En la cima de la patronal
Ana Correa ·
Es la primera mujer al frente de la COECCon una amplia y franca sonrisa como tarjeta de presentación, Ana Correa Medina da estos días sus primeros pasos al frente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Cartagena y Comarca (COEC). Esta licenciada en Derecho que dirige una asesoría familiar de dilatada trayectoria rompió el pasado noviembre el techo de cristal en la patronal cartagenera al convertirse en la primera mujer que la preside en cuatro décadas de historia. Por ende, tiene la responsabilidad de comandar a los patrones de doce mil firmas de diferentes sectores productivos y de servicios de todo el Campo de Cartagena, así como las obligaciones asociadas al cargo de vicepresidenta en la influyente confederación regional Croem.
Correa, taekwondista de alto nivel en su etapa de estudiante y montañista ocasional ahora que una lesión de rodilla le impide dibujar 'chagis' en el aire, ha hecho cima en el empresariado cartagenero con la intención de convertirse, asegura, en una voz crítica cuando se trata de conseguir el progreso social y económico de su zona de influencia. «Esto parece el día de la marmota, los empresarios llevamos dos décadas pidiendo la ZAL, el AVE y El Gorguel; ya es hora de tomar decisiones», declaró a este periódico nada más ser elegida en sustitución de Pedro Pablo Hernández. Basta con observar dos minutos cómo se desenvuelve con su equipo de trabajo, eminentemente femenino, para comprender que es una ejecutiva de bastón y sable, con mando en plaza y estilo propio, mucho más directo de lo conocido hasta ahora. El mismo que emplea para advertir a quienes por desconocimiento dudan de sus capacidades: «Logro todo lo que me propongo». Uno de sus primeros objetivos en el cargo es conseguir que las administraciones desbloqueen la construcción de la zona de actividades logísticas prevista en el parque empresarial de Los Camachos, por la que 150 empresarios se han interesado a pesar de las continuas trabas. La situación medioambiental del Mar Menor, la pérdida de vigor del comercio tradicional y la falta de ambiente universitario en la ciudad que acoge la única Politécnica situada al sur de Valencia son otros de sus desvelos, junto con la modernización de las pequeñas y medianas empresas y su adaptación a los nuevos criterios de desarrollo sostenible.
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