El milagro tecnológico del agua y la sal
El proyecto europeo ·
Life Desirows de obtención de nuevos riegos y nutrientes a partir de recursos subterráneos limpiados de nitratos cumple tres años de trabajos y ya ha entrado en su fase de pruebas junto al Mar MenorLos castigados pozos del Campo de Cartagena aún pueden dar más de sí de forma limpia, respetuosa con el medio ambiente y con la máxima eficiencia energética. Es la propuesta en la que lleva tres años trabajando un equipo formado por investigadores y técnicos de la universidad y empresas especializadas de la Región gracias a un presupuesto de más de 1,6 millones de euros suministrado por Europa. La iniciativa, que ahora entra en su fase de pruebas final, ya ha dado sus primeros resultados.
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El propósito es eliminar los altos índices de nitratos de las aguas subterráneas del Campo de Cartagena, de modo que su exceso no vuelva a desencadenar problemas como los ocasionados en el Mar Menor, al tiempo que se extrae su igualmente excesivo contenido en sal para poder reutilizar ambos elementos de nuevo en la agricultura (el agua para regar y la parte salobre como fertilizante). La Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (Cinea) es la responsable del programa de protección medioambiental Life que persigue lograrlo con el concurso, además, de las energías renovables como tercera pata para obtener la mayor eficiencia.
En palabras de su responsable técnico, el profesor Juan Tomás García Bermejo, «el objetivo del proyecto es alcanzar la reducción de la salmuera (en forma de recurso hídrico permeado y destilado, por tanto recuperado), así como la recuperación de las sales que esta contiene disueltas hasta alcanzar una descarga cero de líquidos para las salmueras y hacerlo sin generar residuo alguno, dado que se propone aprovechar dichas sales».
El encargado de dirigir el Life Desirows, como se denomina oficialmente la iniciativa, el doctor en Ciencias Quimicas Víctor Fabregat, especifica que la tecnología aplicada «permitirá la reutilización de estas aguas para regadío, una vez que se alcance la separación selectiva de las sales disueltas y se eliminen de ellas los nitratos que contienen». Al mismo tiempo, las sales obtenidas también podrán reutilizarse, entre otros usos agrícolas, como fertilizantes, aprovechando la «gran cantidad de nutrientes» que contienen. Y todo ello, precisa, mediante un proceso industrial sustentado en energías renovables, a partir de la producción solar fotovoltaica y la biomasa.
«La ósmosis inversa nos va a permitir recuperación de permeado de hasta el 90%», afirma el jefe técnico del proyecto
«De esta manera, se minimiza el consumo de energía necesario para reciclar y reutilizar la salmuera de los pozos subterráneos», destaca Fabregat, que también es director de Ingeniería e Innovación de Regenera Energy, la empresa que coordina el proyecto. Junto a esta firma, con sede en Molina de Segura, participan la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT); la comunidad de Regantes Arco Sur Mar Menor, donde se emplaza la planta piloto para realizar los ensayos, y las empresas de la Región con experiencia en proyectos similares Hidrogea e Hidrotec.
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Fabregat destaca tres «beneficios medioambientales» del trabajo, que este mes ha cumplido tres años de desarrollo: la ausencia de desperdicios, la mejora de la calidad y el aprovechamiento energético, y todo ello a un buen precio. En concreto, alude a su «ventaja respecto a la producción de agua desalada de mar, ya que se consigue al mismo precio, pero sin la generación de residuos»; en segundo lugar, apunta a la obtención de «una mejora de la calidad del agua recuperada para el sector agrícola de los pozos subterráneos a un precio asequible», y finalmente alude al «uso de tecnologías basadas en la eficiencia energética».
Casi cuatro años de trabajo
Cuando concluya la fase final, en la que se acaba de entrar, de «operación integrada y conjunta de los diversos equipos que componen la planta piloto», el Life Desirows habrá terminado, de acuerdo con su jefe técnico, Juan Tomás García Bermejo. Este profesor del departamento de Ingeniería Minera y Civil de la UPCT explica que ese momento llegará el próximo junio, tras casi cuatro años de tareas, desde que en septiembre de 2020 arrancó el Life19 ENV/ES/000447, como se denomina técnicamente.
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Se consigue agua de riego a un buen precio pero sin generar residuos, explica el gestor del proyecto, Víctor Fabregat
De momento, explica el especialista, «con un funcionamiento principalmente de forma individualizada de los equipos que componen el piloto», es decir, antes de poner en funcionamiento todos los equipos de manera integrada, como se ha comenzado a hacer ahora, ya «se han obtenido resultados relevantes» en evaporación atmosférica. García Bermejo describe una eficiencia 15 veces superior a la obtenida con la evaporación clásica, y además a un bajo coste. En concreto apunta a «ratios de consumo energético que pueden ser inferiores a 1,5 kWh/m3 evaporado».
«Estamos comprobando también cómo la ósmosis inversa nos va a permitir alcanzar tasas de recuperación de permeado de hasta el 90%», explica. Además, añade, uno de los socios del proyecto ya tiene ensayados con éxito los procesos de desnitrificación biológica de alta eficiencia «mediante uso de subproductos de otras industrias».
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En resumen, «ya hay algunos resultados destacados». Y en los nueve meses que restan «se va a seguir trabajando para poder optimizar el resto de equipos y así tratar de alcanzar el objetivo de una desalación sin salmuera, sin residuo», concluye.
«Es importante tener en cuenta que el proyecto promueve la generación de recurso hídrico, pero sin generar residuo alguno», insiste Víctor Fabregat. «Todo lo generado debe suponer un subproducto para otra industria. Se trata, por tanto, de seguir las pautas de una economía circular».
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Prueba final a toda máquina
La planta piloto de la Comunidad de Regantes Arco Sur Mar Menor donde se ensaya el proyecto Life Desirows es, básicamente, un complejo de ocho equipos diferentes que su responsable técnico, el profesor Juan Tomás García Bermejo lo descompone así: «Una doble ósmosis inversa donde se espera concentrar la totalidad de las sales en alrededor del 10% del flujo entrante; una recuperación mediante precipitado de las sales disueltas menos solubles para poder recuperar la mayor cantidad posible de iones como magnesio, potasio y sulfato entre otros; una desnitrificación biológica para eliminar el nitrato disuelto; un proceso con torre de refrigeración y compresión mecánica de vapor para concentrar la salmuera todo lo posible, y un proceso final de evaporación y cristalizado en un evaporador atmosférico para alcanzar el residuo cero». Todos estos equipos, precisa, se alimentan de energía solar fotovoltaica y de una caldera de biomasa como únicas fuentes de energía.
«El proyecto engloba la aplicación de técnicas de membrana junto con técnicas de evaporación térmica y atmosférica, así como con el precipitado de las sales disueltas», resume antes de puntualizar que una de sus claves «está en establecer en qué orden y de qué forma se combinan estas ocho partes».
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«Durante el aproximadamente año que resta» -apunta García Bermejo, en alusión a la finalización de los trabajos, prevista para junio de 2024-, se va a funcionar con la planta piloto construida de una forma integrada y conjunta». Es decir, todos los procesos van a estar en funcionamiento a toda máquina. De este modo, los responsables del proyecto van a poder conocer al fin el punto de máximo rendimiento para la obtención de nuevos recursos para el campo, en forma de riegos y fertilizantes, a partir de las citadas aguas subterráneas y mediante energía sostenible.
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