Bendito sea el fruto del talento
ALGO SUPUESTAMENTE ENTRETENIDO ·
Aunque hayamos pasado el año más horrible de nuestra existencia, estamos viviendo una época de verdadera efervescencia. Y yo me propuse un reto hace unos ... meses, quería conocer a más artistas mujeres. Mis referencias culturales han sido masculinas al 98%, y eso, en el camino en el que me encuentro, en el que intento quitarme todo el machismo aprehendido que llevo encima, no podía seguir siendo así.
Una de las creadoras que más me ha impactado últimamente ha sido Rigoberta Bandini. En uno de esos momentos en los que el aburrimiento me había atrapado y pasaba de vídeo random a vídeo random en YouTube, apareció ella junto a su ya inseparable Belen Barenys, interpretando 'Perra' en un escaparate de una calle de Barcelona. Y quien ha escuchado la canción lo sabe: de ahí ya no se puede salir. Puede ser una de las canciones más pegadizas de los últimos años, y esa finura a la hora de trazar la simbología del animal sin caer en el sentido peyorativo y sexual de la palabra es para quitarse el sombrero.
«Ya dormiré cuando me muera». Con esa frase, las Ginebras me tenían en el bote. Se están viviendo los años dorados del pop garajero, contestatario, bailongo, que es el que me gusta a mí. El gobierno debería sacar un Decreto Ley en el que se obligase a escuchar su disco en la primera fiesta cuando termine la pandemia; porque son nueve golpes de buen rollo, alegría y disfrute, mezclado, que no agitado, con el talento que atesoran estas cuatro madrileñas. Apuntad su nombre, porque van a copar todos los festivales y vamos a saltar con ellas abrazándonos (sí, de verdad que los abrazos volverán, os lo juro).
Esta columna ha sido escrita mientras sonaba 'Perra', de Rigoberta Bandini, y 'Crystal Fighters', de Ginebras
El cuento de la criada, sí. ¿Hay alguna serie que cuide mejor la luz, que tenga mejor fotografía? Creo que no. Le suma al argumento creado por Margaret Atwood, ya de por sí bueno, una sensación de hermetismo, de agobio, perfecta para la trama. Y Elisabeth Moss, la protagonista, es ya un icono del feminismo. Con su Peggy en 'Mad Men' lo demostró quitándole el protagonismo a Don Draper. Ahora, con June, se erige como la Meryl Streep de nuestra generación. No tengo dudas.
Creo que no debemos dejar de aprender y mejorar. Pienso que cada vez me estoy quitando más dejes machistas, que cada vez voy dejando más lejos al David cromañón. Vivimos un momento de verdadera efervescencia creativa y son las mujeres las que están tomando el mando en la cultura. Y mientras, periodistas como Bárbara Ayuso o Noemí López-Trujillo lo atestiguan y nos lo cuentan. Yo lo tengo claro, el futuro, o es femenino, o no será.
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