Los simios vuelven a dominar la Tierra (y los cines)
Un amargo western es la segunda película dirigida por Viggo Mortensen
No sé qué pasará en las elecciones catalanas, y no sé si fue gol o fuera de juego (solo digo que cuidado con los alemanes, que ya sabéis como se tomaron perder la I Guerra Mundial), pero lo que sí sé es que los estrenos de este viernes, 10 de mayo, os distraerán.
Igual que nunca faltan los grupos frikis en Eurovisión, tampoco faltan los viernes algún blockbuster que llega con vocación de reventar taquillas, aunque a veces cuelgan el hábito antes del lunes. Hoy, que estoy sincero, tampoco sé si 'El reino del planeta de los simios' cumplirá las altas expectativas crematísticas de sus autores, pero lo que no hará es estar a la altura de su mítica génesis de 1968 (dicho por su director).
Está precuela de aquella nos sitúa ya en un planeta dominado por los primates que no conocen la depilación láser, donde han establecido un dominio entre la tecnología prehistórica, la estructura política romana y una leve conciencia social decimonónica. Encierra mucho potencial visual y narrativo, con un reinicio de saga prometedor que, si no les da por engorilarse haciendo un Marvel, puede deparar alegrías en el futuro.
Si hay un género cinematográfico que habla de la decadencia épica es el western. Y eso es lo que nos ofrece Viggo Mortensen, que en 'Hasta el fin del mundo' se convierte en hombre orquesta actuando, dirigiendo, y hasta escribiendo guion y música. En el prólogo de la guerra de Secesión una pareja se conoce y decide ir al oeste a cumplir el sueño americano. El inicio del conflicto les aleja dejando a la mujer en un terreno hostil donde debe demostrar su fortaleza. Como en 'Johnny Guitar' (1954) este es un relato de mujeres, lo que otorga una perspectiva distinta al film. Nos deja sabor a polvo en la boca y el corazón un tanto encogido. Al fin y al cabo, como os decía al principio, todas las del oeste, en el fondo, son hermosamente crepusculares.
A los productores de 'Tarot' les han echado cartas malas. Pero es lo que mereces si das luz verde a un artefacto que repite más la fórmula que un episodio de 'CSI'. Por supuesto hay un grupo de jovencitos guapos (es una suerte no estar bueno porque si no te matan) que estando de fiesta se ponen a jugar al tarot, y ya sabéis lo que pasa cuando se juega con el diablo. A partir de ahí, en plan 'Diez negritos', vamos presenciando un rosario de crímenes a cual más rebuscado. La película tiene el encanto de una foto del DNI y es tan sorprendente como la política suiza.
'Laberinto de sombras' es una de miedo claustrofóbico español (sale hasta Fernando Esteso), rodado en tierras de nuestra Región y con talento local. Unos sucesos traumáticos llevan a una chica invidente a vivir en una solitaria casa (una idea incuestionablemente tan brillante como darle un quinto mandato a Putin) donde los sucesos extraños se suceden de manera terrible. Sigue los pasos de thrillers como 'Sola en la oscuridad' (1967) y la española 'A solas contigo' (1990), manteniendo la tensión durante todo el metraje gracias a la dirección del murciano Alfredo Contreras. Cine canónico, modesto pero digno.
Se estrenó la semana pasada y ha arrasado en nuestras taquillas 'Garfield', una de animación sobre el famoso gato con mala leche (¿alguno no lo es?) al que le encanta la lasaña. Su humor ácido curiosamente casa bien con el de los niños, que disfrutan de las aventuras de este felino naranja cuando su callejero padre reaparece y lo mete a delincuente.
Director´s Cut. El pasado 9 de mayo se celebró el Día de Europa. Un continente que además de ser el mejor decorado del mundo (Venecia, Paris, Londres), tiene una industria potente asistida por el Estado, que con las dos mil películas que produce al año acapara el 25% de cuota de pantalla, y que se pueden ver en las más de 32.000 salas abiertas. Eso sí, Hollywood se lleva dos de cada tres euros recaudados.
Que tengáis una semana de cine.
