El espejismo más bello
Valentine Penrose, una forma libre de vivir el amor
ANABEL ÚBEDA
Lunes, 14 de diciembre 2020, 21:13
Valentine Penrose (1898-1978) fue apodada por sus congéneres como 'noir animal'; ese 'animal negro' aparece transitando sus poemas y su prosa, contoneándose en la ... sombra del misticismo y la erótica femenina, internándose y fundiéndose con una naturaleza salvaje tanto externa como interna a la voz poética. Wunder Kammer recupera en una edición crítica su vida, su obra y la admiración que otros sintieron por ella, más allá de su novela más conocida 'La condesa sangrienta' –también resucitada por este sello editorial– para reclamar su espacio en la literatura surrealista francesa, dominada por las voces masculinas.
Siguiendo la tradición de Safo, nos retrata la naturaleza femenina con la fuerza y la fragilidad de quien conoce sus vicisitudes, y como otras artistas de su tiempo, con la tenacidad de quien trabajó entre las arenas de la cultura, pues en esta edición también se nos deleita con la aparición de sus collages junto a los poemas de 'Dones a las féminas'; en el que ya se nos muestra una cierta crítica a la falta de libertad de elección de pareja de las mujeres o sus anhelos impuestos y se deconstruyen en el verso conceptos como los celos, la belleza o el compromiso, en gran medida, moviéndose entre referencias culturales hispánicas.
Su obra completa nos muestra un amplio y fulgurante desarrollo donde lo abstracto y lo concreto se entrecruzan, haciendo en nosotros consciente lo que proviene de más allá del entendimiento y creando una cierta intimidad en la que descubrimos su viaje vital entre Oriente y Occidente, a través de numerosas referencias al tarot, al cristianismo y a elementos propios de la espiritualidad oriental que nos invitan a leerla sosegadamente e incluso a descubrir en ella a una «maga», conectada por entero a la naturaleza, como una especie de Deméter que conjura los elementos, la noche y lo esotérico sin el temor de ser castigada por los dioses. Sin duda, la plasticidad y el cromatismo de sus textos muestran un continuo que va interpelándose, un discurso artístico fundamentado que recoge un caudal de pensamientos y una forma libre de vivir el amor, que no se aprehende en una sola lectura.Valentine Penrose es una ensoñación, se desprende por nosotros de la leve túnica blanca y se nos muestra en su desorden con los siguientes versos: «El espejismo más bello, el más hermoso espejo, soy el agua que a sí misma se canta».
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