Las DANAS y las escrituras del agua
La palabra DANA, acrónimo del fenómeno meteorológico Depresión Aislada en Niveles Altos, ha barrido huracanadamente este año de nuestro vocabulario a gota fría, otra expresión ... que se nos hacía presente cada otoño para denominar también a las lluvias copiosas originadas por el choque del aire caliente de la superficie atmosférica con las masas de aire frío en las alturas. Pero decir DANA es visionar un apocalíptico diluvio, huertos anegados por ríos y ramblas desbordadas, calles de Los Alcázares hechas pantanos, aterrados vecinos con el agua literalmente al cuello, equipos de rescate trabajando sin cuartel y un mar de solidaridad como única consecuencia positiva de todo ello.
Los habitantes del Mar Menor y de las vegas media y baja del Segura tardarán demasiado en olvidar las devastadoras consecuencias de los aguaceros de más de 200 litros por metro cuadrado del 13 de septiembre. Solo en San Javier cayó en dos horas la mitad de todo lo que llueve en un año. En los últimos cincuenta no había precedentes de una borrasca como esa.
Las alertas por la posibilidad de episodios similares volvieron en octubre y a comienzos de diciembre. Afortunadamente, no fueron tan espantosos como los de final de verano pero atemorizaron de nuevo a quienes viven cerca de cauces de ramblas y ríos, en zonas tradicionalmente inundables y también a orillas del agónico Mar Menor. A estas alturas de nuestras vidas, hasta el primo de Rajoy es consciente de que el cambio climático no es filfa, sino una certeza incuestionable que nos inquieta y alerta. Los científicos advierten en sus proyecciones de que las DANAS serán cada vez más frecuentes, a tenor de sus repeticiones de los últimos años. También dudan cada vez menos de que la mano del hombre está detrás de estos cambios, bien indirectamente por acciones que propician el calentamiento del planeta, bien por las exageradas modificaciones realizadas sobre la tierra para apoderarse con codicia de lo que pertenece a la naturaleza. El viejo dicho de que el agua siempre reclama sus escrituras está más vigente que nunca.
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