre de marzo. Es, de hecho, uno de sus montajes aplazados: debió representarse el 2 de abril, pero la Covid-19 impidió entonces su estreno. «Estos meses han sido y están siendo muy duros. El confinamiento nos vino como una jarra de agua fría total, como a todo el mundo, pero a nivel de montaje ha pasado un poco como con el buen vino: que después de dejarlo reposar en barrica está más sabroso. Este tiempo nos ha venido bien para interiorizar el proyecto y dejarlo más redondo», asegura Pepe Galera, aunque para él, el «éxito» total de la obra sería que, tras su representación, el público saliera del teatro «reconociendo que también él es un ser raro».

Concebida y desarrollada como una propuesta de teatro inclusivo, 'La perspectiva del suricato' cuenta en su reparto con los actores Javier Ruano, Susi Espín, Pepe Villena, María Jesús Baeza, Nico Andreo y Miriam Garlo. Su hilo argumental se desencadena, explica Bernal, también con una larga trayectoria como actriz, «en una noche cualquiera, en la que un grupo de hombres, a los que se les llama 'hombres de fuego', van puerta por puerta entrando en todas las casas de una ciudad, y por orden del ministro cogen a las personas raras para apartarlas de la sociedad. En ese ataque –continúa–, un grupo de personas diferentes consiguen huir. Llegan hasta el claro de un bosque desde el que pueden ver la ciudad, y allí deciden pasar la noche. Pronto se dan cuenta de que tienen que aprender a sobrevivir juntos porque no saben cuándo van a poder volver».

Considera Bernal que asistimos a «una tendencia a estandarizar y anular todo pensamiento diferente o forma de sentir diferente», y es «eso que tanto nos limita» a lo que ellos han querido «darle la vuelta»: «Esas diferencias son las que nos enriquecen a nivel individual, como sociedad e incluso como civilización», resume.

«Desde que éramos niños hemos tenido la sensación de que para poder encajar teníamos que adaptarnos y esconder partes de nosotros mismos. Siempre nos hemos sentido raros», habla Bernal de la trayectoria vital que comparte con Galera para explicar cómo para este proyecto han unido una «vivencia personal» con la experimentada por personas con diversidad funcional: «Al final no estamos tan lejos porque todos sentimos esa línea que nos limita y nos divide». Añade Bernal que el mismo mensaje que engloba la obra es el modo de trabajar que ellos han adoptado con la compañía Deconné, creada en 2013 y con la que han levantado pequeños proyectos y colaboraciones –'La perspectiva del suricato' es su primer gran montaje–. «Partimos de buscar la rareza de cada uno de nosotros, en qué momentos vitales nos habíamos sentido apartados, raros..., y eso enriqueció la obra un disparate», defiende Bernal, codirectora de un reparto en el que se entremezclan personas con y sin discapacidad: «Estamos demostrando que otras formas de hacer teatro son posibles y que atendiendo a la diferencia todos nos enriquecemos y todos nos beneficiamos».

Agrega Pepe Galera que la obra es, además, una propuesta de teatro «cien por cien accesible para toda la sociedad murciana». Contará con intérprete de signos, sobretítulos y audiodescripción, además de otras facilidades técnicas. «El teatro –dice– es un arte universal, y como tal, debe ser accesible. No solo esta función, sino todas las que se programen». Y en este aspecto, reconoce Bernal, «nosotros hemos tenido muy fácil hacer accesible nuestro espectáculo porque tanto en el [Teatro] Romea como el Circo su gestores ya se han ocupado de tener todo el material y el equipo necesario para poder ser espacios accesibles. Lamentablemente, cuando salgamos de gira nos encontraremos con muchos teatros que no están preparados».

No obstante, esa gira es todavía un proyecto a futuro: «Para poder sobrevivir a este estreno hemos tenido que generarnos una burbuja. Si ya por desgracia dedicarse profesionalmente al teatro es una incertidumbre, porque no depende del talento o de la calidad, sino de muchísimos factores más, en el momento en el que estamos lo es todavía más. Cada día van cambiando las normas y es una locura, así que nosotros hemos decidido poner el alma en este estreno sin saber qué nos vamos a encontrar después. La situación es preocupante y grave y hay lugares donde se aboga por una cultura segura, pero hay otros en los que existe mucho miedo todavía», reconoce Bernal.

Para Galera es fundamental que «tanto administraciones como sociedad vayan cogidos de la mano. Que se siga apostando por la cultura y el teatro y que el público no tenga miedo a asistir a las funciones porque, a día de hoy, la cultura es segura», señala.