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La doctora Rosa M. Rivero (i) y la doctoranda María López de la Calle, junto a cultivos de sus investigaciones. CEBAS
El Cebas y California se alían contra los males del cambio climático

El Cebas y California se alían contra los males del cambio climático

Una investigación del laboratorio murciano y la universidad americana UC Davis desentraña cómo afectan los estreses abióticos cuando actúan juntos en el tomate y otros cultivos

GINÉS S. FORTE

Martes, 30 de marzo 2021, 00:05

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Los males nunca llegan solos, los del cambio climático tampoco, y eso se dejará sentir en las consecuencias que ocasionen. Así lo sospechaban las científicas del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas-CSIC) María López de la Calle y Rosa M. Rivero, y lo acaban de demostrar en una investigación desarrollada junto a la Universidad de California-Davis (UC Davis) sobre la incidencia de las condiciones ambientales adversas (temperatura excesiva, escasez de agua y mala calidad de este elemento básico) cuando actúan juntas. El trabajo centra su enfoque en las plantas de tomate, «porque es una especie agrícola de gran importancia económica», explica Rosa M. Rivero, «y porque es considerada como una planta modelo». Esto último significa que los resultados que se obtienen en ellas son fácilmente extrapolables «y se espera que su repercusión sea similar a otros cultivos agronómicos a nivel mundial».

Básicamente, con la aplicación de los descubrimientos realizados en estas investigaciones se podrían aplicar técnicas de mejora genética para que las previstas condiciones climáticas adversas no mermen la producción y la calidad de las plantaciones. Conocer mejor el funcionamiento de estos cultivos «nos da la ventaja de poder manipularlas con las nuevas tecnologías disponibles con el objetivo de seguir produciendo al mismo nivel, aunque las condiciones climáticas sean cada vez peores», explica la doctora. Para su doctoranda, María López de la Calle, «lo importante de nuestros estudios es que hemos demostrado que los mecanismos de respuesta de las plantas a estreses combinados son únicos y muy específicos, y no pueden deducirse de los estudios realizados en laboratorio con la aplicación de estreses de manera individual».

«Se está viendo que periodos de altas temperaturas siempre vienen asociados con épocas de escasez de agua, y que el agua que hay [en esos momentos] disponible para la agricultura es de baja calidad o con alto contenido en sales», continúa De la Calle: «Y estas condiciones no suelen presentarse aisladas en nuestros campos, sino que suelen aparecer conjuntamente».

La planta del tomate está considerada como una especie modelo; los resultados obtenidos en ella son fácilmente extrapolables a otras

Por el momento, abunda Rivero, «existen muchos estudios donde se demuestra que las plantas desarrollan ciertos mecanismos de defensa específicos para cada condición de estrés abiótico (por ejemplo, la sequía)». Se trata de un conocimiento «fundamental para desarrollar plantas con mejores índices de producción y de calidad de sus frutos bajo esta [determinada] condición». El problema es que en esas investigaciones, en general, no se estima cómo influyen las distintas condiciones cuando no actúan aisladamente. Es evidente que con el cambio climático el aumento de las temperaturas va unido a una escasez de agua, entre otros estreses, por ejemplo. En este contexto, apunta la experta, «nuestro grupo, en colaboración con otros grupos de investigación de EE UU (Universidad de California y Universidad de Missouri) hemos demostrado en los últimos años que cuando dos o más condiciones adversas se producen simultáneamente esta respuesta es diferente y no puede deducirse del estudio de estas condiciones aplicadas por separado, lo que hace imprescindible la investigación de los estreses en combinación».

Especies comerciales

Rosa M. Rivero realizó en 2018 una estancia investigadora en Estados Unidos, gracias al programa para profesores e investigadores Salvador de Madariaga, y María López de la Calle otra en 2019, como contratada FPU (formación de profesorado universitario). De este modo, han podido colaborar con el laboratorio de la profesora Barbara Blanco Ullate en el Departamento de Ciencias Vegetales de la UC Davis y formarse «en técnicas ómicas y análisis bioinformáticos, lo que permitió complementar nuestros estudios realizados en el Cebas y demostrar la sincronización de tres rutas metabólicas importantes en plantas que solo ocurría cuando un incremento de temperatura iba acompañado de la irrigación de las plantas de tomate con aguas salinas, condiciones muy predominantes en la agricultura mediterránea y que se verán intensificadas con el cambio climático», explica la investigadora.

El objetivo es seguir produciendo al mismo nivel aunque las condiciones climáticas sean cada vez peores

Estos resultados, concluye, «serán de gran utilidad para la caracterización de plantas tolerantes y el desarrollo de cultivos que no vean afectada su producción y calidad de frutos bajo estas condiciones climáticas». Son además el material de un artículo que acaba de publicar la revista de botánica 'Environmental and Experimental Botany' y parte de la tesis que está elaborando De la Calle.

La doctora Rivero destaca que nuestro nivel de investigación es «comparable» al de las universidades de Estados Unidos»

Estos estudios se centran en especies comerciales, concreta Rivero, «pero con vistas a ser aplicados en estudios de mejora vegetal y de interés para empresas que se dedican a desarrollar nuevas variedades que incorporen estos mecanismos de tolerancia y que mantengan unos buenos índices de producción y calidad».

Mucho talento y poco dinero para dar el gran salto internacional

«Tenemos talento científico de sobra para realizar grandes avances en ciencia y nuestra colaboración con otros grupos internacionales es cada vez más requerida, apreciada y valorada», afirma Rosa M. Rivero al ser preguntada sobre el nivel de investigación agraria que existe en la Región de Murcia tras su experiencia en California. «En el Cebas-CSIC se está llevando a cabo investigaciones de un alto nivel, absolutamente comparables a las realizadas en universidades de EE UU».

Esta institución, afirma, ya es «un referente en el área de las Ciencias Agrarias y Alimentarias» a nivel internacional. «A la vista están la calidad de los artículos científicos que publicamos los distintos grupos de investigación del Cebas-CSIC. «Otra cosa es la financiación», se lamenta: «En este sentido EE UU nos supera, ellos tienen una inversión en ciencia infinitamente superior. Nos queda dar este gran salto en ciencia, invertir más para posicionarnos aún mejor a nivel internacional».

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