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Abubilla (o perputa, en el habla popular). Vidal Máiquez
El cagafríos, el chorlito y la perputa

El cagafríos, el chorlito y la perputa

El investigador Gregorio Rabal Saura recopila en 'Hablando de pájaros' los nombres populares, dichos y leyendas de las aves murcianas

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Viernes, 17 de noviembre 2017, 03:57

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Cada pájaro tiene bien merecido su apodo. Como la perputa -abubilla-, el cagafríos -colirrojo tizón- y el chorlito -alcaraván-. Sobre todo la primera, porque construye su nido con excrementos. El ojo del pueblo nunca falla. También hay aves del terreno -sedentarias- y de venida -migradoras-, otras con apelativos hermosos -pajarita de las nieves, la siempre curiosa lavandera- y unas cuantas que preferirían su nombre vernáculo al común -y no digamos al científico- si pudieran elegir. ¿No es verdad, carbonero -chichipán-, cuervo -Juan-, urraca -Juanita-, cogujada -moñúa-?

Recoger información sobre aves y los incontables dichos y leyendas que les rodean durante más de veinte años a lo largo de toda la Región ha permitido al profesor e investigador Gregorio Rabal Saura (Cartagena, 1961) acercarse a un riquísimo acervo popular en vías de extinción que ha plasmado en 'Hablando de pájaros. Ornitología popular murciana'. Un libro ilustrado con primorosas acuarelas del también cartagenero Antonio Vidal Máiquez que se presenta esta noche en el Museo del Teatro Romano -20.00 horas-.

  • Título 'Hablando de pájaros. Ornitología popular murciana'.

  • Autor Gregorio Rabal Saura. Ilustraciones de Antonio Vidal Máiquez.

  • Presentación Hoy a las 20.00 horas en el Museo del Teatro Romano de Cartagena.

El libro de Gregorio Rabal se detiene en 150 especies -de las aproximadamente doscientas con presencia en Murcia, entre reproductoras, invernantes y migrantes- y cita sus motes en diferentes zonas de la Región, junto con su nombre común -establecido por la Sociedad Española de Ornitología- y el científico, además de una descripción básica.

Cientos de informantes

La información se ha recogido a pie de bancal, en bares de pueblo, asaltando sobre la marcha a cazadores, labradores y habitantes del cada vez más abandonado medio rural. Preguntando y repreguntando a cientos de personas que aparecen relacionadas al final de la obra con sus nombres y apellidos.

El campo se está despoblando, desaparecen tradiciones y formas de vida, se mueren los sabios de la tribu que durante generaciones han nombrado los accidentes geográficos, los animales y las plantas. Así que libros como 'Hablando de pájaros' son un seguro contra el olvido. Y útiles para saber, por ejemplo, que un método tan tradicional como poco riguroso para conocer el sexo de un pájaro consistía en agarrarlo del pico y recitarle: «Si eres macho ponte cacho. Y si eres hembra revolotea».

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