La conectividad inteligente ya no es solo una cuestión de velocidad: es la base sobre la que las pymes españolas están construyendo su futuro digital. Con la llegada del 5G, la fibra óptica de última generación y el Internet de las Cosas, los pequeños negocios pueden operar con mayor rapidez, seguridad y eficiencia. En este nuevo escenario, Orange Empresas se ha posicionado como uno de los actores clave que hacen posible este cambio, impulsando el salto tecnológico que permitirá a miles de pymes competir en igualdad de condiciones con las grandes compañías.

España parte de una posición de privilegio. Según el último informe de la Comisión Europea sobre la Década Digital, nuestro país cuenta con una cobertura de fibra óptica que alcanza al 95 % de la población y una cobertura 5G cercana al 95 %. Son cifras que sitúan a España entre los líderes europeos en infraestructuras digitales. Además de la infraestructura, los indicadores oficiales de España Digital – DESI muestran que cerca del 70 por ciento de las empresas alcanza ya un nivel básico de intensidad digital, un 44 por ciento utiliza servicios en la nube y una de cada cinco ha incorporado herramientas de inteligencia artificial. La base está creada; el reto ahora es convertir esa conectividad en productividad medible y nuevas fuentes de ingresos.

Según datos del Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública, en solo tres años, el 5G ha pasado de ser minoritario a estar en casi todo el país: hoy alcanza al 96 % de la población. El cambio en el campo es aún más llamativo: de un 26 % en 2021 a un 80 % en 2024 (ocho de cada diez personas en zonas rurales). La “autopista rápida” del 5G —la banda de 3,5 GHz— ya llega al 74 % de la población (y al 23 % en áreas rurales), y seguirá creciendo gracias al Programa ÚNICO 5G Redes Activas, que está llevando 5G stand alone a municipios de menos de 10.000 habitantes. (Puedes consultar el PDF oficial del Informe de Cobertura 2024).

Al mismo tiempo, la demanda acompaña a este despliegue: el tráfico 5G se disparó un 62,9 % interanual en el segundo trimestre de 2025, y el tráfico móvil total alcanzó 2,5 millones de terabytes (lo que supone un incremento del 17,9 %), según datos recientemente hechos públicos por la CNMC. En fijo, la fibra ya es la norma: nueve de cada diez líneas (19,3 millones) y 1,2 millones de altas nuevas en un año, con el cierre definitivo del cobre. Además, 18,8 millones de accesos navegan a ≥ 100 Mb/s y 5,9 millones ya están en 1 Gb/s o más. El sector también crece en negocio: 5.657 M€ en ingresos minoristas en el trimestre (+1,7 %).

El 5G no es solo “más rápido”. Es una tecnología que reduce el tiempo de respuesta de la red hasta casi cero y permite conectar simultáneamente cientos de dispositivos sin saturarla. En la práctica, eso significa poder tener TPV, cámaras, sensores y ordenadores trabajando a la vez, sin cortes, y con la posibilidad de analizar datos en tiempo real. Este tipo de conectividad abre la puerta a tiendas más ágiles, fábricas más seguras y oficinas más flexibles, donde las decisiones se toman con información viva.

A diferencia de la conexión Wi-Fi tradicional, el 5G ofrece una mayor estabilidad y cobertura, incluso en entornos con mucha demanda o movimiento, como almacenes, centros logísticos o locales comerciales con gran afluencia. Además, en zonas donde la fibra aún no llega, el 5G fijo inalámbrico permite disponer de un acceso similar en velocidad y fiabilidad, lo que se traduce en menos interrupciones y más horas efectivas de trabajo.

El Internet de las Cosas, o IoT, es el complemento natural del 5G. Permite que objetos y equipos —desde una cámara de seguridad hasta un sensor de temperatura o una furgoneta de reparto— estén conectados y envíen información útil para tomar decisiones a tiempo. En las pymes, eso se traduce en inventarios actualizados automáticamente, mantenimiento predictivo de maquinaria, control de flotas en tiempo real o ahorro energético mediante el encendido inteligente de equipos.

