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María Gómez. J. M. Rodríguez / AGM

Alma y paisaje en el plato

María Gómez ·

Primera Estrella Michelin para su restaurante Magoga en Cartagena

Miércoles, 25 de diciembre 2019, 09:49

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María es todo paz, dulzura, tranquilidad… o al menos eso es lo que transmite. Porque su cabeza es una permanente tormenta de ideas sobre cómo transportar a los platos que elabora la esencia del entorno que la rodea –el Campo de Cartagena, el Mediterráneo– aplicando a los productos de la despensa murciana toda la innovación de la que es capaz esta mujer de formación culinaria academicista. María es todo discreción, sonrisas tímidas, humildad… y, por qué no decirlo, amor. Por su trabajo, por su marido y compañero y muy recientemente por su condición de madre. Nada incompatible con una fortaleza de carácter y una determinación que le han permitido, con un pequeño equipo, colocar ese 'local' que abrieron hace apenas cinco años en una zona algo desabrida de Cartagena, en uno de los grandes referentes de la gastronomía regional y nacional. Cuando la joven chef y Adrián de Marcos, su pareja, abrieron Magoga, aquel local frente a la llamada Muralla de Tierra en Cartagena no tenía mucha pinta de gastronómico. Hoy es ya lugar de peregrinación. Es difícil obtener más reconocimientos en menos tiempo. Este año fue finalista del Premio Cocinero Revelación de Madrid Fusión 2019 y Magoga ganó 1 Sol Guía Repsol. El remate a tan brillante 'faena' vino con la obtención de su primera estrella Michelin.

María conoció a Adrián en la escuela AIALA de Karlos Arguiñano en Zarautz, y se siguieron formando en las cocinas de prestigiosos chefs del territorio nacional como Arzak, Adriá o Arbelaitz. Ambos son cocineros, pero Adrián decidió salir a la sala, que en tan poco tiempo la ha hecho merecedora de la atención de los inspectores Michelin. Porque sin la excelencia en esta parte de la restauración, las estrellas no llegan. De todas aquellas experiencias María extrajo una rigurosa formación técnica y un dominio que ha conducido a una cocina de precisión pero con alma. El dominio de las técnicas de vanguardia fue la base sobre la que, progresivamente, María ha conseguido articular un relato apasionado alrededor de su entorno y trasladar, como diría el gran Josep Pla, un paisaje al plato. Un paisaje delicado, elegante, refinado y evocador porque, además, lo envuelve con la esencia de su transparente personalidad.

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María Gómez: Alma y paisaje en el plato