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INNOVACIÓN

Los secretos del césped híbrido: mayor jugabilidad, menor desgaste

Capaz de evitar lesiones, ofrecer un bello aspecto estético y aportar estabilidad al suelo. Así es el terreno de juego híbrido que se trata de potenciar desde LaLiga

Juanjo Gonzalo

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El césped híbrido es una realidad llegada al fútbol español con el propósito de convertirse en otro factor de éxito que le permita seguir mejorando cada día. Lo hizo hace casi cinco años, convirtiéndose en una herramienta básica de trabajo para los futbolistas, capaz de evolucionar temporada tras temporada: además de aportar estabilidad al suelo y lograr reducir el número de lesiones en los jugadores, ofrece un bello aspecto estético en los estadios.

Desde su aparición, el césped híbrido ha sufrido una notable mejora. En la actualidad, existen dos tipos. El primero de ellos se conoce como cosido y cuenta con fibras de entre 15 y 18 centímetros que se inyectan directamente en el suelo en un proceso con dos posibilidades: una de ellas, coser con una máquina sobre los rollos de césped natural ya extendidos. La alternativa es coser sobre el terreno desnudo antes de realizar la siembra. Esta inyección supone aproximadamente el 3% de las fibras que hay por el campo, pues el 97% son naturales. Una cifra insignificante que, sin embargo, se convierte en fundamental en los terrenos de juego. Así lo aseguran desde el Getafe CF, quienes cuentan con el sistema Grassmaster instalado, que les permite disfrutar de un césped «cuya vida útil es superior a los 10 años» en un estadio que además «no recibe eventos durante el verano».

El Getafe CF cuenta el sistema Grassmaster, que les permite disfrutar de un césped «cuya vida útil es superior a los 10 años»

El segundo sistema utilizado es la malla, cuyas fibras alcanzan los seis o siete centímetros, sobresaliendo uno por encima del césped, y por el que se apuesta desde el RCD Espanyol en el RCDE Stadium desde el pasado mes de julio. Para Josep Toldrá, director del estadio blanquiazul, es un acierto y un cambio sustancial para un club que vive «en un constante crecimiento, buscando la mejor tecnología para el desarrollo de su competición» y centrándose en el terreno de juego como uno de los puntos clave «para mejorar el rendimiento». Una elección en la que pesaron los eventos y conciertos que allí se realizan una vez acabada la temporada, además de otras particularidades, y que permiten contar con una superficie sencilla de cambiar. Su implantación, llevada a cabo por la empresa Royalverd que también se ocupa del mantenimiento, requiere eliminar la cubierta vegetal existente y los primeros centímetros de subsuelo antes de extender los rollos de césped, ya híbridos.

Espanyol, malla y cosido

No solo en el RCDE Stadium ha decidido la entidad catalana dar un paso adelante con el césped híbrido, sino que su ciudad deportiva -lugar habitual del primer equipo y de todo el fútbol formativo- también cuenta con dos terrenos de juego de similares condiciones. En este caso, cosidos. Una elección basada en su mayor duración y cuyo objetivo es que el futbolista se sienta lo más cómodo posible en su adaptación.

Su implantación en todos los clubes de LaLiga es uno de los objetivos que se persigue. Desde 2015 son ocho -Real Madrid, Athletic Club, FC Barcelona, Girona FC, Getafe CF, RCD Espanyol, Villarreal CF, Atlético de Madrid- los clubes que han instalado este sistema híbrido en sus estadios. «Fue el Real Madrid el primero en hacerlo, y desde entonces está creciendo muchísimo», reconoce Pedro Fernández-Bolaños, quien, desde su posición de Coordinador para la calidad de los terrenos de juego de LaLiga, impulsa que «vayan adoptando este sistema para conseguir que se mantengan en óptimas condiciones».

«Se van convenciendo cada vez más con el apoyo que existe por parte de LaLiga», prosigue Pedro Fernández-Bolaños, que señala la época estival como una de las claves para decantarse por uno u otro. Así ocurrió en el caso del Getafe CF, alentado «desde un primer momento a instalar un sistema híbrido». En el cosido, capaz de mantenerse durante muchos años, es necesario tener una ventana de entre seis y ocho semanas sin utilizar un césped que ve incrementada su frecuenta de cepillados evitando que la fibra de plástico se quede en el suelo, justo como ocurre en el caso del Getafe. Implica que no haya partidos de fútbol, pero tampoco conciertos u otro tipo de eventos, «pues cada año se elimina la cubierta vegetal y se vuelve a sembrar».

