Un SOS para el Mar Menor
Muchos recordarán 2019 como el año en que fuimos convocados a las urnas para elegir a nuestros alcaldes, diputados regionales y, en dos ocasiones, para ... dar lugar a un Gobierno nacional que a día de hoy está sin constituir. Pero si hubiera que elegir un asunto que concitó el interés general en la Región la respuesta sería, sin duda, el Mar Menor, que vivió su más aguda crisis con el episodio de anoxia que provocó la muerte de miles de peces. Fue el explosivo resultado de un proceso de eutrofización de sus aguas, a causa del vertido acumulativo de nitratos, que se vio agravado por la gota fría que arrasó la Región en septiembre. El estupor por la pérdida de biodiversidad en nuestra joya natural dio paso a la indignación social, que se tradujo en una histórica marcha de protesta por las calles de Cartagena. Un SOS por el Mar Menor que, por primera vez, tuvo el eco nacional que merece una albufera de singulares valores medioambientales dramáticamente amenazados. El año se cierra con un decreto, el segundo de los últimos años, redactado en dos meses y aprobado sin memoria económica, que intenta aliviar la presión sobre el ecosistema de la agricultura intensiva, el urbanismo y otras actividades en la zona, pero que no termina de resolver un problema de enorme envergadura y que va para muy largo. La recuperación del Mar Menor, que recibe por vía subterránea aguas de un acuífero cargado con 300.000 toneladas de nitratos, requiere también cuanto antes de las medidas que el Ministerio para la Transición Ecológica incluía en el Plan de Vertido Cero y otras similares que están bajo estudio.
Las riadas empeoraron este año la situación de la laguna y afectaron gravemente a Los Alcázares. Toda la solidaridad de los murcianos se volcó con sus habitantes, que están necesitados de soluciones urgentes para hacer frente a los efectos de riadas cada vez más frecuentes en los últimos años. Todos los servicios de emergencia, la Aemet, la CHS... actuaron con la profesionalidad y el acierto necesario para evitar la pérdida de vidas durante la DANA de septiembre, pero proteger Los Alcázares del agua torrencial de las gotas frías es imposible sin medidas estructurales.
En lo económico, 2019 fue un año de suave crecimiento, pero con signos de desaceleración, cuyos efectos negativos se vieron acentuados por la incertidumbre asociada a los numerosos procesos electorales. La creación de empleo se ralentizó y seguimos bordeando la barrera de los cien mil parados, lastrados por un mercado de trabajo donde la temporalidad y la precariedad salarial siguen causando estragos. Según el último informe elaborado para Cáritas, en la Región de Murcia hay 273.000 personas, el 18,5% de la población, en situación de exclusión social. Es evidente pues que hay bastante por hacer en una comunidad que necesita de profundos cambios en su modelo productivo para atraer talento y generar actividad económica con más valor añadido. El turismo, una de nuestras perennes asignaturas pendientes, experimentó una leve mejoría, pero mucho menor de la esperada por quienes confiaban ciegamente en el efecto del aeropuerto de Corvera. El nuevo aeródromo, que tiene mucho margen de mejora, mostró que sin un destino turístico sólidamente asentado, y provisto de alojamientos hoteleros en cantidad y calidad apreciables, las infraestructuras aeroportuarias poco pueden hacer por sí solas.
Las mejores noticias para la Región llegaron de la mano del deporte femenino, con Laura Gil, Ana Carrasco y Mari Carmen Romero triunfando internacionalmente, y de la cultura, con las geniales interpretaciones de Eva Llorach, Marta Nieto, Carlos Santos y Jaime Lorente.
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