Ni más ni menos
Somos las mujeres que quisieron ser nuestras abuelas. Ellas nos miran y creen que hemos llegado muy lejos, y es cierto. Pero mientras haya hombres que no nos consideren sus iguales, mientras uno solo de ellos nos crea menos inteligentes, menos válidas; mientras un solo hombre se piense con derecho a poseernos, a maltratarnos o matarnos, habremos fracasado como sociedad. Mientras el sistema consienta que una mujer cobre menos que un varón, mientras la política diseñe medidas de conciliación solo para ellas, mientras nuestros cuerpos sean diana de risa pública y reclamo publicitario, mientras se olvide que tenemos voz y voto en las empresas, en las administraciones, en los hogares, en todos lados. Estaremos fracasando como sociedad.
Ese fracaso fue el que provocó la huelga histórica feminista del 8-M. Una marea que, lejos de quedar en anécdota, ha demostrado que nuestra Región es una comunidad más 'mujerista' de lo que se creía. Muchos colectivos feministas han surgido desde entonces, como la Plataforma de mujeres policías y militares, la Plataforma Colombine de mujeres periodistas o la Asamblea Feminista, que aúna a decenas de organizaciones de mujeres. Otras se han sumado a colectivos nacionales, como las cocineras murcianas integradas en el movimiento Mujeres en Gastronomía o las mujeres rurales, que han retomado la actividad de Fademur.
Somos el sueño de nuestras abuelas, pero queremos un mundo mejor para nuestras hijas. Por eso hemos dicho basta a la herencia que nos deja cada día el patriarcado. Este 2018 pasará a la historia como el año en que pusimos límites al machismo y empezamos a luchar por una sociedad más justa e igualitaria. No somos más ni queremos ser menos. No pedimos privilegios, tan solo tener los mismos derechos. Miles de hombres lo han entendido y marchan con nosotras, gritan nuestros lemas. Ellos son la prueba: el feminismo ha llegado para quedarse y todo aquel que se resista al cambio está destinado, en el mejor de los casos, a quedar obsoleto. De nada vale hacerse el daltónico en estos tiempos: el futuro se tiñe de violeta y urge, a todos los niveles y en todos los ámbitos, empezar a comprenderlo.