LaLiga alentó al Getafe CF a instalar el césped híbrido desde un primer momento

Como el RCD Espanyol, hay quienes dedican el verano a la celebración de eventos. «A todos ellos les impulsamos a que utilicen el otro tipo de sistema, el de malla», cuenta el Coordinador de calidad de los terrenos de juego, que asegura que desde LaLiga se tiene en cuenta la tipología del estadio y la climatología antes de reunirse con los clubes, con el objetivo de promover su utilización y recomendarle el que más se adapta a su caso.

El RCD Espanyol utiliza un sistema de malla, cuyas fibras alcanzan los seis o siete centímetros y sobresalen uno por encima del césped

Hay otros que, sin embargo, tienen bermuda -un tipo de césped que utiliza una grama muy fina que ella sola da estabilidad al suelo-, donde es imposible durante el verano mantener un terreno de juego similar al que solemos ver en otras zonas. Algo que afecta a Sevilla, Córdoba o el arco sur del Mediterráneo hasta Valencia, donde no necesitan un sistema extra para estabilizar.

Si el híbrido cosido puede tener una duración de hasta, como mínimo, una decena de años, la vida útil del de malla es mucho más corta. Aunque podría alcanzar hasta tres, la gran mayoría lo utiliza para uno. Una gran diferencia, como el mantenimiento, que también dista del primero de los tipos, pues las labores a realizar son permanentes.

«Es fundamental que los futbolistas se sientan cómodos. Y el híbrido favorece la jugabilidad y evita las lesiones»

Josep Toldrá, director del RCDE Stadium

En el caso del césped del RCDE Stadium, Josep Toldrá expone la incorporación «de tareas como el pinchado, que se realizan de forma más común» y que permiten esponjar un terreno de juego cuyos niveles de dureza son superiores a los del natural. Un tema fundamental para el jugador y que desde el RCD Espanyol tratan de cuidar al máximo, buscando «alcanzar los mismos niveles que los de los campos de la ciudad deportiva».

La acogida de los jugadores, reconoce Josep Toldrá, ha sido «buena, están muy contentos». En el club perico, que visitaron otras instalaciones antes de su implantación, se hacen reuniones con el staff técnico y los capitanes, en las que se ajustan parámetros y sensaciones. «Al final se trata del escenario donde los futbolistas desarrollan su actividad, por lo que es fundamental que se sientan cómodos. Y el híbrido favorece la jugabilidad y evita las lesiones».

Jugadores y cuerpo técnico, satisfechos

A pesar de que la inversión a realizar es alta -«cuesta el doble o algo más que uno normal, incide Pedro Fernández-Bolaños»- y son muchos los clubes que por el momento no pueden acceder a estos sistemas, permite disfrutar de uno de los mejores terrenos de juego de la actualidad y acaban siendo rentables. Lo aseguran desde Getafe, cuyo «cuerpo técnico y plantilla están encantados con un césped que permite realizar entrenamientos en el estadio sin perder calidad y que visualmente no se arranca». Recoge lo mejor del natural y del artificial incluso en condiciones adversas.

En la imagen, proceso de extracción en finca de un híbrido de malla.

Un terreno de juego con unas características que tanto Pedro Fernández-Bolaños como Josep Toldrá ven como el futuro. En el caso del primero, no duda en afirmar que el avance es tal que incluso «se podría jugar en un terreno de juego híbrido sin césped, y funcionaria perfectamente». Lejos de buscar una alternativa actual en lo artificial, donde todavía no existe un avance suficiente, ambos coinciden en la investigación y el desarrollo que se está viviendo en los últimos años. Una mejora sustancial que, eso sí, se encuentra íntimamente ligada al nivel de exigencia que se vive estos días.

Por eso, ya existe la posibilidad de realizar un tratamiento personalizado con el sistema híbrido de malla para el club desde el principio. «Es posible utilizar un tipo de arena compatible con la del club o utilizar un tipo de abono para que el césped tenga las características que se desee» concluye el Coordinador para la calidad de los terrenos de juego de LaLiga. La implicación entre comprador y productor es máxima, entregando un proyecto hecho a medida. Porque la tecnología también está en el terreno de juego.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con LaLiga. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.