Los bocados de arte de Alejandro Franco

En él, toman protagonismo elementos tan cotidianos como una caja de granadas, una malla de cebollas, una lata de pimientos o un plato de caracoles. Ninguno de ellos responde a un interés específico. No guardan más hilo conductor que el pincel y el color que les da vida.

«Pinto -asegura Franco- aquello que me encuentro y me llama la atención». Aquello que le rodea y que forma parte de su vida cotidiana. En cada cuadro, no obstante, reconoce el artista, «hay una evolución, una investigación». «Un cuadro me va llevando a otro».

Franco exhibe en esta muestra un total de 129 obras, la mayoría de pequeño formato. De ellas, 120 son pinturas inéditas, no expuestas con anterioridad. Las otras nueve integraron la exposición 'Tempus fugit' que el pintor realizó en la sala Verónicas de Murcia en 2001. 'Naturalezas', afirmó ayer la consejera de Cultura, Miriam Guardiola -asistente a la presentación de la muestra junto al director del museo, Javier Bernal; el gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez; el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca; y el propio artista-, «es un reconocimiento a la trayectoria de Alejandro Franco» y «una apuesta por el talento murciano», agregó.

Las obras que integran 'Naturalezas', todas pintadas en acuarela, están fechadas a lo largo de los últimos 17 años, tiempo que Franco ha dedicado a su elaboración. Muchas de ellas se exponen junto al 'bodegón' real que sirvió de inspiración al artista. De este modo junto a 'Asadora' figura una parrilla refugiada en una caja de cristal, y junto a 'Estrellas de una playa de Omán', la composición de conchas marinas que inspira la obra. En la muestra de Franco también aparecen moluscos, panes y 'bodegones dulces'.

Sobre el trabajo de Franco, la crítica de arte Mara Mira destaca en el catálogo de la muestra «la huella» del dibujo que en las acuarelas del creador alicantino «todavía palpita»: «Se intuye pero no se ve. El artista lo ha ido haciendo desaparecer con pequeñas gomas de borrar». «Las líneas -añade- se sustituyen por pinceladas y manchas de acuarela. Las capas de color suman por transparencias y por la superposición de pequeños toques casi imperceptibles al ojo». «Resulta mayúsculo su sentido de la tonalidad», concluye.

Franco es más escueto: «He disfrutado pintando», responde del resultado de una muestra que se reparte en dos salas -ambas en el pabellón Contraste del Mubam- y que se completa con un audiovisual en el que se recoge el proceso creativo del artista a través de vídeos y fotografías realizados en su estudio.

De Franco, reseña también el artista Dionisio Gázquez, en el catálogo de la muestra, que «estamos ante un pintor que no ha cesado de sorprendernos permanentemente con unos trabajos impecables».