Estas soluciones ya no son futuristas ni inalcanzables. Gracias a la reducción de costes y a la posibilidad de empezar con pocos dispositivos e ir ampliando según las necesidades, el IoT se ha convertido en una herramienta accesible. Diversos estudios europeos coinciden en que la adopción de estas tecnologías por parte de las pymes es clave para cerrar la brecha digital y aumentar la productividad. Un estudio de Qonto (2025) sobre transformación digital en pymes europeas revela que, aunque 92% de las pymes reconocen la importancia de la digitalización y la inteligencia artificial, solo el 62% la consideran absolutamente crucial para su futuro. Además, más de la mitad de las pymes europeas ahorran tiempo significativo con automatización, aumentando colectivamente la productividad. España destaca como líder con una mayor valoración y adopción práctica de estas tecnologías en comparación con otros países europeos, aún enfrentando desafíos como la escasez de talento cualificado. Esta confianza en la digitalización y la adopción progresiva de tecnologías digitales están ayudando a reducir la brecha digital en las pymes de Europa.

La hiperconectividad también implica nuevos desafíos. Cuantos más dispositivos y datos circulan por la red, mayor es la exposición a ciberataques o fallos que pueden paralizar un negocio. Las empresas necesitan conexiones seguras y fiables, con firewalls, copias de seguridad automáticas y sistemas de detección de intrusos. Soluciones como las redes privadas 5G, que permiten crear entornos exclusivos y protegidos para cada empresa, o las infraestructuras gestionadas que combinan fibra y 5G como respaldo, se están convirtiendo en el nuevo estándar de seguridad digital.

Orange Empresas ofrece precisamente este tipo de soluciones híbridas y personalizadas, diseñadas para pymes que buscan operar con tranquilidad y continuidad incluso ante incidencias. Además, el 4 de septiembre de 2025, CEPYME y Orange (grupo MasOrange) renovaron su acuerdo de colaboración para impulsar la transformación digital de pymes y autónomos. En virtud de este acuerdo, Orange participará en CEPYME500, el Consejo de Digitalización y los XII Premios CEPYME, y colaborará con soluciones de última generación a medida (5G, nube, ciberseguridad, IoT) para modernizar el tejido empresarial. Como subraya Joaquín Colino, director general B2B de MasOrange: “la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas constituye un pilar esencial para el progreso económico y social de nuestro país. En Orange, asumimos con responsabilidad el papel de facilitadores tecnológicos... La renovación de este acuerdo con CEPYME refleja nuestro firme compromiso con el tejido empresarial, al que queremos acompañar en su evolución hacia modelos más competitivos, resilientes y sostenibles”.

El salto tecnológico no solo mejora la conectividad, sino que aumenta la productividad y reduce costes. Según el estudio global The Economic Impact of 5G elaborado por PwC, la quinta generación de redes móviles podría generar 1,3 billones de dólares de valor añadido en todo el mundo hasta 2030, impulsando especialmente a sectores como la salud, la logística, la industria o el comercio.

En España, el efecto ya se nota: una parte creciente del PIB nacional proviene de actividades digitales y las empresas con buena salud digital son más rentables y resilientes. Sin embargo, tres de cada cuatro pymes apenas alcanzan un nivel básico de digitalización. Programas como Kit Digital, Bono Pyme o las colaboraciones público-privadas entre Orange y CEPYME están ayudando a cerrar esa brecha, acercando la conectividad avanzada y el asesoramiento tecnológico a negocios de cualquier tamaño.

La conectividad inteligente está destinada a integrarse de manera natural en la vida de las empresas. No se trata de meros cables ni antenas, sino de cobrar sin caídas, ver el stock al minuto, detectar un fallo antes de que ocurra y seguir trabajando aunque haya un corte. Cuando eso sucede, la red desaparece del discurso y pasa a ser parte natural del negocio.

Las pymes que den el paso hacia la conectividad inteligente no solo ganarán en eficiencia: estarán preparadas para competir en la economía del dato, donde la información en tiempo real es la materia prima del crecimiento. La diferencia ya no será tener Wi-Fi, sino trabajar con información viva.