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G. S. FORTE
Martes, 26 de enero 2021, 00:30
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El año siguiente a la apertura del grifo del Trasvase Tajo-Segura, 1980, ya se recogieron casi 73.000 toneladas de lechuga en los campos de la Región, un tercio más que apenas cinco años antes. En 2019 superó las 430.000 toneladas, casi ocho veces más que entonces. Las cifras de exportación son, singularmente, todavía más altas, según apuntó el consejero de Agricultura, Antonio Luengo, durante el lanzamiento el mes pasado de la campaña promocional 'Lechugas y ensaladas de la Región de Murcia'. Luengo afirmó que en 2019 se exportaron desde aquí 510.000 toneladas, lo que equivale al 68% de todas las que salen del país a los mercados del mundo, y suma un valor de 475 millones de euros, un 58% más que cinco años antes. Es «el producto más destacado de la exportación hortofrutícola murciana», sentenció. ¿Por qué precisa entonces de una campaña promocional como la emprendida ahora?
La iniciativa, liderada por la Consejería y apoyada por la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport), se enmarca oficialmente en la campaña 'Productos de la Región de Murcia' de apoyo a los sectores afectados por la pandemia de Covid-19 emprendida por el Gobierno regional. En el sector existe desde hace unos años también una cierta inquietud por el futuro de la lechuga iceberg, la variedad que llegó desde California buscando la exportación a rebufo del Trasvase, junto con el que explica el éxito de la lechuga por estas tierras. Aunque aún representa el 82% de la exportación murciana de lechuga, la iceberg está mostrando cierto retroceso.
Desde 2017, cuando la lechuga superó por primera vez las 400.000 toneladas en la Región, esta variedad ha descendido un 8%, mientras que la romana, nuestra otra gran lechuga, se ha incrementado más del 11%. Esta evolución confirma las estimaciones recogidas por LA VERDAD del presidente de la Sectorial de Lechuga Iceberg de Proexport, Javier Soto, en 2016. Explicó entonces que la alta concentración de la intermediación y la distribución estaban presionando a la baja el valor de la iceberg en medio de un proceso de ampliación del abanico de ensaladas y variedades en el mercado. Esta tendencia, apuntó, «hará que las producciones [de iceberg] bajen en los próximos años», en beneficio de «otras categorías o variedades que sí cuentan hoy por hoy con cierto valor añadido», y entre ellas citó expresamente las que denominó «gamas de tipo romana».
Para no poner en riesgo la fortaleza murciana en la exportación de lechuga por este cambio de tendencia, el sector lleva tiempo investigando en estas hortalizas, lo que ha dado como resultado las múltiples variedades que se cultivan ahora y que, en palabras del director de Proexport, Fernando Gómez, «nos diferencian». En la Región «contamos con catorce centros de experimentación hortícola», destaca. De fondo queda el incremento previsto en la escasez hídrica, que lleva a algunos a plantearse si la lechuga no acabará sustituida en buena parte por cultivos con más calorías y menos demandantes de agua, como la quinoa, ejemplifica Juan José Martínez, director de la Cátedra de Agricultura Sostenible en el campo de Cartagena de la Universidad Politécnica de Cartagena.
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