¡Hágase la luz! Y la luz se hizo

Del iluminador escénico Pedro Yagüe, más amante de la noche que del día, nada temeroso de la oscuridad y miembro de una familia numerosa con siete hermanos -él y José, su mellizo, son los pequeños-, los mejores profesionales de la escena española hablan maravillas. Con su imagen discreta y serena, casi de protagonista de 'Muchacho cogiendo fruta', el cuadro perfectamente iluminado de uno de sus pintores preferidos, Caravaggio, el artista murciano acaba 2020 habiendo conseguido su tercer Premio Max, gracias a su trabajo de iluminación en 'Play', de Aracaladanza.

Yagüe, admirador de las bellísimas fotografías surrealistas del estadounidense Gregori Crewdson, con sus influencias de las clásicas películas de terror y misterio, y de los cielos azules y el talento del pintor René Magritte, logra verdaderas joyas con sus iluminaciones, siempre construidas sobre una sólida base estética y con una clara intención: «Que la dramaturgia de la luz que yo propongo acompañe a la dramaturgia que el director plantea».

Hay una virtud a la que tiene en gran estima: la paciencia. Él la cultiva todo lo que puede, conoce su valor y sus efectos saludables, lo peligroso que es que te falte. «Desde que se me cruzó esta historia del teatro en mi vida, y me adentré en este campo de la iluminación, siempre he ido con mucha paciencia y tranquilidad, porque creo que las cosas hay que hacerlas paso a paso, sin precipitarse», explica. Pero no se engañen, las apariencias están cargadas de misterios. «Soy de los que la procesión la llevan por dentro», advierte Yagüe, quien se propone, «sobre todo cuando trabajo, transmitir seguridad, calma». Pero, claro, «a veces soy un poco impaciente y me gusta tener las cosas ya. Eso es algo que estoy corrigiendo con los años».

Colaborador habitual de otro murciano de éxito en el campo de las artes escénicas, el escenógrafo y director yeclano Paco Azorín, el último trabajo de Yagüe que se ha podido disfrutar en los teatros de la Región ha sido 'Prostitución'. Representada recientemente en el Romea de Murcia, con dirección de Andrés Lima y un excelente reparto integrado por Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste, su iluminación ayuda con total acierto y sensibilidad al clima de intimidad, verdad y profunda emoción en el que se desarrolla la obra.