Cómo acceder al cine para adultos cuando no es posible ver

La preocupante puerta que las nuevas tecnologías han abierto al porno, demasiado accesible para un público tan poco apropiado como el infantil, contiene un reverso que es objeto de una singular investigación que lidera desde la Universidad de Murcia (UMU) la catedrática Ana María Rojo, y que de momento ya ha recopilado los resultados de un primer experimento con 69 mujeres. Al tiempo que un niño puede ahora darse de bruces fácilmente con un contenido que con frecuencia resulta además machista e incluso roza lo delictivo, existe paradójicamente otro colectivo sin la posibilidad de llegar ni tan siquiera a las versiones más suaves de la pornografía, por muy adultos que sean sus miembros. ¿Podría disfrutar de una escena sexual una persona ciega, por ejemplo? Un equipo encabezado por la catedrática de Traducción e Interpretación de la UMU se ha propuesto responderlo comprobando las posibilidades de la denominada audiodescripción (AD) de cine para adultos.

La AD es un servicio de narración para personas con problemas para ver. Una voz les describe lo que ocurre en la pantalla, en el caso de una película, o bien en el teatro o en un espectáculo de danza, por ejemplo. «Queríamos descubrir si la AD de cine para adultos provoca el mismo efecto en una audiencia con discapacidad visual que el producto audiovisual en una audiencia vidente», explica la profesora Rojo. Además, añade, «queríamos identificar qué tipo de AD de cine para adultos funciona mejor, es decir, cuál resulta más estimulante y se disfruta más».

«Los resultados del primer experimento que llevamos a cabo con 69 mujeres (videntes y con problemas de visión) revelaron que el porno audiodescrito provoca un impacto similar al producto audiovisual, tanto en términos del nivel de excitación percibido y de la implicación en el mundo de ficción, como en términos de excitación a nivel fisiológico (medido en el nivel de cortisol en saliva y la frecuencia cardíaca)», revela la investigadora.

El paso previsto ahora es replicar el experimento con hombres, «para comparar los resultados con los ya obtenidos en mujeres», además de tratar de identificar, mediante otros dos experimentos, qué tipo de AD de cine para adultos funciona mejor. Para ello, el equipo de Rojo va a cotejar audiodescripciones dotadas de un lenguaje más objetivo y neutro con otras más crudas e impactantes, y también unas locutadas por una voz masculina frente a otras de mujer.

Esta investigación, en la que está implicado un equipo de especialistas en traducción y otro en psicología, se enmarca en dos proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación en los que se explora el papel de las emociones y su interrelación con la atención y la concentración en el proceso de traducción. En ellos se estudian cuatro modalidades de traducción: la escrita, la oral o interpretación, la audiovisiual y la postedición de traducciones automáticas. La investigación centrada en la audiodescripción de cine porno para personas con discapacidad visual se enmarca, lógicamente, en la traducción audiovisual.

Rojo recuerda que en 2016 arrancó una categoría denominada 'vídeos narrados' para personas invidentes en un gigante de las plataformas de pornografía, pero que aún precisa de mejoras. Y pone como ejemplo la necesidad de adaptar el lenguaje y la entonación. «Cuando el objetivo es la audiodescripción de porno, el vocabulario es clave: es fundamental que la descripción transmita el morbo y sensualidad de la imagen y esto es muy difícil si el lenguaje es demasiado científico o si se lee con el mismo tono que un documental sobre naturaleza».

Nuestro objetivo, resume la investigadora principal, «es identificar qué aspectos se pueden mejorar en la audiodescripción para maximizar sus efectos y disfrute por parte de los adultos con discapacidad visual». Para lograrlo, cuentan con instrumental que incluye elementos para la recogida del cortisol en la saliva (indicador de estrés y excitación sexual); dispositivos para la medición de la conductancia de la piel y la frecuencia y variabilidad cardíaca (indicadores de actividad emocional y cognitiva) y un programa que mide las emociones en la expresión facial, «con un lector de movimientos oculares que nos permite medir el esfuerzo cognitivo al traducir textos escritos o posteditar traducciones realizadas por un traductor automático».

Al menos en España no existe en la actualidad ningún otro grupo que centre sus investigaciones en la audiodescripción de cine para adultos, revela la profesora. «Sin embargo, el interés a nivel social existe porque tras la publicación de nuestro trabajo en 2021 en la revista 'Frontiers in Psychology'», apunta, «nos contactó un equipo de la BBC que preparaba un documental sobre el porno para mujeres invidentes y estaba interesado en nuestros trabajos».

Más allá del porno, el equipo encabezado por esta catedrática también ha realizado estudios sobre el impacto emocional de la audiodescripción de danza contemporánea, por ejemplo, pero sin la misma repercusión en medios internacionales como la BBC.

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