Una voz en el desierto
Carlos Alcaraz | Tenista ·
Méritos: 2020 ha sido el año de su eclosión, llegando a colocarse en el 136 del mundo y siendo en Trieste el segundo más joven en ganar un Challenger ATPA medida que declina la estrella de Alejandro Valverde -también a los gigantes les llega el momento de colgar las botas- una voz emerge en la partitura regional y se postula como la principal baza a ocupar su trono en el catálogo de grandes del deporte murciano, que quedará cojitranco con la marcha del Bala. Carlos Alcaraz es esa voz en el desierto. O en el frontón, el de El Palmar, aquel del que su padre no lo podía sacar cuando era un crío. Era en el Tiro del Pichón, llamado así porque una sociedad de cazadores decidió construir pistas para abrirla a otros socios.
Pero ahora ha crecido, ya no es aquel crío del Pichón. «Es más fuerte, puede aguantar ante jugadores ya hechos», ha dicho de él su entrenador, el ex número uno del mundo Juan Carlos Ferrero. Así que si para todos 2020 ha sido el año de la pandemia, para él será también el año de la eclosión, tras ganar los Challenger de Barcelona y Villena, vencer en la Rafa Nadal Academy y levantar el ATP de Trieste.
Así, aquel niño de tres años que golpeaba globos por los pasillos de casa está a las puertas del 'top 100' y empieza a llamar la atención de todos 14 años más tarde. Y es que muchos ensalzan su talento, Thiem entre ellos, y, lo más importante, algunos también su cabeza. «Es un chico centrado», ha dicho Ferrero de él. Algo tendrá que ver su padre en eso, Carlos también, que le hacía jugar con las raquetas remendadas cuando, siendo más chico, las rompía al enfadarse.
Hubo un tiempo en que coqueteó con la posibilidad del fútbol, pero una luz de alarma se le encendió donde fuera y ahora lo tiene claro: un revés antes que un gol. Es la voz del que está llamado a ser estrella del deporte, tras un año que ha dignificado su trayectoria.
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