Casi inermes
Cada vez con mayor intensidad, vivimos el avance de la pandemia del coronavirus con auténtica preocupación. Un primer elemento a considerar es el hecho de ... que por todas partes se interese el que «todo está controlado» y la insistencia en que no hay que alarmar, pero sí avisar para estar atentos, hace temer que se oculta algo la auténtica realidad. Por otro lado, coexisten con estas declaraciones las que advierten que la vacuna, de momento no se le espera, sino solo transcurrido en torno a un año. Quizás los argumentos más realistas son los que refieren el esfuerzo de algunos centros de investigación en encontrar similitudes con otros procesos que puedas aproximarse al actual y deducir qué formas, productos y procedimientos se emplearon con éxito en casos parecidos al presente.
Nada o poco se divulga de las reflexiones inducidas sobre los productos diseñados y desarrollados para otros coronavirus anteriores, como SARS o MERS, a los que parece que es similar el mecanismo de infección. El más prometedor de estos para el COVID-19, es el denominado Remdesivir (no vacuna, sino antiviral) de la biofarmacéutica estadounidense Gilead Sciencies, Inc., actualmente en fase 3 de aprobación y para el que se han iniciado los test clínicos, que se inician este mes. Sería un gran alivio. Se ensayará en 1.000 pacientes distribuidos en centros, en especial de países asiáticos, incluida la provincia china de Hubei, con 58,5 millones de habitantes y cuya capital es Wuhan.
Es importante conocer esto, porque en una situación como la que atravesamos, la contabilización de los afectados y su distribución en el espacio, mundial, estatal, regional o local, solo da a entender la gravedad de la situación y desencadena pánico, para el que las personas son libres de sentir, dado que cada uno, desde opiniones conformadas en su entorno es libre de pensar y opinar lo que quiera, independientemente del auténtico estado de las cosas. La obsesión por el aislamiento, las continuas referencias a él y los imperfectos sistemas de llevarlo a cabo, como el referido en Italia que ponen en aislamiento a 16 millones de personas y una gran cantidad, previendo tal cosa, salen de la zona, por tierra, mar y aire, huyendo de «la quema». Seguramente la medida habrá contribuido más a expandirlo que a controlarlo. No se trata de que estas medidas no haya que tomarlas, pero la información ajustada es lo necesario para adoptar una posición de confianza o preocupación, finalmente.
Respuestas
Por otro lado, es buen momento para reflexionar acerca de la investigación, sus formas, sus maneras de desarrollarla, sus previsiones. El debate entre lo que algunos clasifican como investigación básica y aplicada, que solo cabe en ausencia de criterio de lo que supone la investigación, en este caso pone de relieve, que investigación solo la hay buena o pésima, porque cualquier otra no forma parte del mundo. Tan básica es la investigación que ahora se requiere, que ha habido que partir de la experiencia adquirida en la investigación básica pasada, que permitió desarrollar compuestos efectivos para combatir casos anteriores y por analogía podrían ser útiles en la actualidad. Se ha referido la vacuna, como salida posible y lejana, que desarrolla el sistema inmune, pero es un antiviral, que combate la enfermedad, lo que llegará en primera instancia.
Cada vez es más cierto que la instrucción que recibimos en los sistemas educativos nos debe propiciar aprender a aprender, porque nos enfrentamos con escenarios de los que poco sabemos o, en cualquier caso, con suficientes elementos diferenciales como para abordarlos. La historia pasada valen como experiencia para abordar los nuevos escenarios.
La Inteligencia Artificial tiene un terreno abonado en la biomedicina, no solo para diagnóstico, al conectar con los Big Data. El aprendizaje automático es una herramienta potente para encontrar patrones en cantidades enormes de datos. En un caso como el que nos ocupa, si hay algo que destaca es la gran cantidad de datos que se ha podido recabar en poco tiempo por la enorme cantidad de pacientes afectados o controlados. La revolución del diagnóstico tiene que asociarse a ser capaz de analizar gran cantidad de datos en tiempos imposibles para los humanos.
Ya se está suministrando el fármaco a pacientes calificados con COVID-19 para uso compasivo, fuera de los estudios clínicos en curso, mientras no sea autorizado o aprobado y a la espera de demostrarse su eficacia y seguridad. Casi inermes, ¡pero menos!
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