Estrenos de miedo, escarnio y western

Emma Stone y Willem Dafoe encabezan otra disparatado trabajo del atípico director Yorgos Lanthimos, empeñado en convertirse en el deseado de los festivales y el enfant terrible (pero tolerable) del cine comercial actual, puesto por el que han pasado ya Lars von Trier o David Cronenberg. En 'Kinds of Kindness' vuelve a perpetrar otra de sus gamberradas con la dosis justa de provocación para escandalizar a los que desean escandalizarse. Siento avisar desde este primer párrafo que no le sale tan bien como en la reciente 'Pobres criaturas'.

Son tres historias, apenas interconectadas, interpretadas por los mismos actores, que rozan el bizarrismo de un desfile del Orgullo y con un dispendio de metraje digno de mejor causa. Escarnio, mofa y dosis de libido moderadas tratan de ser componentes hipnóticos para sus incondicionales, entre los que no me cuento, porque con las películas de este director siempre me pasa igual, cuando acaban no término de saber qué me ha querido contar. Viendo el aplauso de los entendidos, evidentemente el problema es mío.

En un periódico del pasado fin de semana hablaban de las más de cien sagas que tiene Holywood en danza, sus apuestas seguras para triunfar. Para darles la razón llega este viernes la precuela de la serie de terror extraterrestre creada por John Krasinsky y Emily Blunt 'Un lugar tranquilo: Día 1'. En esta, al contrario de las precedentes, hay más suspense que terror, y prescinde de casi todos los actores de la saga para narrar como empezó la invasión de esos seres que se guían por el sonido, y con los que hay que andar con más cautela que el PP con la renovación del CGPJ. Un buen ejemplo del género.

El realizador Dani de la Orden presenta 'Casa en llamas', una de esas comedias dramáticas que tan bien se le dan. Una madre consigue por fin reunir a su prole en la casa de la playa, decidida a que nada lo estropee. Los paisajes idílicos de Cadaqués, con el Mediterráneo de fondo y el amarillo de la genista en primer plano (que diría Serrat), enmarcan un paraíso que sólo una celebración familiar puede fastidiar. Es un filme que nos hace reír hasta con la muerte y que, como en la reciente 'La casa', lo interesante son los matices de los personajes y los secretos que ocultan. Te pone tan a tono con el verano que dan ganas de ponerse protector solar 50.

Kevin Costner se quedó enganchado al western desde que triunfó con 'Bailando con lobos' (1990), y los espectadores (y su carrera) pagamos el pato. Ahora nos trae el primero de los tres largometrajes de tres horas de duración que ha hecho sobre la conquista del oeste, la epopeya fundacional de los Estados Unidos. Algo así como nuestros «Episodios nacionales» pero en cine y con indios. El problema es que Costner no es Galdós, y aunque se estrene para el 4 de julio la película resulta aburrida para los no nativos, como pasa con las de beisbol.

Damos de mano con un drama australiano sobre una mujer iraní que vive en un hogar refugio tras huir de su marido maltratador. Noora Niasari es su directora, y demuestra una sensibilidad a prueba de bombas a pesar de lo duro de la historia. Un trabajo muy bonito, sensible, donde una madre intenta crear para su hija el efecto 'La vida es bella' (1997) para que no se encuentre con el mal demasiado pronto. Un alegato humano a favor de la libertad para perseguir la felicidad que desprende más luz que una tienda de lámparas.

Director´s Cut. Donald Sutherland murió esta semana a los 88 años aún con su perpetúa cara de pillo. Su faceta desvergonzada la pudimos apreciar como el profesor asalta cunas de 'Desmadre a la americana' (1978), reventando a un gato con la cabeza en 'Novecento' (1976), ejerciendo la medicina iconoclasta en 'M.A.S.H.' (1970) y en el educadísimo psicópata dictador de 'Los juegos del hambre' (2012).

Que tengáis una semana, y un verano, de cine.