Ser siempre extranjero
Kallifatides escribe sobre la condición de quien es extraño en su país y en el de acogida
J. Ernesto Ayala-Dip
Sábado, 29 de abril 2023, 08:10
Hace unos años, estando en Atenas, un amigo mío español que vivía allí me preguntó si había leído a Theodor Kallifatides. Le contesté que lo ... sentía, que en literatura griega todavía me faltaba mucho para ponerme al día, sobre todo en literatura escrita en griego actual. Me contestó que sí, que Kallifatides es griego pero que escribía en sueco. No entendí su aserto y me aclaró un poco para paliar mi ignorancia en esta materia, la materia que yo, a partir de entonces, denomino Theodor Kallifatides. Explico esto porque acaba publicar un libro titulado 'Un nuevo país al otro lado de mi ventana', escrito en griego.
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'Un nuevo país al otro lado de mi ventana'
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Tradución Selma Ancira.
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Edición Galaxia G.
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Páginas 128
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Precio: 16 euros.
Cuando mi amigo me dijo que el autor griego escribía en sueco, me aclaró que habiendo nacido en una pequeña ciudad del Peloponeso, se educó en Atenas cuando su padre se trasladó a la capital griega a ocupar un puesto de maestro. Él había nacido en 1938 y en 1964 emigró a Suecia en busca de trabajo. Por tanto, estamos hablando de un reconocido escritor bilingüe griego-sueco emigrante. Precisamente de esta cuestión habla en su nuevo libro, de su condición de emigrante, una reflexión sobre esa gaseosa condición ciudadana inmersa en un montón de malentendidos, prejuicios, rayando el extremo más peligroso de la xenofobia, que en el caso de Kallifatides pasaba a convertirse en un racismo puro y duro (sobre todo cuando le llamaban 'turco de mierda', porque no imaginaban a nadie con cara de griego, pero sí, mal, podían imaginarse la de turco.
Pero empecemos por el principio. Cuando regresé a España, lo primero que hice fue comprar un libro de Kallifatides. Y me llevé 'Madres e hijos', escrito cuando el autor tenía 68 años y su madre, 92. Ese libro fue escrito en griego, pero toda la obra anterior la había escrito en sueco, incluida una serie de tres novelas negras con un detective como protagonista. Este era un libro sobre su madre, pero también sobre toda su familia, un mosaico de las tragedias históricas de la Grecia moderna durante todo el siglo XX.
'Un nuevo país al otro lado de mi ventana' es, además de un libro sobre la condición de extranjero, una reflexión sobre los orígenes y el sentimiento de ser extranjero siempre. Extranjero en el país al cual has emigrado y extranjero en el país del cual provienes y un día regresas. Hay una frase que define perfectamente su contenido: «Millones de personas, emigrantes y refugiados, viven en ese desconcierto, incapaces de orientarse tras haber perdido la brújula del yo. Personas que no únicamente han perdido la Tierra Prometida, también han perdido la Tierra de la partieron». Este soberbio tratado sobre la condición del emigrante, termina con una reflexión sobre los hijos de los emigrantes: «Yo soy griego, mis hijos son suecos. Nunca traté de que fueran algo distinto. Les leí, eso sí, la 'Ilíada' y la 'Odisea'. Pero como un regalo, nunca como una condena».
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