Harry el sucio

Harry Hole, el héroe de toda la serie, definido aquí como «un hombre reflexivo con muchas extrañas ideas», echó a andar allá por 1997 con la aparición de la novela 'Murciélago', que en noruego, para los curiosos, se escribe de una manera impronunciable, 'Fleggermusmanenn'. Después, con títulos como 'Cucarachas, 'Petirrojo' o 'Fantasma', Hole fue creándose un aura a su alrededor: atractivo para las mujeres y despreciable para los hombres, que lo miran con cierto recelo y no poca envidia.

Quien fuera futbolista de primera división en su país, Noruega, y cantante de una banda de rock, Jo Nesbo, es el responsable de poner en pie a esta criatura que se ha convertido, con permiso del Montalbano de Camilleri, en todo un referente en la novela policiaca del siglo XXI.

En el debe de esta nueva entrega, 'Cuchillo', está el hecho de su extensión: demasiadas páginas. Nesbo, como les ha sucedido a tantos otros escritores, se propone no darle respiro al lector, no dejar espacios en blanco y crear numerosas tramas al mismo tiempo. En su haber, está el hecho, nada despreciable, de que Nesbo haya montado una novela con enjundia y retrosabor en donde, a pesar de los condicionamientos del género, no falta la reflexión.