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Justo ahora, durante estos días de finales del mes de junio, arranca la campaña regional de la okra. De momento esto no dice mucho en el balance agro de la comunidad autónoma, ya que apenas se cultivan aquí una decena hectáreas de este producto similar al calabacín en aspecto y a la berenjena en sabor. Pero a la vuelta de la esquina está llamado a ser un cultivo alternativo de interés. Eso es lo que auguraron los pioneros de Abanilla que hace poco más de una década comenzaron a trabajar con un cultivo en el que solo compiten un puñado de países en Centroamérica, «lo que implica, por nuestra posición geográfica, contar con ventaja en materia de transporte de las exportaciones», en palabras del consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Luengo.
La compañía abanillera Tropical Exports Gil, concretamente, «fue pionera en el cultivo al aire libre de esta malvácea en España» que, apunta el consejero, «solo encuentra competidores en Honduras, Nicaragua y la República Dominicana». La empresa comenzó a trabajar este producto en 2010 con semillas traídas de África, aprovechando que se trata de una malvácea puede crecer en nuestra geografía «forma natural y sin problemas», según la Consejería.
Los buenos resultados de las pruebas de okra impulsó a la empresa a lanzarse a una comercialización inicial a baja escala, «y año tras año se ha doblado la producción de cada campaña», hasta llegar a las 300 toneladas en 2021, último año del que hay datos oficiales y primero que, de hecho, recoge el balance regional de este producto.
La okra, cuya planta es de la misma familia que el algodón, es un alimento de entre 7y 12 centímetros de largo y unos 2,5 de diámetros, de color verde claro y parecido al calabacín, aunque, dadas sus medidas, es bastante más pequeño. Su sabor le asemeja a la berenjena, y su mercado inicial se encuentra principalmente en la población europea de origen africano, en cuya dieta «es un producto muy habitual», según la información divulgada por Agricultura. La incipiente producción murciana se exporta sobre todo a Francia, Italia, Reino Unido, Portugal y Bélgica, además de cubrir una cierta distribución en España.
La recolección de okra, que se alarga de aquí hasta casi llegado noviembre, no es fácil, ya que depende mucho de los cambios de temperaturas, por lo que queda todos los años en manos de los mismos trabajadores. De ahí que la cualificación del personal sea aquí esencial.
Aunque esta compañía comenzó a trabajar el producto unos años antes, según la Consejería, Tropical Exports Gil lleva «cultivando, confeccionando y exportando» okra desde 2014, al igual que otras verduras exóticas subtropicales, como el gombo, el pimiento habanero y la lima de Tahití, explican desde la compañía.
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