El videógrafo Gabriel Moya gana su segundo 'Goya' con el corto 'Un trozo de vida'
Una alegoría del mito de Pigmalión, protagonizada por una talla de madera, recibe el galardón al mejor audiovisual
Un trozo de madera que quiere tener más que forma humana es el protagonista del trabajo que ha recibido un premio Goya, la versión del galardón nacional que reconoce las mejores fotografías y videos realizados en España cada año. Es la segunda vez que el videógrafo Gabriel Moya, de San Javier, autor del corto, recibe el mismo galardón, que concede la Asociación de Fotógrafos y Videógrafos Profesionales de Aragón desde 1985, antes incluso de que se crearan los premios de la Academia del Cine con el mismo nombre.
En 2013 ya recibió un Goya al mejor reportaje social, aunque esta vez ha cambiado de registro. Su cinta 'Un trozo de vida' plantea el mito de Pigmalión a través de una talla de madera que quiere respirar y sentir como un humano. Influencia de diversas obras y experiencias personales, el videógrafo pone de realce el trabajo artesano desde el taller local de un escultor.
«Es una adaptación de libros leídos y de pasajes de mi vida, que he ido incorporando y han modelado a lo largo del tiempo la historia», explica. Convierte en protagonistas a sus padres y a su hijo, que dan vida a la reflexión inspirada en la historia literaria de un muñeco, que le transmite a su ventrílocuo cuántas cosas haría si tuviera vida. Ganador del mejor video de publicidad creativa de España en 2019, Moya hizo la transición de la producción de videos de bodas a contenidos audiovisuales para empresas, aunque este proyecto no tiene objetivos comerciales.