El mejor momento para llevar el atún a la granja

Entre la ancestral fórmula de capturar el atún rojo en almadrabas a cuerpo gentil, cercándolo en redes en su viaje hacia el estrecho de Gibraltar, y su crianza completa en cautividad, desde el huevo hasta que alcanzan el peso óptimo para el mercado, hay una tercera vía de particular éxito en la Región de Murcia, donde se produce casi una quinta parte de todo el atún rojo de acuicultura de la Unión Europea. Se trata de los ejemplares capturados en el mar para su traslado a granjas de engorde en los que terminan de crecer antes de su comercialización. Ese momento de traspaso de los peces al vivero, que define esta modalidad, resulta clave y es objeto de un estudio específico que tiene lugar en los criaderos de este tipo que existen en San Pedro del Pinatar y la zona de El Gorguel, en Cartagena.

La Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar) y la empresa Tuna Graso, del Grupo Ricardo Fuentes, pretenden mejorar con este trabajo los procesos de transferencia y conteo del atún rojo. «Su objetivo es encontrar un sistema que permita medir con precisión las condiciones del mar y determinar cuál es el mejor momento para el traspaso de los ejemplares a un vivero», de acuerdo con la información facilitada por los responsables de la investigación, que incluye pruebas con diversas herramientas de medición ópticas y acústicas de última tecnología, que permiten «evaluar de forma precisa la visibilidad subacuática». De paso, añade la fuente, con estos sistemas también se pretende asegurar la protección de la especie y aumentar la eficiencia de las maniobras de transferencia.

Julio Almagro, responsable de los viveros, junto a Sergio Iglesias, explica que la biomasa de atún capturado «para su traslado a los viveros de engorde en mar abierto es controlada por inspectores para garantizar que se cumplen las cuotas establecidas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT)». En este proceso, continúa, «se utiliza un método de filmación de transferencia del cerco al vivero de transporte y de ahí al vivero de engorde». Iglesias detalla cómo «el estado del agua puede influir de forma negativa en la correcta visualización del traspaso, lo que dificulta el conteo y propicia, en muchas ocasiones, que deban repetirse las maniobras».

No es un asunto menor para una industria, la acuicultura de atún rojo, que en 2021, último año del que la dirección general de Pesca de la Comunidad Autónoma tiene datos, generó una producción de más de 4.500 toneladas valorada en casi 85 millones de euros en la Región de Murcia.

Según las cifras del último informe anual (2022) de Apromar, en 2020 se produjeron 28.853 toneladas de atún rojo mediante acuicultura en la Unión Europea, un 26,4% más que en 2019, y con un valor total de algo más de 335 millones de euros. De esa cantidad, 5.263 toneladas salieron de las granjas murcianas, según las estadísticas de ese mismo de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, lo que representa un crecimiento de casi el 35% en un año y supone que algo más del 18% de la producción de toda la UE sale de la Región, casi una quinta parte. El valor estimado para la producción de ese 2020 supera los 85 millones de euros y equivale a más del 19% de la cifra europea. De ahí que el estudio que ahora se realizan aquí, sobre cómo influye la calidad del agua en los procesos de transferencia del atún rojo de acuicultura, tenga una proyección para todo el sector.

El equipo de trabajo está ensayando, en concreto, con sistemas ópticos tradicionales (turbidez, transmisibilidad, extinción de luz, disco de Secchi), acústicos (ADCP correntímetros y perfiladores) y de vídeo (cámaras subacuáticas de instalación fija). Los datos recogidos por los instrumentos para su análisis se han obtenido durante las transferencias que la empresa ha realizado en los citados viveros de San Pedro del Pinatar y El Gorguel durante la última campaña de pesca.

Paralelamente a estos ensayos, Apromar y Ricardo Fuentes también están trabajando para perfeccionar la actual técnica de filmación que capta el paso de los ejemplares entre los viveros. En este proyecto, «los investigadores están probando con un sistema basado en cámaras de barrido acústico de alta resolución, a partir de un vídeo-sonograma», explican sus artífices. Hasta el momento, aclaran, se han utilizado dos modelos de sonar por detección de doble frecuencia. Las capacidades de estos sistemas «permite un modo de gran alcance y baja resolución con un rango de detección aproximado de 50 metros y otro con alta resolución en el que la detección de la imagen se reduce hasta 12 metros». La investigación cuenta con la financiación del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEM), a través de la organización Apromar.

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