Baterías eternas
Un escollo notable para el desarrollo de la dinámica basada en la electricidad, es la fuente de alimentación. No está resultando ni fácil, ni eficaz, ... la disposición durante un tiempo apropiado del suministro eléctrico portátil. Todos los dispositivos e instrumentos basados en la fuente de energía eléctrica tienen una capacidad de autonomía que no satisface las necesidades creadas o sentidas por los usuarios. Nuestros teléfonos siempre andan con problemas, los vehículos requieren mayor autonomía para ser competitivos con otras fuentes de alimentación alternativas y el tránsito hacia la digitalización no está expedito.
Sin embargo, parece haber excepciones, aunque no logren la generalización. Es usual que nos topemos con anuncios de Tesla del orden de «las baterías Tesla durarán más de un millón de kilómetros». Son baterías de iones litio capaces de aguantar hasta tres veces más ciclos de carga y descarga que las actuales. Con esta conservación de las propiedades es con lo que se estima que un vehículo con esta batería sería capaz de recorrer hasta 1,6 millones de kilómetros, que bien podría corresponder a más de 20 años de vida eficaz. Su secreto parece radicar en una refrigeración líquida y unos niveles de carga que se sitúan siempre por debajo del 100%. No se oculta por la compañía el uso de aditivos en el electrolito, que ofrecen una doble ventaja, disminuir costes y alargar la vida útil. Los test se llevaron a cabo a 40 grados y se empleó como técnica analítica la culombimetría, bien conocida para determinar y analizar la carga y su evolución, al permitir determinar la materia transformada, tanto consumida como producida, durante la reacción de electrólisis. Se ensayaron distintos tipos de electrolitos.
Un caso particularmente llamativo, es una batería que lleva alimentando desde 1840 una campana en un laboratorio de Oxford, por tanto, 175 años funcionando, hasta hoy unos 10.000 millones de veces, aunque ya no se oye el tañido. Nadie se atreve a interrumpirlos, por elevada que sea la curiosidad de a qué se debe su longevidad. No se sabe cómo se confeccionó la pila, salvo que externamente se sella el electrolito y las células con sulfuro metálico. Se atribuye a las pilas inventadas por Zambotti construidas con unos 2.000 pares de discos de finas láminas de papel, impregnado de sulfato de cinc cubiertos de dióxido de manganeso. Ciertamente, el consumo es muy reducido, como un nanoamperio cada vez que el badajo se mueve. Algo parecido ocurre con la bombilla eterna, ubicada en el parque de bomberos de Livermore en California, incandescente desde 1901. En todo caso, cuanto mayor es la potencia, menor es la duración. En el caso del badajo de Oxford, es posible que se averíe éste, antes de que la batería se consuma en su totalidad.
Ahora el anuncio que se hace es de otro nivel, por el alcance, incluso por el dilema al que nos enfrenta. Se trata de una batería de nano-diamante, construida con desechos nucleares y con capacidad operativa de hasta 28.000 años, nada menos en una sola carga. Se trata de una batería autorecargable a base de Carbono 14 atrapado, obtenida de desechos nucleares e incluida en una especie de caja de diamante artificial. Es una compañía norteamericana ubicada en California que ha desarrollado la tecnología, intentando aprovechar de forma segura la energía atómica residual que permanece en los residuos de las centrales nucleares y que, ya de por sí, representan un producto peligroso de manejar que no es fácil deshacerse de ellos.
La electricidad se genera a partir de la lluvia de electrones que produce el decaimiento del producto radiactivo, que se dispersa en la envoltura de diamante artificial que recubre el material radiactivo, contribuyendo, al mismo tiempo, a la seguridad del conjunto, que hace el papel del moderador, que es de grafito en las centrales nucleares de producción eléctrica. Es concebible la combinación de elementos celulares, del tipo de las baterías, para lograr la potencia necesaria para poder alimentar desde un reloj, a un teléfono móvil, un dron o un vehículo eléctrico. Este si es caso apropiado para denominarla como batería eterna. Otra cosa es vencer los malos recuerdos atávicos que conlleva la energía nuclear, que seguramente estigmatiza a estos dispositivos por muy nano o micro que sea su entidad. Imaginen por un momento qué fuerzas mantienen unidas a las partículas atómicas y subatómicas para que estemos hablando de vidas de 28.000 años. Supera la imaginación. Todo es posible.
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