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La elegancia de un pensamiento

'Los imperdonables' de Cristina Campo tiene la forma literaria y la profundidad casi mística de María Zambrano y Simone Weil

J. ERNESTO AYALA-DIP

Martes, 22 de diciembre 2020, 20:47

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Hoy escribiré sobre un libro y una autora de los que había oído hablar hace unos años. Entonces no había todavía en España nada de ella traducido. Estos días milagrosamente me llegan el libro y su autora. El libro se titula 'Los imperdonables'. Y su autora es la poeta y ensayista italiana Cristina Campo (seudónimo de Vittoria Guerrini, nacida en Bolonia en 1923 y muerta en Roma en 1977).

Cuando alguien me dice que tiene intención de viajar a Nápoles y lo hace por primera vez, no solo le recomiendo que se coma una pizza Margarita (nombrada hace dos años Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco), sino que también le aconsejo que visite la tumba de Virgilio, a quince minutos del centro en taxi. (Después, claro, tiene cita en Pompeya y Herculano). Y si me dicen que viajarán a Roma también por primera vez, le recomiendo que visiten la Puerta Mágica. Pero, ¿qué es esa misteriosa y casi escondida puerta? Si se anda cerca de la estación de tren Termini, uno se puede acercar a la Piazza Vittorio Emanuele II. Cerca de aquí solían construirse en el siglo XVII lujosas residencias.

Una de ellas se llamaba Villa Palombara. Su dueño era el Marqués Massimiliano Polombara. De esa villa, hoy solo queda una puerta, la conocida como La Puerta Mágica. Al Marqués le interesaba mucho la alquimia. Y parece que en su residencia experimentaba con alquimistas en torno a fórmulas imposibles. Al lado de dicha puerta hay inscripciones en forma de fórmulas que todavía nadie ha podido descifrar. Yo di con esa puerta casi por casualidad. No la conocía nadie, no había turistas. Un lugar mágico, les aseguro.

Pues bien, uno de los textos de Cristina Campo, que se titula 'Homenaje a Borges', además de ser efectivamente un homenaje al escritor argentino, es una reflexión sobre el pasado y el lenguaje. Leamos lo que nos dice la poeta italiana: «No muy distinto de la pequeña Puerta Mágica, ciego y casi imperceptible en su alfabeto perdido, estaba el principesco Borges: centro amurallado de una 'ruina circular' que el ojo, reducido ahora a una única dimensión, roza sin imaginarla (Est opus occultum veri sophi aperire terram ut germinet saluten...)». Esta cita ilustra la manera de pensar de Cristina Campo, entre la forma literaria y la profundidad casi mística de María Zambrano y Simone Weil, autoras con las que la italiana compartía mundos y horizontes filosóficos.

En 'Los imperdonables' el pensamiento fluye con la precisión que emplea quien desconfía de los excesos del lenguaje. Esa precisión que pueda atentar contra la elegancia del estilo y la moral. Y contra la gracia de la inspiración. Leamos, por favor, a Cristina Campo.

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