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Antonio Buero Vallejo y el profesor Mariano de Paco conversan en la exposición sobre la obra teatral del dramaturgo que acogió Cajamurcia en el año 1987.

Las tres visitas de Buero Vallejo a Murcia

El dramaturgo vino a la Región en 1984, 1987 y 1993 para participar en exposiciones y simposios y para presentar un libro

MARIANO DE PACO

Lunes, 3 de octubre 2016, 22:39

En la primera intervención de la Voz de Antonio Buero Vallejo en 'La realidad iluminada', dramaturgia que sobre textos buerianos preparamos Virtudes Serrano y quien esto escribe para el homenaje que tuvo lugar en Guadalajara el 29 de septiembre de 2000, se recogían unas palabras que, pronunciadas 1979, cobraron con la muerte del dramaturgo fatídica actualidad: «Cuando Buero deje de existir ya no quedará más que su obra y Buero será su obra...». Ahora, al cumplirse el primer centenario de su nacimiento, él no está físicamente entre nosotros pero, como expresé en este mismo suplemento de 'La Verdad', en 'Ababol', a los pocos días de su muerte, «Buero Vallejo no ha desaparecido para quienes hemos tenido la suerte de contar con su amistad, su trato o, simplemente, su proximidad en algún momento. Buero sigue estando también para todos, hoy y mañana, porque ha legado el grato recuerdo de su vida y la impagable herencia de su obra».

Cuando en 1946, recién estrenada su libertad, Buero Vallejo escribió 'En la ardiente oscuridad', estaba creando las bases de una dramaturgia singular que lo ha situado como una de las cimas del teatro occidental contemporáneo. Desde el primero al último de sus estrenos, de Historia de una escalera hasta Misión al pueblo desierto, próxima ya su muerte, Buero llevó a cabo una labor que superó los límites del teatro y de la literatura para constituirse en la insobornable actitud moral de un creador que mantuvo una firme posición crítica en la cerrada vida de la posguerra y que supo cuestionar igualmente las deficiencias de la sociedad democrática.

Antonio Buero Vallejo tuvo una especial relación con Murcia y, a pesar de su resistencia a los viajes, visitó nuestra ciudad en varias ocasiones, mostrando en ellas generosas atenciones. La primera tuvo lugar en 1984 con motivo de la presentación de un libro editado por nuestra Universidad que recogía veinticinco artículos acerca de su teatro, y en el Paraninfo habló de su producción y respondió a las numerosas preguntas de los asistentes. Cinco años antes en la misma institución se había publicado 'El terror inmóvil', un título escrito en sus inicios, al tiempo que 'En la ardiente oscuridad' e 'Historia de una escalera'. Durante treinta años se había negado el autor a darlo a conocer porque no lo consideraba a la altura de estas obras, pero tuvo la confianza de confiármelo para que aquí apareciese en una colección dedicada al teatro. En otra de ellas, también de la Universidad de Murcia, edité después 'Aventura en lo gris'.

La segunda venida a Murcia fue en 1987, para participar en el Simposio Internacional 'Buero Vallejo (Cuarenta años de Teatro)', que patrocinó la Obra Social de Cajamurcia y que reunió a estudiosos de su teatro y a directores de montajes de sus obras. Una exposición de fotografías permitía recordar algunos de ellos. También en esta ocasión no escatimó intervenciones ni respuestas a los asistentes.

Lo tuvimos por última vez con nosotros en 1993. A finales de ese año presentó en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) 'Libro de estampas', editado por esa entidad, que recogía dibujos, acuarelas y óleos fechados entre 1931 y 1986 y mostraba su inicial vocación pictórica. Esta era tan importante para el dramaturgo que, ante el volumen, afirmó: «Me reconozco igual en este libro que en el conjunto de mi teatro». Con su habitual liberalidad, hizo un comentario inédito para cada una de las imágenes, lo que acrecentó grandemente el valor de la publicación. Y, a pesar de la edad y del cansancio, no se mostró remiso ante la firma de un elevado número de ejemplares.

La Universidad de Murcia ha publicado varios estudios sobre Buero y acerca de su teatro se han realizado dos tesis doctorales, una de ellas defendida en 1975 por quien esto escribe. Y profesores murcianos han preparado ediciones de muchos de sus textos, entre ellos la 'Obra Completa'.

Recordando a Buero se celebró, meses después de su muerte, auspiciado por la Obra Social de CajaMurcia, el Curso Internacional 'Buero Vallejo dramaturgo universal'. Con motivo de este primer centenario, la revista 'Monteagudo' le ha dedicado un número monográfico con artículos de investigadores nacionales e internacionales. Es el recuerdo justo y agradecido, desde Murcia, a un dramaturgo que ha dejado una huella indeleble en la escena y en la vida españolas de la segunda mitad del siglo XX.

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