Retrato de niño grande

La trayectoria de Juan Ignacio de Ibarra daría para una novela de miles de páginas. Nunca nadie amó tanto la vida ni la vivió tan ... intensamente como este personaje del mundo de la comunicación que, además de periodista deportivo, fue un hombre culto, un excelente profesor y, en suma, alguien que tuvo el privilegio de ejercer el oficio que más le gustaba y en el que mejor pudo desarrollar su compleja personalidad. En este 'homenaje colectivo' dedicado al desaparecido 'maestro' participa un nutrido grupo de compañeros y amigos que, cada uno a su manera, cada uno a su estilo y con la prosa que mejor le viene a mano, ponen sobre el tapete algunas deliciosas anécdotas del gran radiofonista que sabía sonreír como nadie y enfadarse como el mismísimo demonio. Entre los que participan, no podían faltar los nombres de Adolfo Fernández, César Oliva, Diego Vera, Pepe Pallarés, J. L. Morga, Luis Belló, Guina, J. A. Cobacho, Eva Franco, S. García... y, entre otros muchos, García Martínez, quien insiste en la figura de niño grande de Ibarra, al que califica, además, de persona solidaria y reflexiva que solía guiarse por los pálpitos de su corazón. Las fotografías que acompañan a estos textos resultan entrañables.