Carmen Doorá: 'Quejío' flamenco entre identidad y vanguardia
Estudiosa, despistada y comprometida, la cantaora santomerana nominada al Grammy Latino y profesora en el Conservatorio Antonio Ruiz Soler de Sevilla lanza al público 'Animal', carta de presentación de su cuarto álbum
Vive y canta con libertad y sin miedo, como su admirada Nina Simone. Creadora escénica y profesora de cante flamenco, Carmen Doorá ha hecho de la renovación una constante en su búsqueda artística, con una receta que combina identidad y vanguardia. Soñadora y socialmente comprometida, la creencia en un mundo mejor la llevó a licenciarse en Filosofía por la Universidad de Murcia, aunque su Erasmus en La Sorbona de París descubrió para ella un sendero cierto en la música. En las calles de su Santomera familiar ya en la niñez era un secreto a voces su pasión por el 'artisteo', y reconoce a sus 41 años que a nadie en su casa le pilló de susto que se quedara cuatro años a vivir en la capital francesa, fogueándose en pequeños y grandes escenarios. Titulada en el Grado Superior de Cante Flamenco por el Taller de Musics de Barcelona, docente en el Conservatorio Antonio Ruiz Soler de Sevilla, estudiante de Máster de Flamencología y nominada en 2022 a los Grammy Latino en la categoría a mejor álbum de flamenco por 'Órgánica', actualmente se encuentra trabajando en lo que será su cuarto trabajo discográfico. Carente de picardía para entrever en nadie segundas intenciones, combate su despiste natural con su pasión por el estudio y una cabezonería innata que le impide estancarse. Flamenca y coplera enemiga de estereotipos, feminista y vegana, pasa su semana entre olivos, lecturas y paseos, cóctel al que ha añadido los potajes de su madre, cuya presencia hace que eche algo menos en falta el calor de su tierra santomerana. Y en su agenda diaria, de la mano con su marido y productor, Ángel Dorao, una forma vivencial de experimentar el arte jondo que acaba de explotar, vibrante, en 'Animal', adelanto de un álbum que se lanzará a la industria, sin miedo, en 2025.
Lunes
10.00 horas. El nuevo álbum está hecho con composiciones originales mías. Quería que fuera novedoso respecto a 'Orgánica', reinventarme. Cuando me enfrento a un disco lo que quiero es reflejar cómo soy, el «conócete a ti mismo» del oráculo de Delfos. El flamenco está vivo, y en este disco he querido estar en esa evolución, igual que hay artistas que están investigando las sonoridades. Enrique Morente era el maestro en esto. Para mí, La Niña de los Peines es la más grande, pero otros artistas como Israel Fernández o Niña Pastori y su marido, Chaboli, que es un pedazo de productor, están abriendo caminos sin perder la esencia. Es muy importante darle su sitio al productor. Son los que visten los temas, les dan el sonido. 'Animal' es una colaboración Doorá 'feat' Dorao con mi productor. Ángel [Dorao] es también mi marido, pero sobre todo es alguien que conoce el flamenco. A veces estamos en desacuerdo, pero llegamos a buen puerto. En el álbum hay sonidos originales, tratados acústicamente; no los encuentras en una biblioteca sonora.
Martes
11.30 horas. Doy clases a niñas de 12 a 18 años de la provincia de Sevilla. Tengo un horario flexible, y algunos días tengo clases por la mañana y otros por la tarde. Trabajamos el repertorio tradicional. Me encanta transmitir esta música, que es mi vida, a las nuevas generaciones. Soy profesora y no me falta 'pa' comer; por eso, a la hora de hacer discos, busco lo que me guste a mí, que pueda estar satisfecha. El panorama está un poquito raruno, pero siempre hay un nicho para las cosas bien hechas.
Miércoles
8.00 horas. Cuando no trabajo de mañanas me planto en el gimnasio a las ocho. Empecé el año pasado y me he enganchado. Intento mantener una vida saludable. Soy bastante casera. Tengo la suerte de vivir en el campo, en Utrera, en una casa con olivos, con mi perro 'Oso'. Me gusta esa tranquilidad, poder leer, estudiar, componer y cocinar. Intentamos no comer procesados y hacer muchos guisos. También procuro protegerme y no ver demasiadas noticias, porque soy de las que no duermo. El planeta me preocupa mucho. Si no cuidamos donde vivimos, ¿de qué nos sirve luchar por los derechos de la mujer o los derechos de los trabajadores? Intento de manera humilde cuidar mis actos del día a día. No hay que ir dando la chapa, pero es importante actuar con conciencia. El compromiso que mantengo más activo es el veganismo. Al no consumir productos animales, atacas directamente a ciertas industrias que contaminan.
Jueves
18.00 horas. La música te permite expresar tus inquietudes de forma más libre y bonita. No hay que tener miedo de decir que se es feminista; yo lo soy. Los niveles de violencia contra la mujer que estamos tolerando son indescriptibles. Los músicos no estamos lo suficientemente comprometidos, a diferencia de los actores. Hace unos años, hicimos un espectáculo contra la violencia machista que fue pionero en el flamenco. Tenemos mucho camino por hacer.
Viernes
16.00 horas. No cortamos con la música en ningún momento del día. Tengo un superequipo que está conmigo codo con codo: la diseñadora Conso Delgado; la maquilladora Rocío Antúnez; Fran Muñoz, en peluquería, y Mamuba para los complementos. Estoy muy contenta con la imagen del disco, con la idea de revisitar la identidad con un toque vanguardista.
Sábado
21.00 horas. Nos gusta salir, ir a juerguecillas flamencas y tomar algo. Experimentas la música de manera vivencial. Siempre hay un cantecito, unas palmas, un baile... Disfrutar de esos momentos es lo que me gusta de vivir aquí, compartir tiempo con artistas como Diego Carrasco, que estás al 'laíto' suyo y piensas: «Qué barbaridad».
Domingo
13.30 horas. Tengo a la suerte de tener a mi madre aquí conmigo. Es famosa entre todos los artistas de Andalucía, los gitanos dicen: «Vamos con la tita Carmen». Iría más a menudo a Murcia, pero tengo seis horas en coche. Reivindico un tren, porque te montas en un autobús de esos de Alsina [risas] y te mueres. Recibir de Santomera la Medalla al Mérito Cultural, rodeada de mi gente, fue muy bonito. No todo el mundo tiene la suerte de que le reconozcan en su tierra. Yo la he tenido y muy joven, además.
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