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Agrorrobótica

La sociedad actual enfrenta muchos retos. Algunos de ellos tienen que ver con la tendencia de los tiempos, que diría el tópico y otros, impuestos ... por las circunstancias, gran parte de ellas no deseables ni deseadas. No obstante, hay elementos insoslayables, como son la necesidad de mantener procesos sostenibles, también en la agricultura. Desde la biotecnología hace tiempo que se mantiene la línea que pretende aumentar la productividad, mejorando los cultivos atendiendo a escenarios ecológicos.

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El crecimiento de la población ha venido complicando los pilares en los que sustentar la alimentación mundial. No cabe duda de que el campo atraviesa momentos delicados para equilibrar salarios, eficacia y productividad. No puede ser de otra forma, en cuanto a la incorporación de la tecnología, como lo viene siendo, quizás de forma un tanto tímida, en comparación con otros sectores de actividad productiva. Así pues, ahora se abre paso la ingeniería biológica, amparada en la inteligencia artificial e incluyendo a la robótica como soporte de concreción material. Una población prevista de 10.000 millones en torno a 2050, supone que se duplica la población de principios del siglo XX.

La agricultura es un sector que soporta en gran medida la alimentación mundial. Los expertos afirman, sin titubear, que el potencial para aumentar el rendimiento de los cultivos es considerable. El promedio de energía diaria disponible puede alcanzar las un poco más de 23.000 Kcal por persona, y para los países en vías de desarrollo, en torno a 2.970 Kcal. Otra cosa es que los gobiernos articulen actuaciones que permitan el acceso a los alimentos. Dificultades, como el cambio climático, están haciendo estragos y se va requiriendo un incremento de la producción, de forma sostenible, lo que implica modificar prácticas usuales en este momento. Se puede estimar que en 2050-2060 se precisarán en torno a 7.500 millones de calorías más que las requeridas en 2010. Esto supone poner en producción un terreno equivalente de unos 7.500 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a dos veces la superficie de la India. Es una opción, aunque se antoja con mucha incidencia sobre la sostenibilidad y, no solo, porque se vería resentida seriamente la biodiversidad. Cabe señalar, por último, que la estructura organizativa de la agricultura actual se basa en un 90% en explotaciones familiares o individuales, lo que proporciona en torno al 80% de los alimentos consumidos en el planeta.

Una propuesta audaz es la de la agricultura inteligente, en la que la tecnología entra de lleno para incidir en la cantidad y calidad de la producción agrícola. Hay casos ejemplares de control del suelo en tiempo real y una distribución inteligente de los fertilizantes. Los teléfonos inteligentes y el GPS han contribuido a una optimización de las explotaciones en muchos niveles. Los robots permiten introducir sistemas de recolección de productos, transporte a almacenes, control del riego, tutela de las plantaciones y otro tanto con las explotaciones ganaderas. Los drones permiten las tareas de visualización y control de ambas explotaciones, aportando sistemas eficaces de mapeo y control de distribución. Ni qué decir que los sistemas automáticos de control y producción encuentran en los invernaderos dispuestos en distintos niveles, como estantes, unas estructuras que permiten desarrollar plantaciones sin suelo, empleando las modernas técnicas de cultivo hidropónico en la que el agua y los nutrientes bastan para la producción.

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La biotecnología aporta un incremento de productividad, modificando plantas y logrando una transferencia de mayor cantidad de información genética, soslayando las modificaciones mediante los cruces tradicionales, permitiendo realizarlo selectivamente y así mejorar las variedades con caracteres genéticos deseables y rechazar los no apropiados. Defensas de insectos, enfermedades y malas hierbas que devastan los cultivos tradicionales, se evitan, al tiempo que se mejora el carácter nutritivo o se logra mejoras para el procesado.

La robótica, que materializa la IA es una alternativa plausible para producir una abundante oferta de alimentos saludables, que consideren seriamente al medio ambiente en condiciones controladas, al tiempo que producen resultados útiles desde un cuidado inteligente de las plantas capaz de propiciar una producción significativa capaz de alimentar a la población mundial, atendiendo a un nuevo concepto que descarta la producción intensiva y extensiva, sustituyéndola por la agrorrobótica capaz de suscitar una producción inteligente que logre dotar de la resistencia a herbicidas, plagas, enfermedades, mejoras de propiedades nutritivas y organolépticas, resistencia a estrés y otros tantos factores deseables. Es difícil que el camino se vislumbre de otra forma. Esta es inteligente.

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