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JOSÉ BELMONTE
Martes, 13 de octubre 2020, 07:53
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Como una noche sin luna, abre Marisa López Soria su poemario 'Muy señores míos', una epístola dirigida a los amores que han marcado su tránsito y el encuentro del bienestar y la felicidad en lo cotidiano: un lenitivo contra el dolor.
En 'La orilla rota', nos adentramos en un mar apagado, donde ya no está el «papaico». En este nado, se recoge un lamento que va sosegándose y guardando la fama oculta de los hombres sencillos, lo que calla la muerte y la emoción en la memoria del abrazo. La voz poética va adelantando juegos humorísticos como la descarada pescadera, la «confianza» tecnológica o el bocadillo de jamón ante la pérdida de la patria, haciéndonos sentir «la apatía de los agujeros negros».
En 'Trampantojo (Poemas reo)', la voz poética oscila de cuarto menguante a creciente, mostrándonos experiencias y amores no consolidados en un juego irónico y libre que nos muestra lo más amargo de esos aprendizajes para llegar a 'Paris', donde la luna se llena, en que el amor se convierte en un refugio que no entiende del pasado, sin precipicios, lleno de plenitud. Es 'Muy señores míos' una vista privilegiada a lo hermoso de vivir.
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